La estrategia la ha dejado por escrito la dirección de Ciudadanos en un informe aprobado por unanimidad en el máximo órgano del partido hace algunas semanas y profundiza en el método seguido para amplificar la repercusión en los medios de comunicación de las visitas más polémicas programadas por el partido y que el balance de los primeros seis meses de actividad política califica como “actos especiales”.
En ese informe, de 67 páginas, Ciudadanos se felicita por los resultados de la cobertura mediática en los viajes de Albert Rivera a Errenteria y a Ugao Miraballes, el pueblo de Josu Ternera, como “algunos de los contenidos de más éxito” en la prensa logrados por el partido.
El documento solo analiza esos actos públicos desde el punto de vista de su repercusión en los medios, ni aborda los objetivos que perseguía su programación ni los mensajes ni su capacidad de convocatoria. Sobre la visita de Rivera a Errenteria, el informe interno señala: “Es el que consigue mayor protagonismo en los medios de toda la campaña. Apertura en gran parte de los informativos de TV protagonista del tema central en portadas (Abc y El Mundo) y fotos de portada (El País, La Vanguardia, La Razón). Se habla de 'acoso' y 'cerco' a los miembros del partido”. Además, destaca que “el discurso de Maite Pagaza es el más reconocido entre los cronistas”.
A continuación, Ciudadanos desvela cómo ha logrado estirar la polémica en prensa, radio y televisión: “En los días posteriores se consigue alargar este efecto con críticas a Sánchez y el PSOE por no condenar con claridad estos ataques y con la denuncia presentada ante la Fiscalía en la que se vinculan los hechos con la izquierda abertzale”.
La secuencia del Orgullo calcada a la de Errenteria
La secuencia es calcada a la que ha seguido Ciudadanos tras la manifestación del Orgullo en Madrid, donde un grupo de asistentes lanzaron agua, y una botella vacía además de increpar a la delegación de Ciudadanos que encabezaba Inés Arrimadas por acudir a la manifestación al mismo tiempo que el partido cierra acuerdos de gobierno con Vox, una formación de extrema derecha que tiene en su punto de mira a los colectivos LGTBI y cuyos dirigentes proponen métodos para “curar” a los homosexuales.
Tras los incidentes en esa manifestación, Ciudadanos ha puesto en marcha una campaña contra el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que antes de la marcha había dicho que pactar con la extrema derecha tiene consecuencias, acusando a él y al presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez, de promover unas supuestas agresiones que los informes policiales desmienten.
Lo mismo sucedió en el caso de Errenteria, donde la delegación de Ciudadanos fue abucheada y recibida con lazos amarillos, Ciudadanos también decidió presentar una denuncia ante la Fiscalía por supuestos delitos de odio. La diferencia es que entonces fue propio Rivera el que registró la denuncia, acompañado de la entonces candidata de Ciudadanos a las elecciones europeas, Maite Pagaza y por el abogado del Estado, Edmundo Bal, en aquel momento candidato al Congreso por Madrid y hoy diputado.
Esta vez la denuncia ante el ministerio público la han presentado la portavoz del partido, Inés Arrimadas, junto a la secretaria de Mujer y LGTBI, Patricia Reyes, y el secretario general del grupo parlamentario, Miguel Gutiérrez, que fueron los principales protagonistas de los incidentes. Los tres han acudido a registrar este miércoles el escrito, aunque fue Rivera quien explicó las razones a los medios de comunicación el martes.
El líder del partido salió de su letargo mediático -apenas había comparecido ante los periodistas durante la crisis de dimisiones en la dirección de Ciudadanos-. “En Ciudadanos vamos a denunciar ante la Fiscalía las vejaciones y agresiones que tuvieron lugar el pasado sábado en la marcha del Orgullo, donde unos pocos totalitarios se dedicaron a agredir, insultar y a vejar a los miembros de Cs”, dijo Rivera.
Luego cargó contra el ministro del interior, Fernando GrandeMarlaska -y contra el propio Pedro Sánchez- por haber“alentado” supuestamente a los manifestantes contra Ciudadanos. El partido de Rivera ha exigido la dimisión de Marlaska y ha pedido a Sánchez que dé explicaciones en el Congreso por esas declaraciones del ministro. “Muchos españoles estamos preocupados por la actitud de Marlaska, un ministro de Sánchez que señala a los votante de Cs para que luego seamos agredido y con los que quieren que las calles no sean de todos y solo de unos pocos”, dijo Rivera.
El líder de Cs dirigió sus críticas directamente contra Sánchez el mismo día en que renunciaba a acudir a su ronda de consultas. “El sanchismo es señalamiento e intolerancia: no se puede estigmatizar a los rivales políticos por sus ideas. Sánchez es el responsable de todo lo que está pasando en nuestro país”, concluyó, antes de insistir en que su partido seguirá acudiendo allá donde considere: “Al Orgullo, al 8M [manifestación feminista], a Alsasua, a Vic o a cualquier rincón de España”.
