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Albert Rivera desempolva la España de “rojos y azules” que denostó en la campaña del 20D

Las críticas a la alianza entre Podemos e Izquierda Unida y el empecinamiento de Mariano Rajoy de no asumir responsabilidades políticas por la corrupción y taponar la regeneración en el PP van a ser los dos ejes principales de la estrategia electoral de Albert Rivera. Su equipo diseña ya una campaña “austera” que volverá a estar muy centrada en su figura.

El líder de Ciudadanos, por un lado, va a alertar a la ciudadanía de los peligros que a su juicio entrañaría que tras el 26J pueda formarse un Gobierno de izquierdas en el que estén los “antisistema que quieren romper España” y “los comunistas”. Y, por otro, arremeterá contra Mariano Rajoy, al que identifica con la derecha más rancia y trasnochada y lastrada por la sombra de la corrupción. Rivera, además, culpará tanto a Rajoy como a Pablo Iglesias de haber bloqueado la posibilidad de que haya un Gobierno “de cambio y reformista” liderado por el PSOE, partido que quedará al margen de sus críticas.

Esta estrategia de Rivera, sin embargo, choca con el mensaje que mantuvo en la anterior campaña del 20D en la que no se cansó de repetir que “la España de rojos y azules está enterrada” y que “el rojo y el azul están obsoletos”. El líder de Ciudadanos parece decidido ahora a desempolvar esa división que entonces tanto denostó.

Esa bipolarización de su mensaje la ha dejado entrever antes siquiera de que su equipo electoral se haya sentado a diseñar las líneas maestras de la campaña. El propio Rivera se encargó de anticipar cuál será su estrategia durante la rueda de prensa del pasado lunes, después de la reunión que celebró con su Ejecutiva precisamente para ratificar al Comité de Campaña que estará dirigido de nuevo por el vicesecretario general, José Manuel Villegas. “Si la gran novedad política es el Partido Comunista, apaga y vámonos”. “Es bueno saber lo que hay y que se quiten las caretas”, abundó después Rivera.

Contra la “amalgama de partidos”

En el partido reconocen sin tapujos que la alianza entre el partido de Pablo Iglesias y el de Alberto Garzón, lejos de perjudicarles, “nos facilita las cosas” ya que piensan que buena parte del electorado huye de los “extremismos” y busca “el centro” y “la moderación”. Por ello, las críticas más aceradas irán dirigidas contra Podemos y su “amalgama de partidos”, entre los que incluye a “los proetarras de Bildu” y “los independentistas que quieren romper España” con los que quieren “asaltar el poder”.

La munición irá también dirigida contra Izquierda Unida a los que antes Ciudadanos ninguneaba pero a cuyos dirigentes identifica ahora con la “vieja política”, “los ”comunistas“, obsesionados con nacionalizarlo todo”, a pesar de que este punto ha quedado fuera del acuerdo con Podemos.

Su otra diana será el PP partido al que, junto a Podemos, culpan del bloqueo institucional que ha obligado a repetir las elecciones. Pero sus dardos no irán dirigidos contra todo el PP a cuyos votantes siempre ha dicho Rivera que “respeta”. Solo contra el PP que encarna Mariano Rajoy, cuyo liderazgo cuestiona y al que lleva pidiendo veladamente que dé un paso atrás para facilitar un Gobierno “constitucionalista”, con su partido y el PSOE. “Rajoy no puede abanderar un gran pacto contra la corrupción”, ha afirmado el líder de Ciudadanos en muchas ocasiones.

Rivera no ha querido concretar su preferencia hacia otros dirigentes del PP, como el responsable de Comunicación, Pablo Casado, para no “acabar con su carrera política”. Pero se ha dedicado a lo largo de estos meses a alentar la rebelión de los vicesecretarios, de los dirigentes más jóvenes que esperan su oportunidad y a muchos de los cuales no les importaría impulsar una regeneración interna y propiciar unas primarias dentro del PP.

Prohibido atacar al PSOE

A salvo de ataques quedará el PSOE, partido con el que el líder de Ciudadanos cerró un acuerdo de gobierno después del 20D. “Atacar a Pedro Sánchez sería casi tanto como tirar piedras en nuestro propio tejado”, reconoce un destacado dirigente del partido a eldiario.es. Pese a ello, Villegas, rechazó este miércoles que hubiera “un pacto de no agresión” con los socialistas.

Pero la sintonía con los socialistas es evidente. De hecho, el rápido rechazo de Pedro Sánchez a la oferta de Podemos para concurrir juntos al Senado les ha agradado, aunque hace tiempo que constataron que Susana Díaz, que gobierna en Andalucía precisamente gracias a Ciudadanos, no va a dejar que el dirigente del PSOE caiga en brazos de Podemos y de sus antiguos socios de gobierno, IU.

En Ciudadanos, además, tienen claro que no pueden cerrar la puerta al PSOE dado que volverá a ser fundamental tras las elecciones de junio para poder formar la gran coalición entre los partidos “constitucionalistas”. Para ello, también esperan que Rajoy haga “algún gesto” que certifique que habrá cambios en su partido, con lo que justificarían su futuro entendimiento con el PP.

Aunque muchas de las encuestas publicadas estos días vaticinan que el partido de Albert Rivera será uno de los beneficiados por la imagen “dialogante” que han transmitido durante estos cinco meses de negociaciones, en su equipo no quieren echar las campanas al vuelo. En las anteriores elecciones también algunos sondeos pronosticaron que iban a superar incluso al PSOE y a obtener entre 50 y 60 escaños. Al final se quedaron en 40 y en cuarta posición, lo que generó una notable frustración entre los de Rivera. “Hay que ser cautos”, afirman.