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Muertes por patinetes: las aseguradoras preparan pólizas y las empresas de alquiler campañas de imagen

Agentes de la Policía Municipal de Valencia decomisan patinetes eléctricos.

Analía Plaza

El miércoles supimos que una anciana murió arrollada por dos jóvenes que iban en patinete eléctrico por una calle peatonal. Fue en agosto, en Esplugues de Llobregat (Barcelona) y es el primer caso de atropello mortal a un peatón por uno de estos nuevos vehículos de movilidad personal (VMP).

Antes, el pasado octubre, había muerto otra mujer atropellada por un camión cuando circulaba en uno de estos dispositivos por el centro urbano de Sabadell.

El último siniestro, el del atropello a la anciana, ha tenido una primera consecuencia y detrás vendrán más. Lo primero es que la DGT se ha apresurado a recordar que regulará su uso. La segunda, que las aseguradoras lanzarán pólizas para patinetes. Y es previsible que las empresas de alquiler se curen en salud y programen campañas para lavar su imagen e insistir en la “seguridad” de estos dispositivos.

“Los seguros florecerán como champiñones en cuanto sea obligatorio”, considera Juan Macías, propietario de la web de agentes de seguros Segurea. El ministro del interior, Fernando Grande-Marlaska, ya dejó caer esta idea a finales de octubre. “Hay pocas aseguradoras que lo tengan. Nosotros lo recomendamos por responsabilidad: es un aparato con motor eléctrico. Fíjate a cuánto le saldrá la multa a los chicos que atropellaron a la señora”.

Actualmente, ninguna compañía ofrece un seguro específico para usuarios de patinete, que aún no están obligados a llevarlo. “Nos consta que varias aseguradoras están pensando hacerlo y que a principios de 2019 habrá varios productos”, añade Juan García, que está montando una web, seguropatinete.com, como comparador. “Las pocas que ofrecen algo dan seguros de responsabilidad civil en caso de accidente [por 25 euros al año cubren hasta 60.000 euros de daños a terceros]. No lo tienen muy claro, porque la normativa es distinta en cada ciudad y la DGT aún tiene que sacar la suya. Pero imaginamos que será obligatorio, sobre todo para los patinetes que van a más de 25 kilómetros por hora. Entendemos que los más potentes también llevarán matrícula”.

Aún no existe una normativa estatal que regule la circulación de patinetes y resto de VMPs. En los últimos meses, algunas grandes ciudades -Madrid, Barcelona y Valencia- se han visto inundadas de estos artefactos, de compañías extranjeras (también hay varias españolas) que llegan, los sueltan en la calle y los dejan para alquilar. Y aunque no hay cifras oficiales- porque no tienen matrícula - los datos de algunos comerciantes apuntan a que este año las ventas para particulares han crecido entre un 15% y un 50% con respecto al anterior. Y eso que aún no ha llegado la campaña de Navidad.

El accidente mortal de Esplugues, sumado a las multas que se están llevando los usuarios por ir por donde no deben o por exceso de velocidad (solo Barcelona ha registrado más de 1.500 sanciones desde enero), han apremiado a la Dirección General de Tráfico a declarar que “ya está trabajando” en su regulación. Según avanzó El País, la norma los expulsará de las aceras y limitará su velocidad a 25 kilómetros por hora, aunque hay fabricantes que venden patines que superan los 80 km/hora. Hasta el momento, son las ciudades las que han ido marcando sus normas: tanto en circulación, como en aparcamiento, seguro y obligatoriedad o no de casco.

Las únicas obligadas a contratar seguro son ahora mismo las empresas de alquiler, tanto en Barcelona como en Madrid. “Tenemos un seguro de responsabilidad civil que cubre todos los daños materiales ocasionados, tanto al conductor como a terceros, hasta un millón y medio de euros”, explica Paula Gallego, jefa de marketing de VOI en España. “Madrid lo exige. Y entendemos que debe ser así. En Suecia, de donde es la empresa, el seguro del hogar lo cubre. Aquí no”. En España, los seguros del hogar cubren los accidentes en bicicleta normal, pero no los que suceden con vehículos eléctricos.

“En Madrid nos obligan”, añade Juan Jiménez, fundador de Eskay y presidente de la asociación de usuarios de VMP. “Y lo tendríamos aunque no fuera así. Nuestra actividad tiene un pequeño riesgo. Pero, ¿qué ocurre cuando el usuario hace un mal uso del vehículo? Pues como cuando alquilas un coche. La responsabilidad es tuya y la aseguradora no te lo va a cubrir. En el caso del atropello a la señora, el seguro no lo hubiera cubierto porque iban dos personas sobre el patinete”.

