Alberto Garzón (Logroño, 9 de octubre de 1985) es el candidato más joven en esta reñida contienda del 20D: 30 años que lleva muy a gala. Incluso bromea con el hecho de que “tenía un año cuando Celia Villalobos fue por primera vez diputada por Málaga”, la circunscripción por la que él ha sido diputado al estar ligado a esa provincia desde niño, donde estudió por que su padre nació allí.
Garzón lleva semanas peleando al frente de la candidatura Izquierda Unida-Unidad Popular para hacerse oír en esta campaña frente a los cuatro partidos que están dominando la escena política. Ni la exclusión de los debates, ni el “apagón informativo” que lamenta estar sufriendo, ni tampoco los inciertos pronósticos que le dan las encuestas le han desanimado para seguir peleando hasta el final. “Vamos a dar la sorpresa”, insiste una y otra vez.
¿Qué se juegan los españoles en estas elecciones?
El Parlamento no va a decidir sobre los cuatro años siguientes, sino sobre las próximas décadas. No nos jugamos las próximas elecciones sino las próximas generaciones y un nuevo orden social que se está construyendo como salida a la crisis del neoliberalismo y el capitalismo. La derecha económica y la oligarquía tienen previsto seguir construyendo un modelo de precariedad y de crisis permanente en el que las conquistas sociales logradas en estos años están puestas en entredicho.
¿Y qué se están jugando IU y Alberto Garzón en esta campaña?
Creo que lo que nos estamos jugando es ser un instrumento útil y que la izquierda en este país participe de la oportunidad de cortocircuitar esta operación del régimen que está destinada a construir ese orden social regresivo. Pero también nos jugamos que haya una izquierda organizada e ideologizada el día después y que no seamos como Italia, donde con toda la tradición histórica obrera que ha tenido, al final, en el día de hoy, no hay una izquierda representada en el Parlamento que esté organizada e ideologizada.
¿Quién es el principal rival de Unidad Popular en esta campaña? ¿El PP y Ciudadanos, o Podemos y el PSOE?
El enemigo son las políticas de derechas, ni siquiera diría que fuera el PP, diría que es la oligarquía. Son aquellos que mandan sin presentarse a las elecciones, son los que han utilizado el Estado para salvarse a ellos mismos, el capitalismo de amiguetes. Esa oligarquía que decidió que rescatar a los bancos era posible y en cambio a la ciudadanía no lo era. Esa oligarquía está representada fundamentalmente en el PP y en Ciudadanos. Nosotros estamos haciendo una campaña muy limpia para convencer a nuestros votantes de que las salidas son desde la izquierda, una izquierda rupturista. En ese sentido, yo no descarto que haya mucha gente de Podemos que nos voten a nosotros, que somos los que mantenemos una posición coherente y sensata.
¿Qué le ha empujado a iniciar un ataque tan directo contra Podemos? Se lo pregunto porque al inicio de la campaña se mantenía en otra estrategia.
No, yo no he iniciado ningún ataque contra Podemos ni contra ninguna fuerza política. De hecho, nosotros, y particularmente yo, siempre hemos dicho lo que pensábamos. Yo lo he dicho en Izquierda Unida cuando era un crítico de IU, y lo pensaré y diré del resto de partidos. Pero eso no significa que sean mis enemigos, sino que tengo la capacidad de dirigir una crítica a aquellas estrategias políticas que creo que son censurables para la mayoría social.
Pero creo que desde que Podemos rompió unilateralmente la posibilidad de construir un escenario de unidad popular, ganó un alma en Podemos que inició un giro al centro que se ha caracterizado por defender el libre mercado en el sector eléctrico, los compromisos adquiridos con la OTAN o la defensa de la Constitución del 78, igual que hacen el PP o el PSOE.
¿No es una exageración decir que Podemos es la nueva UCD o aspira a serlo?
