“El Estado quiere que cuando un chaval vaya a tuitear se lo piense dos veces”

Arkaitz Terrón es abogado, pero este jueves se ha sentado en el banquillo de los acusados. Es uno de los siete tuiteros que la Audiencia Nacional juzga esta semana por enaltecimiento del terrorismo en Twitter. Aunque el miedo a las elevadas multas económicas y a la cárcel ha llevado a muchos a aceptar una sentencia de conformidad, Terrón ha querido enfrentarse al tribunal y demostrar su inocencia: “No he escondido en la vida lo que pienso”.

La acusación contra Terrón surge de la cuarta fase de la Operación Araña. En su informe, la Guardia Civil refleja que este abogado, que en el momento de su detención apenas superaba los 200 seguidores, publicó una serie de tuits que creaban “alarma social”. Ensalzó el terrorismo, humilló a las víctimas y lo hizo a través de su perfil en una red social, a la vista de todo el mundo, sostienen los agentes.

“Es absurdo, mi abogado lo ha dejado claro, tenía 200 seguidores. Los tuits no han tenido ni retuits ni favoritos, mi repercusión en Twitter es cero, pero eso les da igual, soy un titular más que alguien puede leer y se puede asustar”, asegura Terrón en conversación con eldiario.es. “El Estado quiere que cuando un chaval vaya a tuitear se lo piense dos veces”, añade.

Los agentes de la Guardia Civil que ha testificado en su juicio, en el que se enfrenta a una pena de dos años de cárcel, han dejado claro que, a la hora de acusarle, no han tenido en cuenta la repercusión de sus tuits. No miden el impacto de los mensajes en esa red social con ninguna herramienta. “Desconozco esas herramientas, no las hemos utilizado”, ha contestado uno de los agentes al abogado de Terrón.

“A mí me han acusado por mi ideología”

Arkaitz ha intentado quitar importancia a los nueve tuits que le han llevado al banquillo. Ante el tribunal ha explicado que no quiso ensalzar el terrorismo, sino denunciar el trato a los presos políticos vacos, los fusilamientos de acusados de terrorismo durante el final del franquismo o criticar los homenajes a Luis Carrero Blanco con chistes como “no entiendo por qué la placa de Carrero no se la ponen los productores de cava. El día que ETA lo hizo volar se descorcharon muchas botellas!”.

“A mí me han acusado por mi ideología, la Guardia Civil se dedica a buscar palabras clave, no es casual”, afirma. Uno de los agentes ha reconocido en el juicio esta práctica, y ha declarado que buscan palabras como ETA o Argala -el apodo de uno de los etarras implicados en el asesinato de Carrero Blanco- para detectar perfiles que luego son investigados más a fondo.

Con ese método de búsqueda, apunta Terrón, es imposible que acaben juzgando a tuiteros de extrema derecha por delitos de odio: “Encuentran lo que quieren encontrar”. ¿Y cuál es el objetivo de estas operaciones contra el enaltecimiento en redes sociales? Terrón lo tiene claro: “No buscan una censura general, es una censura a una determinada ideología”.

Destaca que en cada oleada de la Operación Araña se ha detenido a unas 15 o 20 personas, consiguiendo titulares en prensa del estilo “15 detenidos en una operación contra el enaltecimiento del terrorismo”. “Si se detienen de uno en uno, no se entera nadie. Yo tengo 200 seguidores, no soy nadie, somos cabezas de turco”, añade.

Persecución de “negros y gitanos”

El fiscal ha intentado defender que se condene a este tuitero con argumentos como que persigue la incitación al uso de la violencia, que tiene fijación con Carrero Blanco o que se acordó de etarras fallecidos en el aniversario de su muerte. Su comportamiento, ha dicho, puede llevar a que, después de justificar a los terroristas, justifique a quienes “persiguen a negros o gitanos”.

“Cuando ha dicho eso me he echado a reír y he temido que me echaran la bronca. Es el clásico discurso de los extremos se tocan, pero no es lo mismo criticar a Carrero Blanco que defender que apalicen a los negros. Intentar mezclarme a mí con esa ideología me parece algo que no tiene ninguna lógica, no tiene ningún sentido, ha sido un golpe bajo”, señala.

El fiscal también ha intentado demostrar que humilló a las víctimas, señalando que respondió a un chiste sobre Irene Villa con un “LOL”, que, según sus palabras, es igual que responder “me río a carcajadas, me encanta”. Terrón le ha recordado que la propia Irene Villa ha quitado importancia a esos comentarios.

Este abogado tiene pocas esperanzas en que la sentencia sea absolutoria, aunque tampoco cree que importe mucho: “Mi sentencia no importa, lo que importa es el titular. Si mañana me absuelven, que no lo creo, no va a ser titular”.

“Te hunden la vida”

Otros acusados en la misma situación que Terrón ha aceptado sentencias de conformidad con las que evitaban la cárcel a cambio de declararse culpables. “Hay compañeros que se han visto obligados a pactar por miedo a ir a prisión, eso te impide plantar cara”. Cita el caso de otros acusados con hijos.

En su caso ha podido hacer frente al coste de la fianza, el viaje y los abogados, pero otros no tienen esos recursos. “No le podemos pedir a todo el mundo que se haga el mártir, para poder plantar cara tienes que poder permitirte plantar cara. Yo pude pagarlo, pero si no tienes recursos, lo primero que haces es reconocerlo todo, o si no, te hunden la vida”.

Asegura que, en su caso, no se ha cortado en Twitter después de la detención. “Tampoco te aseguro que pasado mañana vengan al portal de mi casa otra vez, siempre he tenido la conciencia muy tranquila”, concluye.