Al igual que había hecho tras los actos en Errenteria o en Ugao Miraballes Ciudadanos ha difundido entre su cargos y afiliados un 'argumentario' para dirigir sus declaraciones en tertulias o ante las preguntas de los periodistas sobre la polémica del Orgullo.
El informe policial, puesto en entredicho
Un informe de la Jefatura Superior de Polícía de Madrid desmiente la versión que ha ofrecido el partido que asegura que les “insultaron” lanzándoles objetos contundentes y llegando incluso a agredir a algunos de los dirigentes. El informe, que publicó el martes El País sostiene que “no hay constancia de que se produjeran agresiones físicas” y afea al partido naranja “no seguir en ningún momento las instrucciones policiales” para evitar los altercados.
El informe policial subraya “la pretensión de que el grupo Ciudadanos cuente con un cordón policial para asistir a una manifestación se interpreta como una maniobra para catalizar la acción mediática y publicitaria del MADO-19”. Esto se califica de “evidente ya que se disponía de una protección de paisano suficiente y adecuada para garantizar la seguridad”.
Rivera, pese a ello, resto importancia al informe y señaló: “Miren, una imagen vale más que mil palabras. Todos pudimos verlos: nosotros lo vivimos en primera persona, todos los españoles están preocupados por las imágenes que han visto, así lo contaron los periodistas en los medios de comunicación...” “Nosotros no vamos a aceptar que el PSOE niegue la vergüenza y la infamia que los miembros de Cs tuvimos que pasar ”. Las imágenes proyectadas por distintos medios de comunicación recogen algunos empujones y gritos, así como a algunas personas lanzando agua sobre la expedición de Ciudadanos.
Pese a que el informe policial descarta las agresiones, este miércoles fueron a la Fiscalía General a presentar la denuncia, tal y como había anunciado el líder del partido.
Lo mismo sucedió tras la visita a Errenteria de Rivera, realizada el pasado 14 de abril en víspera de iniciarse la campaña electoral de las generales. El partido retransmitió en directo por Youtube aquel mitin que ha acumulado 8.500 visualizaciones. Allí fue recibido con los balcones adornados con lazos amarillos, primero en silencio pero luego con gritos de “fuera, fuera” y con una sonora cacerolada por parte de un grupo de vecinos.
Un acto por las víctimas de ETA en territorio abertzale
“Frente a las cacerolas y los insultos, ideas', señaló Rivera, que recordó a los 'casi 200.000 vascos que dejaron su tierra porque ETA y el nacionalismo les echó'”. Además, propuso “sancionar a los ayuntamientos que amparen homenajes a terroristas”. “Hay que ser cobarde para impedir que alguien hable y para no condenar el terrorismo”, lamentó Rivera dirigiéndose a los manifestantes. “Tengo que deciros que no lo vais a lograr, nunca nos vamos a rendir”, clamó el líder de Ciudadanos.
En los días posteriores, y vista la cobertura mediática que había logrado la visita de esa media hora escasa a Errenteria, Ciudadanos presentó la denuncia en la Fiscalía, que de momento no se ha sustanciado en nada.
Aunque en el País Vasco no se celebraron elecciones autonómicas y Ciudadanos no presentaba candidaturas ni en Errenteria ni en Ugao- Miraballes, el pueblo natal del ex dirigente de la banda terrorista ETA, Josu Ternera, dos municipios gobernados por Bildu y el PNV, el partido los eligió como escenarios de esos actos “especiales” que celebraron en Euskadi. Rivera cerró aquel acto dando las gracias “a los valientes que habéis venido porque habéis hecho lo difícil pero lo correcto, estar hoy aquí con los demócratas”. “¡Viva el País Vasco! ¡Gora España”, concluyó
Igual pasó con otro acto de campaña en Vic (Barcelona) en donde Arrimadas fue insultada; o Torroella de Mongrí (Girona) , en donde la portavoz y su comitiva fueron increpados por grupos presumiblemente de independentistas que les llamaron “fascistas”. Después, los radicales lavaron con lejía las calles por donde había pasado los dirigentes de Cs.
Y en noviembre del año pasado, ya vivieron algo similar en Alsasua (Navarra) en donde protagonizaron un acto de España Ciudadana en apoyo de los dos Guardia Civiles habían sido agredido con sus parejas, y al que se sumaron también el PP y Vox. La Audiencia Nacional había condenado meses atrás a los ocho acusados a penas que oscilan entre los 2 y 13 años de prisión por delitos de atentado a los agentes de la Autoridad, lesiones, desórdenes públicos y amenazas. El tribunal descartó el delito de terrorismo. Pero en Cs siguieron vinculándolo.
La portavoz de Ciudadanos también acudió el pasado mes de febrero a Waterloo para dar una rueda de prensa ante la residencia del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, huido a Bélgica y sobre el que pesa una orden de detención en España por su papel en el procés.