- Ciudadanos incorpora en su programa la reforma de la ley integral contra la violencia de género para acabar “con la asimetría penal por cuestión de sexo”
No es lo mismo estar solo en la defensa del contrato único, la supresión del Senado o la liquidación de las Diputaciones Provinciales que estar solo frente a la actual ley de violencia machista. Y tampoco es lo mismo que esa soledad ocurra en medio de la campaña electoral, cuando las encuestas sitúan a Ciudadanos en la disputa del segundo puesto con el PSOE, que en cualquier otro momento. O que le ocurra a un partido que se reivindica en un extremo ideológico que a otro que se define de “nuevo centro”.
A una semana del fin de la campaña, Ciudadanos ha vivido sus primeras 24 horas horribilis. El partido se desayunó con este titular de eldiario.es: “Ciudadanos quiere acabar con las penas específicas por violencia de género”. Y, a partir de ahí, todo se torció: Albert Rivera cambió su discurso del acto vespertino de Málaga para terciar en el asunto y reafirmar su compromiso en la lucha contra la violencia de género.
Pero la vía de agua no era fácil de cerrar. Es más, se convirtió en torrente al poco de acabarse el acto de Rivera, en el debate a nueve de TVE 1. Allí, la número 3 de Ciudadanos, Marta Rivera –quien acudió al debate porque Juan Carlos Girauta tenía a la misma hora el debate de candidatos catalanes–, fue acorralada por el resto de partidos y no logró hilvanar una respuesta que cerrara el debate. Al revés... La vía de agua crecía.
“Es igual que un hijo vea a su padre matar a su madre que a su madre matar a su padre. ¿Cree que a los miserables de hoy les importaba pasar más tiempo en la cárcel que una mujer? Es educación, juzgados, casas de acogidas, pulseras activas... De eso hay que preocuparse. El 40% de las mujeres dicen que la ley no les ha ayudado”.
Era una respuesta al socialista Antonio Hernando, que dijo: “El PP no se ha tomado en serio la lucha contra la violencia de género y ahora Ciudadanos quiere quitar el agravante”. Garzón replicó: “La violencia machista lo es por el patriarcado, hay otra violencia, sexual, psicológica. Hablando de educación: uno de cada tres le parece bien controlar. Hay que hacer un proceso que reconozca que hay una opresión por parte de la mujer. Pero yo estoy de acuerdo: hay que hablar de sostenibilidad de la vida, del planeta. Las pensiones son un derecho para hombres y mujeres, pero también ellas cobran menos”.
Errejón se sumó: “Yo no recortaría en prevenciones a la ley de violencia. Hay que añadir más: si los permisos por maternidad son transferibles, se quedan ellas en casa. Las mujeres necesitan independencia económica, y estamos de acuerdo en que sólo si garantizamos la educación de 0-18 puede haberla. Hay que también dotar las medidas de medios y de contenidos, no sólo de proclamas”. Casado replicó: “Tolerancia cero, que se llame al 016, las administraciones están volcadas. –¿qué medios?, tenemos las manos desnudas, le decía Errejón– 136.000 millones desde 2013 a 2016, más presupuesto que nunca”.
Veinticuatro horas después del titular, doce horas después del debate, Ciudadanos seguía sin poder zafarse de la polémica. Por primer vez, en una campaña a la que ha llegado en lo alto de la ola y que podía quedársele corta, las horas se les hacían eternas. Inés Arrimadas se ha multiplicado este jueves por la mañana para salir del entuerto y Albert Rivera, por primera vez en la campaña, ha hecho unas declaraciones antes del acto –esta vez en Toledo–, para zanjar el asunto. Pero no termina de lograrlo: “Nosotros condenamos la violencia de género, queremos agravar todas las penas, no sólo las de las violencias contra las mujeres, sino toda la violencia doméstica y subimos un escalón a diferencia de otros. Acabamos de preparar una aclaración de la malinterpretación que se ha hecho de nuestro texto. Está clarísimo: decimos que queremos subir un peldaño, no todo lo contrario”.
“En la violencia de género importa el género”, ha abundado Rivera, “pero también hay otras violencias en el ámbito doméstico: como la de los hijos y entre parejas independientemente de su sexo. Elevamos el escalón de toda la violencia doméstica al agravante de la violencia de género. No al revés como se ha dicho. Lo que hacemos es equiparar en el agravante, por arriba, toda la violencia que se produce en el ámbito doméstico”.
Es decir, que lo que propone Ciudadanos, efectivamente, es que los delitos que ocurran en el hogar tengan todos las mismas penas.
Rivera asegura que él no habría recurrido la ley cuando se aprobó –como si hicieron sectores conservadores al considerar que se discriminaba al hombre frente a la mujer–, pero defiende que penalmente “debe tener el mismo castigo la violencia contra los niños o los hombres que contra las mujeres, igualándose por arriba. Es decir, que las penas que ahora son más bajas porque no son por delitos cometidos contra mujeres tengan las mismas penas que los delitos contra las mujeres”.
En definitiva, la vía de agua es difícil de cerrar porque, en efecto, Ciudadanos quiere acabar con las penas específicas por violencia machista y, en eso, se encuentra solo... Y con otro contratiempo, muy viral, que se les ha cruzado este jueves: un tuit irónico de hace año y medio de Marta Rivera.
Albert Rivera ha respaldado a su número tres en la lista de Madrid. “Habló irónicamente, en respuesta a Pablo Iglesias?”, ha abundado Rivera: “A nadie se le ocurriría decir que Marta Rivera está a favor del Holocausto, cuando ha escrito un libro de 500 páginas sobre ello”. Y la propia Marta Rivera ha publicado un tuit esta mañana:
Este viernes Rivera participa en un desayuno informativo antes de salir para Alicante, el sábado está en Murcia y Valencia y, el domingo, llega el gran acto de la campaña: Vistalegre (Madrid). Para entonces, Rivera confía en hacer una demostración de fuerza rodeado de miles de simpatizantes. Y, de paso, haber cambiado la agenda, haber taponado definitivamente la vía de agua desatada este miércoles y haber colocado las conversaciones sobre Ciudadanos en otros términos.