No lo pienso. Creo que los cuatro partidos están aspirando a ir hacia el centro para recobrar los votos que se están situando en el centro político y buscan ser relevantes en una segunda Transición. La imagen que quieren trasladar es la de UCD. Y no es una cuestión solo de Podemos, sino del PP, de Ciudadanos y del PSOE. Creo que es el síntoma de estas elecciones y de esta campaña. Son partidos que desde que empezó la campaña han cambiado bastante en sus postulados para moderarlos e intentar captar ese voto del centro. Es una actitud compartida entre todos ellos.
Alerta usted en sus mítines de que la derecha, “los barrios ricos” van a votar masivamente e invita a la izquierda a no quedarse en casa. Todo apunta a que en estas elecciones no habrá tanta abstención. ¿A quién cree que beneficiará que haya un aumento de la participación?
Depende. Porque la cuestión no es tanto el porcentaje de participación sino quién participa. Si lo hacen los barrios ricos entonces tendremos un problema. Las clases populares son los que más suelen sufrir la abstención. En ese sentido, nosotros creemos que lo que hay que hacer es movilizar a las clases populares para que voten a favor de sus intereses. Si eso fuera así, no gobernaría nunca la derecha. Lo que sí vemos es a una izquierda muy entusiasmada. Estamos viviendo una campaña muy bonita, muy animada, en la que cada vez llenamos más los actos, en la que a la gente se la ve con muchas ganas, por eso pensamos que podemos dar la sorpresa. Pero es verdad que el escenario es absolutamente imprevisible.
El partido de Rajoy sigue dominado las encuestas. ¿Por qué cree que la corrupción no pasa factura al PP? ¿Cómo se explica eso?
Bueno, por una falta de cultura democrática que hace que todavía haya mucha gente que tolera esos comportamientos absolutamente perjudiciales para el conjunto en nuestro país. Muchas gente no se ha dado cuenta, o se ha dado cuenta y ha preferido mirar hacia otro lado, de que la corrupción de Gürtel, de Bárcenas y de todo lo demás es una corrupción que es meternos a todos la mano en el bolsillo para sacarnos el dinero y depositarlo en el bolsillo de los más ricos. En ese sentido, lo que tenemos que hacer es mucha pedagogía y explicar que la corrupción significa pérdidas de derechos sociales.
¿Los casos del diputado De la Serna y el exembajador Arístegui son corrupción?
Hay una corrupción que es ilegal, la que hemos conocido con Barcenas y la Gürtel. Y luego hay otra legal que tiene que ver con la privatización, el saqueo y el expolio de la transferencias de rentas de lo público a lo privado. Cuando un representante público al mismo tiempo está representando intereses privados y legislando a favor de esos intereses, evidentemente yo sí llamaría a eso corrupción. Aunque pueda llamarse a eso ‘corrupción legal’. Hemos visto el caso de Pujalte, que era portavoz de Economía en el Congreso y al mismo tiempo cobraba de las constructoras. Eso no debería estar permitido. Pero es legal a través de los cauces actuales. Por eso nosotros pedimos una nueva legalidad.
¿Endurecer las incompatibilidades?
Sí, hay que endurecerlas. Nosotros lo hemos propuesto, pero el PP y el PSOE con su voto mayoritario siempre lo han rechazado. Pero no solo endurecer, lo que hay que hacer es impedir que el propio Congreso pueda autorizar ese tipo de barbaridades porque la ley de incompatibilidades ya estable que alguno de estos casos no deberían suceder.
Usted ha alertado del auge del fascismo. ¿Ve posibilidades reales de que ocurra en España lo mismo que ha pasado en Francia?
