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La Audiencia Nacional procesa a un mando de la Policía Nacional por sus vínculos con Gao Ping y la mafia china

Pedro Águeda

8 de julio de 2020 23:02 h

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El juez de la Audiencia Nacional José Calama ha dictado un auto en el que propone juzgar a 105 personas por su presunta vinculación con la red mafiosa de Gao Ping. Entre esos investigados figura un inspector jefe de la Policía Nacional, Miguel Ángel Gómez Gordo, que en estos momentos disfruta de un destino especial en Melilla al frente de la Brigada de Extranjería. Los hechos por los que el instructor de la Operación Emperador procesa a Gómez Gordo están relacionados con su etapa al frente del grupo dedicado a tratar los problemas de Extranjería de la comunidad china en Madrid. 

En aquella época, escribe el juez, Gómez Gordo “facilitaba, agilizaba y realizaba trámites de extranjería a cambio de dádivas y recompensas”. El magistrado Calama menciona tres conversaciones entre julio de 2010 y julio de 2012 con el propio Gao Ping, un gran empresario y presunto líder de una red criminal que defraudaba y blanqueaba cientos de millones de euros anuales. La última conversación telefónica, del 23 de julio de 2012, “evidencia que estuvieron juntos en Pekín”. El magistrado, de acuerdo al escrito de acusación presentado por la Fiscalía Anticorrupción, también presenta como indicios documentos incautados en el despacho de Gao Ping. 

Asimismo, el juez Calama destaca una llamada a la esposa del líder de la red, Lizhen Yang, en el que el policía le avisa de que está en una de sus tiendas para comprar un bolso pero que no están ella ni su hermana. Los investigadores tenían intervenido el teléfono de la mujer y comprobaron cómo ella realiza una llamada a un empleado para advertirle de que no cobre a la pareja que va a visitar la tienda. En otra intervención telefónica, añade el auto, se pone de manifiesto que uno de los miembros de la trama china pide saltarse la espera en comisaría para unos trámites y otro contacto en el que parece desprenderse que Gómez Gordo es invitado a un espectáculo “donde pretenden regalarle dos cajas de vino”.

Gómez Gordo figuró como investigado en una pieza separada de la causa Emperador dirigida contra un grupo de funcionarios policiales. Sin embargo, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional archivó la causa contra él al considerar que los indicios que Asuntos Internos y Anticorrupción presentaban no eran constitutivos de delito. Esos indicios apuntaban igualmente a presuntas dádivas a miembros de la trama a cambio de favores. Gómez Gordo no llegó a sentarse en el banquillo y todos los policías juzgados resultaron absueltos. El archivo de la Sala de lo Penal se produjo con los mismos argumentos que esos jueces habían utilizado para procesar a Gómez Gordo.

Anticorrupción argumenta ahora que aquella investigación se ceñía a los vínculos del mando policial con Yongping Wu Liu y que ahora debe ser juzgado por su relación con otros presuntos miembros de la mafia china. El ahora inspector jefe, dicen los fiscales en un escrito del pasado mayo, “mantenía relación personal y directa con Yongping Wu Liu, pero también con otros investigados respecto de los cuales continúa esta causa: Gao Ping, Xianxian Yang, Yongping Xia, Lizhen Yang o Jaime Caballero”. “Dichas relaciones -añaden- eran absolutamente ajenas al desempeño laboral. Gómez, sin embargo, utilizaba su función de Policía para dar trato de favor a dichas personas investigadas (o a terceras designadas por éstas) y recibir dádivas de ellas”. El auto de pase a procedimiento abreviado es recurrible por las partes antes de que el juez dicte el de apertura de juicio oral.

Gómez Gordo resultó absuelto el pasado año después de ser juzgado junto a tres ciudadanos chinos por el secuestro de una compatriota de éstos. Según el relato de los hechos que hacía la acusación, la mujer fue secuestrada para intentar conseguir tres millones de euros que iban a ser sacados de España por otra banda. Cuando la mujer fue liberada resultó ser detenida en las inmediaciones del lugar de su cautiverio por dos subordinados de Gómez Gordo. La secuestrada acusaba al inspector jefe de estar aliado con la banda de secuestradores y de detenerla para que no pudiera denunciar. La Sección Decimosexta de la Audiencia Provincial resolvió que aunque resultaba “creíble” el relato de la mujer no quedaba probado la participación en el mismo de los acusados. 

Pese a sus problemas con la justicia, la Dirección General de la Policía nunca ha actuado disciplinariamente contra Miguel Ángel Gómez Gordo. Antes de que se archivara la primera causa contra él por la mafia china, ascendió a inspector jefe y estuvo destinado en servicios centrales de la Comisaría General de Extranjería y Documentación. Le fue asignado un destino en Almería que no llegó a pisar gracias a la fórmula de la comisión de servicio, un mecanismo excepcional que otorga un destino provisional a un policía en función de una supuesta necesidad especial. Es el mismo procedimiento por el que fue destinado a Melilla, a petición propia, hace alrededor de un año. 

Hermano del policía asesor de Cospedal imputado en Kitchen

Miguel Ángel es el hermano menor de Andrés Gómez Gordo, el comisario imputado en el caso Villarejo por haber participado en el espionaje a Luis Bárcenas con fondos reservados. Otro de los investigados en esa causa, Enrique García Castaño, le ha señalado ante el juez como el autor del informe PISA con el que el Ministerio del Interior de Jorge Fernández Díaz quiso acusar falsamente a Podemos de financiación ilegal. 

Andrés Gómez Gordo ha trabajado durante años fuera de la Policía siempre al servicio del PP y, especialmente, de María Dolores de Cospedal mientras ésta era presidenta de Castilla-La Mancha. Regresó a la Policía para gestionar la relación con el chófer de Bárcenas, al que conocía por haber trabajado junto a él para Francisco Granados, y a los seis meses de volver fue condecorado con una medalla pensionada.