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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El hiperliderazgo de Albert Rivera recibe por primera vez contestación interna mientras Ciudadanos cae en los sondeos

Albert Rivera con el exsocialista Joan Mesquida, uno de sus recientes fichajes

Carmen Moraga

El adelanto electoral decidido por Pedro Sánchez ha vuelto a pillar a Ciudadanos a contrapié aunque sus dirigentes no lo reconozcan. Aunque sus principales portavoces llevaban reclamando a Pedro Sánchez que pusiese las urnas desde el día después de la moción de censura, en el partido calculaban que el presidente del Gobierno iba a aguantar hasta después de las municipales y autonómicas de mayo a pesar de no sacar adelante los Presupuestos.

El argumentario que repetían los portavoces del partido, que veían a Sánchez “atrincherado en la Moncloa”, caló hasta el punto de que en Ciudadanos muy pocos creyeron en la posibilidad del adelanto electoral al mes de abril. Y vistos esos cálculos, Rivera ha tenido que tomar a toda prisa muchas decisiones, algunas sin consultarlas siquiera con su Ejecutiva. Y no todas han gustado internamente.

Los nervios por la cercanía del 28A se han desatado no solo en Madrid, también en otros territorios. Una de las razones ha sido el ver que en las últimas encuestas el partido empieza a retroceder con la amenaza de Vox de llevarse un buen bocado de su electorado. La más reciente, la del CIS de Tezanos, que pronostica que el PSOE ganaría las elecciones con el mismo apoyo que tiene ahora el PP y que el partido de Pablo Casado recuperaría la segunda posición a costa de las caídas de Ciudadanos y Vox.

Pese al entusiasmo que irradia Rivera -basado en sus propios sondeos internos-, en Ciudadanos son muchos los que no ven tan fácil el anhelado sorpasso al PP para poder liderar un futuro gobierno con un pacto a la andaluza pero con Rivera de presidente. Precisamente, ese acuerdo a tres y la foto en la Plaza de Colón de Rivera, Casado y Abascal, ha incomodado a algunos dirigentes, que reconocen su malestar en privado.

En el partido no solo hay nervios. También hay enfado en algunas comunidades y provincias por la tardanza en convocar las primarias y el escaso margen con el que muchos de los aspirantes se han encontrado ahora para poder presentarse al proceso interno. Algunos de ellos no han tenido más remedio que dar un paso atrás ante el empeño de Rivera en seguir fichando “talento” de fuera. Su personalismo lleva a que nadie se atreva a rechistar o cuestionar sus decisiones en las reuniones internas. “No le gusta y tuerce el gesto”, desvelan.

Eso hasta ahora, ya que por primera vez, para sorpresa del líder y de su más fieles colaboradores, se han alzado voces contra el fichaje como cabeza de lista para las elecciones autonómicas de Castilla y León de la expresidenta del Parlamento regional, y exdirigente del PP, Silvia Clemente, con un pasado político inquietante y muchas sombras en su gestión, con ayudas de su departamento en el Gobierno de Castilla y León a las empresas de su marido. Un episodio insólito en un partido acostumbrado a la calma interna como es Ciudadanos.

Pese a que Clemente ha sido avalada nada menos que por José Manuel Villegas, el número dos de Rivera, el diputado nacional por Valladolid, Francisco Igea, miembro de la Ejecutiva, ha decidido plantarle cara, lo que ha desatado un terremoto interno. El propio Luis Garicano, elegido recientemente candidato al Parlamento Europeo, ha decidido arropar a Igea en su campaña. Rivera ha deseado este jueves “que gane el mejor” dando a entender que no tomará parte en esa pugna interna.

Los resultados se darán a conocer el sábado día 9, junto con el de las generales. El temor a que Clemente pierda preocupa a la dirección nacional responsable de su polémico fichaje. Por si acaso ya están preparados los argumentarios: una hipotética derrota de Clemente implicaría que en Ciudadanos “hay verdadera democracia interna”. Pero lo cierto es que sería un hecho inédito y un varapalo para Villegas y el propio Rivera que la exdirigente del PP sucumbiese en las primarias.