Absolutamente. Hay que ser capaces de mirar un poco más allá. Creo que la crisis económica lo que está dejando claro es que la derecha la está gestionando con mayores recortes y pérdidas de derechos para la mayoría social. Eso fue lo que nos llevó a la calle un 15M y sigue siendo una causa fundamental para una movilización. La clave está en que entendamos que las respuestas populares a la crisis se pueden dar por la derecha o por la izquierda. En Francia se están dando por una derecha extrema que ha conseguido canalizar la rabia y la frustración de su pueblo para situarlo contra la inmigración y a favor de unas posiciones profundamente xenófobas y clasistas. Aquí, las políticas neoliberales del PP y el PSOE lo que van a hacer es empeorar la vida de la gente. No serían descartables nuevos estallidos sociales y la cuestión es saber si van a estar gestionados o dirigidos por una extrema derecha o por una posición de democracia radical desde la izquierda.
¿Cómo se entiende que Alberto Garzón sea uno de los líderes mejor valorados y luego eso no se traduzca eso en votos?
Está claro que hemos conseguido generar mucha simpatía con nuestra propuesta política y con nuestra coherencia. Ahora se trata de hacer un esfuerzo para traducir todo eso en votos, para decirle a la gente que si creen en mí y en mis ideas, soy lo que soy porque pertenezco a una organización política formada por mucha gente con unos principios y unos valores inflexibles que consideramos los más adecuados para transformar la sociedad.
¿Se cree la 'operación Menina' que después del 20D descabalgaría a Rajoy de ser presidente del Gobierno para dejar que lo sea la vicepresidenta?
Yo no soy amigo de las conspiraciones. Creo que hay que hablar sobre los hechos. Desde luego, hay muchas hipótesis encima de la mesa. Para mí lo que sería un drama es continuar con otros cuatro años de PP con Ciudadanos, y eso hay que explicárselo a la gente que cree que votar a Ciudadanos o al PP es un elemento progresista.
¿Cree que Ciudadanos se ha desinflado después de hacer públicas propuestas como la que ha planteado sobre la violencia machista?
Mucha gente está diciendo que va a votar a Ciudadanos sin saber realmente lo que opina de muchas cosas. Pero según se va conociendo su programa nos vamos dando cuenta de que la sociedad está reaccionando y colocando a cada uno en su sitio.
¿Apoyaría usted la investidura de Pedro Sánchez?
Nosotros ahora mismo no hablamos de futuribles. Al ser un escenario tan volátil, es impensable lo que puede pasar el 21 de diciembre. Tanto PP, PSOE, Ciudadanos o Podemos están cambiando su discurso para irse al centro y no sabemos lo que van a decir el día después. El PP lo ha ocultado siempre pero ahora resulta que el resto también. Quien quiera pactar con nosotros que se vaya leyendo nuestro programa.
Usted en sus actos habla de “las clases populares”, no de la “clase obrera”. ¿Ha quedado obsoleto ese concepto?
Yo creo que no. Lo que pasa es que la gente identifica lo de clase obrera con el trabajador del mono, con el albañil. Y creo que obreros y trabajadores son toda la gente que no puede vivir nada más que de su propio esfuerzo. Las clases populares representan no solo a los albañiles, sino a los becarios, al precariado, al cajero de la sucursal de un banco que cobra 400 euros.
El PSOE sigue manteniendo esa 'O' en sus siglas. ¿Ve algo de obrero en el partido de Pedro Sánchez?
Que el PSOE lleve la O en sus siglas creo que es puro folclore. Aunque creo que hay voto obrero en el PSOE y que hay gente de izquierdas que vota al PSOE. Lo que ocurre es que su propio aparato ha sido un aparato encaminado al beneficio de la oligarquía de este país. Lo hemos visto con las puertas giratorias y con las propuestas que han hecho. El PSOE ha sido corresponsable de las privatizaciones y expolio de las empresas públicas en nuestro país. Hemos visto cómo bajaban los impuestos a los ricos y su cara más real cuando gobernaban.
Usted rechaza la política del espectáculo, pero, dígame la verdad: ¿si le hubieran llamado María Teresa Campos o Bertín Osborne, habría ido a sus programas?
