AVE, tranvía y paseo por Sevilla: Sánchez se presenta como el presidente “de la gente” frente a la “derecha dócil con los poderosos”
“No nos vamos a callar, no nos vamos a esconder”. Así ha arrancado Pedro Sánchez el primer acto de la campaña el 'Gobierno de la gente' que le ha llevado este sábado al barrio de Pino Montano, en Sevilla, donde los socialistas no han conocido la derrota, ni siquiera en las últimas elecciones andaluzas en las que Juanma Moreno Bonilla ganó por mayoría absoluta. La frase iba dirigida a un pequeñísimo pero ruidoso grupo de personas que le han seguido, provocando algunos momentos de tensión, durante el paseo que ha dado por la zona antes de participar en un mitin. El objetivo de Sánchez es defender la gestión del PSOE frente “a los agoreros” en referencia a una “derecha política y mediática” que, a su juicio, “está a otra cosa” y que “va de la mano” de los intereses de las grandes empresas en detrimento de la mayoría social. El discurso de Sánchez sitúa al PP en la “derecha dócil con los intereses particulares de unos pocos poderosos”.
Sánchez quiere afianzar en este periodo preelectoral el giro a la izquierda que le imprimió al PSOE antes del verano y lo hace tanto en el discurso como en el formato tratando de acercarse a los ciudadanos. Al paseo por el barrio de Pino Montano (que por primera vez ha sido visitado por un presidente del Gobierno), le ha precedido una visita a las obras de ampliación del Metrocentro y del tranvía, donde se ha subido junto al alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Aunque el acto era oficial, se ha dejado ver en el AVE, algo poco habitual en la agenda del presidente, que suele viajar en el avión oficial por indicación del departamento de seguridad.
El líder socialista ha asegurado que defenderá los intereses de la clase media y trabajadora “cueste lo que cueste” tras recordar algunas de las medidas que ha puesto en marcha en los dos años y medio que lleva de legislatura, y que ha recordado se ha enfrentado a “calamidades” como la pandemia y ahora los efectos de la guerra en Ucrania. Además de las becas, las vacunas (que ha confirmado que la cuarta dosis empezará a suministrarse en septiembre), la subida del SMI, la revalorización de las pensiones o las rebajas fiscales para la luz (y a partir de octubre para el gas), el presidente ha puesto especial énfasis en la gratuidad de los abonos de Renfe que ha comenzado esta semana. “Primero la gente y luego todo lo demás”, ha dicho a modo de conclusión y resumen.
El PP, “de la mano” de las empresas energéticas
“La política española demuestra que se puede votar en contra del sentido común, que es lo que hacen la derecha y la ultraderecha cada vez que tienen ocasión”, ha recriminado Sánchez al PP y a Vox por oponerse a la mayoría de medidas que ha implementado el Gobierno. “Van dando lecciones de españolismo, pero trabajar para España es trabajar para el bien de su gente”, ha dicho sobre el partido de Alberto Núñez Feijóo, al que ha vuelto a reclamar que “arrime el hombro”. El líder socialista, que lleva meses intentando que el partido no caiga en la resignación, ha asegurado que sufre la misma oposición que antes tuvieron Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero y ha advertido a los suyos de que se la encontrará cualquier presidente del PSOE.
“Ni nos han apoyado en Catalunya, ni nos apoyaron durante la pandemia, ni nos están apoyando ahora [ha expresado tras reconocer que la legislatura está siendo la ”más compleja“]. Van a usar la guerra para intentar derribar al Gobierno y ya les digo que no lo van a lograr. No lo van a lograr porque la agenda de la socialdemocracia es la agenda de la mayoría social. Se resume en una ecuación tan sencilla como necesaria: se tiene que redistribuir la riqueza entre la clase media y trabajadora y en esto esta el Gobierno de España”.
“El Gobierno está a lo que está que es a poner en marcha políticas en beneficio de la clase social, los trabajadores y autónomos. La derecha política y económica están a otra cosa, a defender los intereses minoritarios de unos cuantos poderosos”, ha insistido el presidente, que sitúa en esos poderosos fundamentalmente a las empresas energéticas y ha aprovechado para recordar que la derecha política y mediática iban “de la mano” con ellas en su oposición a la excepción ibérica que ha permitido poner un tope al precio del gas con el que se genera la electricidad: “Nunca me olvidaré quien medraba junto a las empresas para que nos dijeran que no”. “No es casualidad [ha apostillado]. Las empresas energéticas llevan de la mano al PP y a la derecha mediática”.
El presidente, que no ha olvidado en su intervención los impuestos a la banca y las energéticas que ha impulsado la coalición, ha aprovechado para advertir de que presionará en Bruselas “para que de una vez por todas” la Comisión Europea ponga en marcha las reformas que ha reclamado España, como la intervención del mercado energético. “La unidad es fundamental frente a un agresor que es Putin”, ha dicho tras mostrar su apoyo a la decisión del G7 de topar el precio del gas ruso ahora que Putin ha decidido cerrar el grifo hacia Europa. Sánchez ha defendido que se reduzcan los ingresos con los que se está “financiando la guerra ilegal, injusta e injustificada” en Ucrania.
Critica a la Junta por no hacer “nada” frente a la sequía
La estrategia del PSOE también pasa por marcar distancias con la gestión del PP. A nivel nacional, Sánchez se ha preguntado qué habría pasado si hubiera gobernado la derecha durante la pandemia o si tuvieran que enfrentar ahora las consecuencias de esa guerra tras recordar que impusieron una reforma laboral que supuso “millones de despidos” o una amnistía fiscal que ha recordado que ahora estaría prohibida por ley. En clave más local, ha atizado al presidente andaluz, Juanma Moreno Bonilla, por su inacción frente a la sequía justo cuando las portadas apuntan hoy a que Doñana se ha secado: “Aprobamos en marzo en un eje de anticipación con medidas por importe de 450 millones para el sector primario y afectados por la sequía. (...) ¿Qué ha hecho la Junta de Andalucía? Nada”. También el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, ha cargado contra Moreno Bonilla: “Las competencias de agua de la Junta no se están llevando a cabo”.
En un formato de mitin al uso en el que después varios simpatizantes han formulado preguntas al presidente, Sánchez ha reiterado que las medidas que está poniendo en marcha el Gobierno son compatibles con cumplir la ortodoxia financiera. “Hacen tanto ruido y meten tanto miedo porque no quieren que cuaje la idea en la clase media de que haciendo políticas sociales también estamos siendo responsables fiscales y eso es lo que está haciendo el Gobierno: dar una respuesta solidaria y también con responsabilidad fiscal”. Y ha reivindicado una “política útil” tanto desde el Gobierno como desde la oposición: “Que no ponga paños calientes a una situación compleja como la que estamos viviendo pero que tampoco abone el discurso del miedo porque son muchas las fortalezas de la economía española”.
Sánchez ha sacado la bandera de patriota al confesarse “orgulloso” de ser el presidente del “mejor país del mundo”, pero también ha reivindicado la camiseta del PSOE precisamente ante los militantes andaluces, que están viendo el golpe de la sentencia de los ERE que condena al expresidente José Antonio Griñán a la entrada en prisión si no lo evita un indulto o el Tribunal Constitucional. “Me siento profundamente orgulloso de ser el secretario general del mejor partido de la historia democrática de nuestro país, que es el Partido Socialista”, ha rematado un Sánchez consciente de que tiene que activar al partido para dar la vuelta a las encuestas.
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