Desde la asociación estatal de víctimas de accidentes, que se reunió con Grande-Marlaska para hablar sobre el reglamento, dicen que “encabezarán esa reivindicación”. “Esta es la primera persona que fallece por esta causa, pero por cómo cambia la movilidad habrá más. Es importante llevar seguro, tanto para quien comete la infracción -porque le pueden embargar sus bienes o nómina si no tiene-como para la víctima, que no obtiene indemnización por daños y perjuicios y para las necesidades que surgen después de los accidentes”. Respecto a la circulación de los vehículos, consideran que “debe regularse para proteger al peatón”.

¿Dónde metemos al dichoso patinete?

Los VMPs -el epígrafe bajo el que encajan los patinetes, pero también los monociclos y hoverboards con motor eléctrico- están poniendo patas arriba los desplazamientos y el espacio público urbano. Las primeras polémicas llegaron con su aparcamiento, porque no tienen base fija y las empresas los dejan en la acera. En Barcelona la ordenanza solo dice que está prohibido estacionarlos ahí “cuando impida el paso de peatones”, pero la ciudad ya ha aprobado una tasa de 71,5 euros por patinete o bicicleta.

La siguiente cuestión es la de su circulación y seguridad. Valencia es la única ciudad que no obliga a llevar casco: Barcelona y Madrid sí, pero solo para patinetes de alquiler (no de particulares). Y en las tres está prohibido circular por la acera. ¿Por dónde deben ir? La norma, de nuevo, es similar: por el carril bici y por las vías de un único carril de circulación por sentido limitadas a 30 km/h.

Puede que Madrid amplíe las vías permitidas en unos meses. “El Ayuntamiento se comprometió a evaluar, dentro de un año, si los patinetes podrían ir por todos los ciclocarriles limitados a 30 km/h [aunque haya más de un carril]”, explica Miguel Samperio, de Enbicipormadrid. “También tuvimos una reunión para que se evaluaran tramos de carril bus por los que pudieran ir bicis y VMPs, en función de la frecuencia de los autobuses”. El problema, al menos en Madrid, es que carriles bici y vías de un solo carril limitadas a 30 km/h no hay tantas. Y los patinetes terminan yendo por la acera. “Publicaremos pronto un mapa de las calles en las que la actual normativa te permite ir”, continúa Samperio. “Son pocas y discontinuas, pero las empresas quieren dárselo a sus clientes”

¿Cómo lo han resuelto otras ciudades del mundo? Un caso interesante es el de Memphis, en Estados Unidos, que tras ser nombrada hacer varios años la peor ciudad para ciclistas y peatones del país construyó una enorme red de carriles bici segregados. “Invertimos mucho en infraestructuras para que la gente pudiera llegar al trabajo”, decía el jefe de operaciones de la ciudad en un documental de Buzzfeed en Netflix sobre el tema. La población de Memphis no había crecido, pero se había extendido e ido a vivir más lejos del centro y la ciudad tenía “los mismos fondos para el transporte público y el doble de área que cubrir”. Por eso apostó por los carriles bici, que hoy sirven para patinetes también.

En Madrid, la inversión en infraestructura ciclista segregada ha sido ínfima en esta legislatura: solo se ha construido uno en Santa Engracia y ni siquiera la nueva Gran Vía tiene (a cambio, hay un carril bici que va entre los autobuses y los coches). Para el colectivo Enbicipormadrid la oportunidad que traen los patinetes es la de “pacificar” el tráfico, esto es: dejar el carril derecho de cualquier vía para quien vaya más despacio (bicis, patinetes), sin segregar y en el que todos los modos convivan.

“En ciudades mediterráneas, densas y con el actual estado del coche cuestionado, es una oportunidad para decir que las calles son de todos”, continúa Samperio. Otros colectivos “carrilistas” (defensores del carril bici segregado) piden, mientras tanto, firmas para la construcción de carriles bici en grandes avenidas como Castellana y Gran Vía.

En todo este enjambre de futura regulación y dudas sobre dónde encajar a nuestros nuevos compañeros de ciudad, y con nuevas empresas apareciendo como setas, algunas ya preparan acciones publicitarias para concienciar de que hay que usar los patinetes bien. En Voi “estamos trabajando con dos proveedores para enviar cascos gratis a quienes lo soliciten”, explican. Y en Lime han lanzado una especie de manifiesto -Respect The Ride- por el que los firmantes se comprometen a “usar casco”, “conducir dentro de áreas designadas”, “tener en cuenta a automóviles y peatones” y “aparcar adecuadamente”. También enviarán cascos gratis a quien firme.

La empresa Bird -de Estados Unidos y operativa en Madrid- anunció en agosto la creación de un fondo para “crear, asesorar e implementar programas globales, campañas y productos para mejorar la seguridad de los usuarios de Bird y otros patinetes”, además de “financiar la expansión de infraestructuras en las ciudades en las que opera, como la construcción de carriles bici o el mantenimiento y reparación de los que ya hay”.

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