No, no habríamos ido, sinceramente. No me hubiera encontrado cómodo en ese tipo de programas porque creo que la política no hay que banalizarla. Creo que está bien que la gente pueda conocer los gustos privados de los políticos, pero la política es algo que tiene que ver con nuestras condiciones de vida, con nuestras propuestas, y eso no hay que banalizarlo. Hay que recuperar el debate sereno. Además, no está entre mis habilidades cantar o bailar.
¿Les llegaron a llamar?
Nos han llamado de algunos programas muy particulares, muy de espectáculo y he dicho que no. Y de otros que no nos han llamado, si lo hubieran hecho habríamos dicho que no.
¿Le ha sorprendido que Pablo Iglesias sí aceptara y que incluso tocara la guitarra y cantara?
No. Una de las almas existentes en Podemos es la de Laclau [teórico político argentino] y su teorización sobre la formas políticas modernas o postmodernas, y eso entra dentro de esa estrategia, una estrategia de un hiperliderazgo muy emocional y muy identificado, digamos, con unos elementos más superficiales y epidérmicos y no en la reflexión profunda. No me sorprende pero tampoco me parece mal. Yo solo digo que creo en otra política distinta.
¿Cómo ve a Pablo Iglesias en esta campaña en la que a ustedes les ignora?
Yo creo que ha habido un avance de aquel Podemos que nos llamaba ‘Pitufo gruñón’, hasta un Podemos que, efectivamente, se ha concentrado en otros objetivos. Lo que si podemos echar en cara a Podemos, como al resto de los demás partidos, es el intento de excluir a la izquierda y de copiar los vicios del bipartidismo excluyéndonos de los debates.
¿Podemos quiso realmente liquidar a IU?
No lo creo. Podemos, ya lo he dicho, tiene muchas almas y una heterogeneidad que hace que muchos estén claramente de nuestro lado, que no es el de Unidad Popular sino el de la gente sencilla. Gente que colabora con nosotros, como hemos visto en Sevilla. Pero ha ganado el alma en Podemos, la de huir de la izquierda, y les hemos resultados incómodos a esa parte que cree que hay que ir al centro.
Almudena Grandes ha responzabilizado a la dirección de IU del fracaso de que de que no hubiera una confluencia y de haber organizado Unidad Popular después de haber expulsado a más de 5.000 afiliados.
No sé qué datos tiene Almudena Grandesm pero los tiene bastante equivocados. IU lo que ha hecho es un proceso de renovación absolutamente necesario que ha contado con una limpieza de las malas prácticas que existían en la Comunidad de Madrid por quienes habían estado gobernando junto con el PP en instituciones financieras como Bankia y Caja Madrid. Hicimos ese proceso de limpieza absolutamente necesario, a través de los únicos cauces que estaban disponibles, que era la desfederación de Madrid. Estamos muy orgullosos de haber hecho eso. Ahora mismo estamos reconstruidos en Madrid. Hemos conseguido recuperar el carácter más original de IU alejándonos de esa visión pactista y cercana siempre al PSOE que algunos querían. Probablemente se esté representando en esa crítica minoritaria que existe dentro de IU que ha pretendido encubrirse dentro de un discurso obrerista para hacer lo que siempre había venido pidiendo, pactos con el PSOE. Pero ese alma es ahora minoritaria, aunque es normal y está bien que esté.
En esta campaña solo se oye a Unidad Popular hablar Memoria Histórica, de laicismo, del papel de la monarquía -que usted no duda en llamar “corrupta”- , ni de la necesidad de caminar hacía una tercera república. ¿Por qué cree que ni el PSOE ni Podemos están interesados en plantear ahora esos debates?
