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De Madrid a Barcelona o Nápoles: marchas en una decena de ciudades para frenar la burbuja del alquiler

Manifestación en la capital bajo el lema #MadridNoSeVende

Iñigo Aduriz

Cientos de personas han salido este sábado a las calles de ocho capitales españolas –además de Nápoles, en Italia– para dejar claro que sus ciudades “no se venden”. En las marchas o concentraciones que se han celebrado en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Palma de Mallorca, Las Palmas de Gran Canaria, Málaga y A Coruña han reivindicado el derecho a una ciudad digna “más habitable” que promueva la igualdad ciudadana y una mayor participación en las políticas urbanas. Exigen, en definitiva, medidas contra el “modelo neoliberal” que a su juicio se ha implantado en las capitales europeas y que ha llevado a las mismas al “colapso” tanto por el fenómeno de la gentrificación como por el de la turistificación. 

Los convocantes consideran que “hay una ofensiva de determinados grupos de poder empresariales y de élites financieras que buscan devastar el bienestar de la ciudadanía”, algo que “viene orientado por las grandes operaciones urbanísticas o la subida de alquileres voraz que atenta contra el derecho de la vivienda”. Precisamente han reclamado medidas que frenen la “burbuja” del alquiler que padecen la mayoría de las ciudades españolas.

Además, consideran que en el modelo actual de ciudad se “excluye a porcentajes enormes de la ciudadanía” y se ponen en marcha políticas “antagónicas a lo que necesita la gente” que es, por ejemplo, “el acceso a la educación pública o a la sanidad universal”. 

“Vecina, despierta, especulan en tu puerta”

En Madrid ha tenido lugar una de las marchas más secundadas entre la plaza de Canalejas y la Cibeles, en la que se han escuchado lemas como “Madrid no se vende, se defiende”, “vecina, despierta, especulan en tu puerta” o “fuera los buitres de nuestros barrios”. Además, han cantado canciones compuestas expresamente para el 12-M, como 'Bienvenido Míster Pasta', 'Círculos viciosos', 'Gentrification' o “Me voy de mi salón de estar'. Cientos de personas han atendido la llamada a la movilización realizada por asociaciones vecinales, grupos ecologistas, ciclistas, centros sociales, sindicatos de inquilinos o plataformas de urbanismo, y han reivindicando ”ciudades que promuevan políticas cuyo eje central sean las personas, porque a día de hoy solo benefician a las grandes empresas“. Además, creen que es necesaria una mayor presencia del feminismo en las ciudades: ”una ciudad feminista es una ciudad igualitaria“.

Pablo Martínez, joven de 24 años y portavoz del centro social madrileño La Ingobernable, ha recalcado la necesidad de salir a la calle un año más para gritar “Madrid no se vende, se defiende”, porque en la ciudad “siguen prevaleciendo los ”ritmos neoliberales“ que ”fomentan la gentrificación“ y ”expulsan a los vecinos“ del centro de las ciudades. Él, biólogo en paro, asegura no poder independizarse por la subida de los precios de los alquileres en la capital. ”Las dinámicas en las que se encuentra la ciudad impiden una vida digna“, ha señalado.

En la misma línea se expresaba durante la marcha Raquel, una gestora laboral de 42 años y miembro del Sindicato de Inquilinas, una de las organizaciones convocantes. En su distrito de Hortaleza un fondo buitre compró 800 viviendas “y está echando a la gente al no renovarles los contratos de alquiler o incluso no aceptando pagos”. “Soy de Madrid de toda la vida y tengo miedo de que me expulsen de la casa en la que vivo desde hace 42 años”, advertía.

