El Tribunal de Schleswig-Holstein (Alemania) decidía este jueves ordenar la extradición del expresident catalán Carles Puigdemont, aunque únicamente por un delito de malversación y no por el de rebelión, como le solicitó en su euroorden el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. La decisión provocaba una airada reacción en el PP, que cargaba contra los tribunales alemanes por no compartir la visión del Alto Tribunal español. El eurodiputado Esteban González Pons y el candidato a la Presidencia de los populares Pablo Casado, llegaban a plantear la supresión del acuerdo Schengen.
“Hoy ha quedado claro que si no confiamos los unos en los otros no podemos quitar las fronteras. Nosotros levantamos las fronteras convencidos en que los demás confiarán y, si algún delincuente se nos escapa, nos lo devolverán. Pero si los presuntos delincuentes se escapan y nuestros socios no nos lo devuelven, deberíamos plantearnos volver a poner fronteras”, aseguraba Pons. “Desde el PP tenemos que hacer respetar a España”, añadía Casado. “El espacio Schengen se ha suprimido en media docena de los países de la Unión Europea. Y se podrá suprimir si no hay garantías de que a España se la respete si un país ajeno viene a enmendar la plana al Supremo”, concluía.
El de Schengen es un acuerdo por el que varios países de Europa suprimieron los controles en las fronteras interiores (entre esos países) y trasladaron esos controles a las fronteras exteriores (con terceros países). El acuerdo, firmado en la ciudad luxemburguesa de Schengen en 1985 –España se sumó en 1991– y en vigor desde 1995, establece un espacio común –denominado espacio Schengen– que comprende una gran parte del continente europeo. Los países participantes aplican normas comunes para controlar las fronteras exteriores y también en materia de visados y de cooperación entre los servicios policiales y judiciales en el ámbito penal.
El argumento del PP es que la decisión de los tribunales alemanes sobre Puigdemont demuestra que la euroorden “no funciona”, por lo que solo ese caso sería suficiente para derogar un acuerdo que permite la libre circulación de ciudadanos europeos desde hace 23 años.
En la actualidad forman parte de ese espacio Shecngen Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Polonia, Portugal, República Checa, República Eslovaca, Suecia y Suiza.