No están interesados porque creen que pierden votos, porque están diciendo –como se escuchó a una dirigente de Podemos – que no son prioritarios. Como el tema del aborto, que tampoco está siendo un elemento de defensa en la campaña porque están moderando sus propuestas. Ya no solo es que no lo digan, es que a veces dicen hasta lo contrario. Una cosa es la ambigüedad, no decir nada sí república o monarquía, y otra cosa es asumir los compromisos de la OTAN. Eso ya no es ambigüedad. Nosotros no vamos a participar ahí. Queremos vencer convenciendo, no escondemos nuestras propuestas.
¿Volver a la indemnización de 45 días por despido no es una utopía? Pedro Sánchez ha dicho que quien proponga eso no dice la verdad.
Pues se equivoca. Es recuperar los derechos de los trabajadores. Lo que ocurre es que el PSOE es corresponsable de una reforma laboral de la misma naturaleza que la del PP, que buscaba el mismo objetivo, moderar los salarios.
¿Cómo ve otra propuesta de Sánchez, la de crear un impuesto para garantizar las pensiones?
Las pensiones son sostenibles si se hace una política de empleo adecuada. Con nuestra propuesta de Trabajo Garantizado seremos capaces al mismo tiempo de incrementar las cotizaciones, de incrementar los salarios, y eso incrementa los ingresos de la Seguridad Social. Las pensiones son un derecho y deberían estar financiadas en caso extremo por los propios impuestos. No creo que haga falta un impuesto especial, finalista, de las pensiones.
¿Cree que la ciudadanía entiende que ustedes no quieran estar en el Pacto Antiyihadista, sobre todo después de estos últimos atentados?
No toda la ciudadanía lo puede comprender y por eso necesitamos mucha más pedagogía. Pero la ciudadanía más consciente de la complejidad de los problemas y de los conflictos que existen en Oriente Medio sí lo entiende. Entiende que la doctrina que va desde Bush a Hollande es una doctrina de miseria y destrucción, del drama, de la suspensión de la legalidad internacional, la de las torturas y los asesinatos extrajudiciales, la del espionaje... Y esa no puede ser la vía para resolver un problema. Esa vía solo puede incrementar el caldo de cultivo para que haya más fanatismo y más yihadismo.
¿Podría haber un reencuentro entre IU y Podemos a partir del día 21?
Es un futurible. ¡Quién sabe lo que va a decir Podemos el día 21!
Tania Sánchez aseguro “no voy a entrar en Podemos, y punto” y luego entró. ¿Alberto Garzón nunca entrará en Podemos, y punto?
En mi caso lo puedo decir con absoluta coherencia. Lo he rechazado en numerosas ocasiones. Yo tengo mis ideas. Me afilié a IU en el 2003 cuando en mi pueblo no tenía aspiraciones de ganar pero sí de luchar contra la corrupción. Yo estoy en IU y en el PCE porque es donde creo que más puedo aportar, en ningún otro sitio me sentiría cómodo. Una de las cuestiones más básicas en la política es la coherencia y el proyecto político de Podemos no es mi proyecto.
¿Le dolió que Tania Sánchez se fuera?
Las decisiones individuales hay que respetarlas. Pero creo que se equivocó si cree que la solución es un proyecto de izquierdas. A la marcha de Tania le ha sucedido muchísima gente que se ha afiliado a IU en la Comunidad de Madrid con una valía inmensa y una coherencia muy estimable.
¿Qué pasará si su candidatura no logra tener representación?
La oligarquía sueña con la posibilidad de que no haya una izquierda rupturista y organizada de este país, es su sueño húmedo del que pueden ir despertando. Creo que tenemos fuerza y que tendremos un grupo propio. No estamos preocupados en absoluto.
¿Optará a ser coordinador de IU?
Ese es otro futurible. Porque no sabemos lo que va a pasar el 20D pero creo que va a ser relevante para sentir un poco el clima de la gente.
Haga una porra sobre el resultado del 20D.
No la puedo hacer. Me la están pidiendo en todos los sitios y no tengo ni idea. Todo es muy volátil. Pero vaticino que vamos a dar la sorpresa.