Si Clemente finalmente gana, hay cargos electos de Castilla y León que han anunciado que dimitirán, como el diputado provincial de Zamora, David Carrión, o la concejala salmantina, Ana Suárez. Igea ya ha adelantado que él no es partidario de “integraciones”. Pero las listas, a partir del número dos, las elabora y decide la dirección así que el diputado no tendrá margen para ninguna maniobra, una vez se produzca la votación.

Una renovación total de los cabeza de lista

La renovación de los cabezas de lista va a ser total. De los dirigentes que se presentaron en 2015 prácticamente ninguno repite. Salvo Ignacio Aguado, que ha sido de nuevo avalado por la dirección nacional como candidato “oficial” a la Comunidad de Madrid pese a los rumores internos que apuntaban a que Rivera iba a dejarlo caer. Algunas de esas caras nuevas lo serán, como el caso citado de Castilla y León, a costa de ese afán de Rivera por atraer “talento”, desplazando a los suyos.

“No hay que dramatizar. Vivimos momentos vertiginosos y es lógico que algunas decisiones no sean del agrado de todos”, señalaba a eldiario.es un diputado del grupo parlamentario. Pero, dicho esto, el mismo diputado reconocía que tampoco hay tanta “unanimidad” como la que se ha traslado de puertas a fuera en la decisión de Rivera de vetar al PSOE para futuros pactos electorales.

“Es un veto que no se trasladará después a las autonómicas. Volverá a discutirse y veremos. Con el Sánchez de ahora es imposible pactar el 28A”, repiten los dirigentes de Ciudadanos cuando se les pregunta si están cómodos con ese acuerdo. La animadversión de Rivera por Sánchez es casi personal y quedó plasmada en el último pleno de la legislatura en donde ambos líderes se ensañaron el uno con el otro.

Otra de las cosas que no ha gustado nada dentro del partido ha sido el secretismo con el que Rivera ha llevado el salto a la política nacional de Inés Arrimadas a Madrid. Salvo unos cuantos dirigentes de su núcleo duro, nadie en el partido conocía los planes de Rivera y Arrimadas en cuya decisión ha pesado también el hecho de que su marido, un conocido empresario catalán, haya trasladado recientemente su negocio a Madrid.

Los más críticos creen que Rivera debería haber debatido la decisión en una Ejecutiva pero el temor a 'filtraciones' antes de tiempo aconsejó al líder no hacerlo. La noticia fue adelantada a varios medios de comunicación apenas dos días antes de que ambos la confirmaran oficialmente en el mitin de la madrileña Plaza de la Villa.

Hasta ese momento, había diputados que no acaban de asumir que fuera cierto. Pensaban que era “una locura” que la portavoz nacional deje “descabezado” al partido en Catalunya en un momento tan delicado. También allí las encuestas dan una bajada a Ciudadanos en las generales por la irrupción de Vox y la posibilidad de que Casado recupere parte del voto perdido del PP, aunque sea un porcentaje mínimo. Así que la decisión de que Arrimadas sea la candidata por Barcelona -en donde en 2015 Cs sacó en 4 diputados- trata de subir la apuesta en la comunidad que más alegrías ha dado al partido de Rivera.

Algunos dirigentes se preguntan si no habrá choques entre ellos cuando cohabiten en Madrid y compartan el protagonismo en el Congreso dada sus fuertes personalidades. Las versiones sobre sus relaciones son diversas. Unos dicen que “se llevan muy bien” y otros -los menos- que Rivera “solo busca tener cerca a Inés por su tirón electoral. Veremos a ver después de las elecciones”, señalan.

En su pelea por desbancar a Sánchez y sustituirlo en La Moncloa, Rivera ha decidido pescar en las filas del PSOE y del PP, en un alarde de demostrar que el bipartidismo ha muerto y que Ciudadanos encarna el verdadero proyecto “reformista y constitucionalista” que puede dialogar a su derecha e izquierda (aunque no con Sánchez).

A la ya larga lista de independientes que han recalado hasta ahora en Ciudadanos, como los exsocialistas Joan Mesquida y Celestino Corbacho; o los ex del PP, Silvia Clemente y José Ramón Bauzá, podría sumarse en los próximos días otros nombres. Como el de la exministra de la Vivienda, Maria Antonia Trujillo, en Extremadura. “Veremos”, afirman fuentes del partido. Las sorpresas podrían darse también en la lista de Garicano a las europeas, en donde Javier Nart cedió disciplinadamente el paso al coordinador económico del partido.

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