Los “responsables” de la “precarización”

En un manifiesto al que han dado lectura durante la protesta, los convocantes han considerado que Madrid está “en el límite de una situación de emergencia. La recuperación del ciclo inmobiliario, unida al empobrecimiento generada por la crisis, conduce a la exclusión, la expulsión y la precariedad. Nos roban la ciudad, la vivienda y la vida”, han denunciado. Han explicado, además, que la movilización de este 12-M Se debe a que las vidas de los madrileños “están atacadas por los recortes de derechos, la carestía de la vivienda, el expolio de los bienes comunes, la acumulación de la riqueza en pocas manos, la desigualdad de género… Y el mal gobierno”.

A su juicio, los “responsables” de la “precarización” de la ciudad son “fondos buitres, turistización, gentrificación, ley de arrendamientos, desahucios, bancos malos y ”buenos“, brecha salarial, temporalidad, privatización… Desde las grandes operaciones: el Desarrollo del Sureste y el Wanda-Metropolitano hasta la Operación Chamartín; desde la subida imparable de los alquileres hasta la expulsión masiva de inquilinas; de Blackstone en los narcopisos vallecanos hasta la nueva Ley del Suelo; desde el pago de la deuda al monopolio de las constructoras; desde los mecanismos punitivos (mordaza, desahucio exprés) hasta las iniciativas populares rechazadas (ley de Vivienda de la PAH), pasando por las promesas incumplidas (protección del patrimonio público, garantía de vivienda, freno a los pelotazos urbanísticos, equilibrio Centro-Periferias, participación democrática, remunicipalización, gestión social de los bienes comunes…). Ante todo ello el urbanismo y las élites económicas siguen dirigiendo Madrid. Madrid no se vende pero lo quieren subastar”.

Los asistentes han reivindicado “el derecho a la ciudad” y se han mostrado “contra la ciudad de los alquileres abusivos, de los desahucios, de la precariedad, la gentrificación, la especulación”. También han expresado un deseo: “una ciudad de todas, de barrios dignos y vivienda garantizada, una ciudad feminista, una ciudad igualitaria, más nuestra, más del común. Lo vamos a pelear”.

Patrimonio “aniquilado”

“Está desapareciendo la ciudad que yo conocía”, lamentaba José Ignacio, jubilado de 66 y también miembro del Sindicato de Inquilinas. “Está cambiando el modelo económico que ahora está basado en la especulación urbanística, lo que está haciendo que la vivienda sea un bien escaso”, ha señalado. Por eso ha reclamado a la administración que sea competente que presente un “plan de vivienda para los próximos cinco años” que aborde la problemática. Ha exigido una “vivienda asequible” pero también ayuntamientos más democráticos que garanticen la participación de los vecinos. 

Eli, antropóloga de 41 años, ha sido una de las manifestantes que se ha acercado hasta la céntrica plaza de Canalejas de la capital en bici, en este caso desde el barrio de Vallecas. Ella pide que las ciudades se adapten a los ciclistas pero en pro de la movilidad y no para que se den “paseos turísticos”. Así, ha denunciado que en Madrid “las decisiones que se toman en relación al espacio público están tomadas en base al turismo y al modelo neoliberal” y “en favor de los vecinos”. 

“Estoy aquí para defender el patrimonio de Madrid que está siendo aniquilado”, apuntaba, por su parte, Macu Vicente, formadora de 64 años. Ella ha criticado que edificios públicos e incluso viviendas sociales se estén “transformando en pisos turísticos” y por eso ha reclamado la lucha “contra la gentrificación” de las ciudades. Entre los asistentes también estaba el eurodiputado de Podemos Miguel Urbán, que hacía especial hincapié en la situación del barrio de Lavapiés: “O hacemos algo o el barrio va a ser para las empresas”.

Entre las reivindicaciones de las protestas de este sábado están derogar la actual ley de arrendamientos urbanos, asegurar contratos de alquiler estables, con renovación automática excepto cuando haya necesidad familiar de primer grado de la propiedad o acabar con los privilegios fiscales de las SOCIMI. Asimismo, plantean derogar las reformas laborales que “han promovido la inestabilidad y el aumento de los trabajos precarios” y exigen un turismo “respetuoso con la convivencia vecinal”.

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