Ciudadanos y PP pasan de puntillas por el primer aniversario del pacto de investidura

Ni el PP ni Ciudadanos han hecho intención alguna de celebrar el primer aniversario del pacto de investidura que ambos partidos firmaron hace ahora justo un año. Los de Albert Rivera ni siquiera recordaron este lunes la efeméride en sus intervenciones ante los medios de comunicación. Tampoco en el PP le dieron mucha importancia a la fecha. Desde ambos partidos reconocen que no tienen previsto mantener una reunión bilateral de seguimiento del acuerdo para constatar su grado de cumplimiento sobre el que dan porcentajes diferentes.

La propia portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, soslayó este lunes el asunto en la rueda de prensa que ofreció en Barcelona como arranque del curso político tras las vacaciones de verano. Arrimadas centró toda su comparecencia en la crisis en Catalunya y en la decisión de Junts pel Sí y la CUP de aprobar antes del referéndum la ley rupturista que regulará el marco jurídico de las instituciones catalanas si gana el 'sí' a la independencia. “Nadie le preguntó por ello”, justifican fuentes del partido.

En el PP el único que quiso acordarse de aquella firma que las dos partes escenificaron al más alto nivel –con un apretón de manos entre Mariano Rajoy y Albert Rivera– fue el coordinador general del partido conservador, Fernando Martínez-Maillo, el mismo dirigente que a finales de febrero decía sin tapujos que antes de comenzar la negociación sabían que no iban a cumplir las seis medidas previas que les impusieron los de Rivera.

“En aquel momento estaba en juego la gobernabilidad de España y es lógico que dijéramos que sí a las condiciones. Eran lentejas”, dijo entonces el número dos del PP, el mismo que el lunes reconocía en su cuenta de Twitter que al menos ese objetivo si se ha cumplido.

En Génova insisten en la misma idea y valoran que “transcurrido un año de su firma, podemos decir que el acuerdo se está cumpliendo y es satisfactorio”, afirman, mientras restan importancia al hecho de que no haya ningún tipo de celebración.

Fuentes de la dirección del grupo parlamentario no ocultan que están muy molestos con Rivera por algunas de sus decisiones que consideran “desleales”. La última, por abstenerse en la petición del PSOE y de Unidos Podemos para que Rajoy vaya este miércoles al Congreso a un Pleno extraordinario a dar cuentas del caso Gürtel y encima mantengan la comparecencia de Rajoy en la Comisión Bárcenas.

“Con la que está cayendo, no es de recibo que lo más urgente sea que Rajoy tenga que acudir al Congreso con urgencia para eso”, lamentan las fuentes.

Los de Rajoy están pendientes del recurso que presentaron ante el Tribunal Constitucional para intentar que la comisión de investigación sobre la supuesta financiación ilegal del PP se centre en un único periodo de la etapa del partido, el que arranca en el 90 cuando se refunda AP y nace el PP. “Nosotros no pretendemos que se cierre la Comisión, pero no se puede hacer un revisionismo judicial llamando a tesoreros que no son del PP. Como el recurso sea admitido por el Constitucional algunos van a tener que hacérselo mirar”, afirma el mismo dirigente del grupo parlamentario a eldiario.es.

Los populares vaticinan que la comparecencia de Rajoy del miércoles va a ser muy bronca. Especialmente con el PSOE y Unidos Podemos, autores de la petición, aunque esta saliera adelante gracias al PNV.

Aunque Ciudadanos se abstuvo en esa Diputación Permanente, en el PP no le perdonan que se pusieran de perfil en un momento que consideran “muy delicado para España”. Y menos que insistan en que el presidente debe acudir después a rendir cuentas en la Comisión, como sostuvo en su intervención el portavoz naranja, Juan Carlos Girauta.

“Esta estrategia de acoso contra Rajoy es indignante. El presidente del Gobierno no puede comparecer todas las semanas en el Congreso. Solo persiguen erosionarle”, lamentan las mismas fuentes.

Pese a estas tensiones, se espera que haya un nuevo contacto entre Rajoy y Rivera, fundamentalmente para hacer frente común sobre Cataluña. El presidente del Gobierno de momento ya ha hablado con Pedro Sánchez. La conversación telefónica ha sido a instancias de Sánchez tras la presentación de la Ley de transitoriedad catalana.

Al conocer la noticia, en Ciudadanos aseguraron que su líder y Rajoy no habían hablado aún. Poco después se informó de que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, había llamado al secretario general del partido, José Manuel Villegas, con el mismo fin.

Rajoy y Rivera se saludaron brevemente el sábado pasado, al coincidir en Barcelona en la manifestación contra el atentado yihadista. Pero no han vuelto a reunirse. Hasta ahora, ambos dirigentes han mantenido dos encuentros en Moncloa, el primero fue el 9 de enero en una cena con sus respectivos equipos celebrado tras las quejas de Rivera de que estaban siendo ninguneados; y el segundo, a solas durante un almuerzo el pasado 26 de junio. Las dos reuniones se conocieron después de producirse.

Ciudadanos rebaja las tensiones

Los dirigentes de Ciudadanos, por su parte, intentan no dar tanta importancia a las tensiones que resaltan los del PP y se muestran “moderadamente satisfechos” del grado de cumplimiento del Pacto. Salvo en lo que atañe a la regeneración democrática, donde siguen quejándose de que Rajoy se ve obligado a entrar “arrastrando los pies”.

Pero advierten de que seguirán insistiendo en esas medidas, como la limitación de mandatos a la que se resiste Rajoy, la eliminación de los aforamientos o la separación inmediata de cualquier cargo público imputado formalmente por corrupción.

Ciudadanos espera ahora que el PP no les dé larga también en la eliminación de los indultos a los condenados por corrupción. O en una reforma en profundidad de la ley electoral, Loreg, que requerirá cambios constitucionales.

Por contra, en el partido de Rivera les gusta más destacar “el ejercicio que hizo Ciudadanos para conseguir que hubiera un Gobierno y que, a partir de ahí, fuera el Ejecutivo el que negociara con el resto de grupos políticos”.

El apoyo al techo de gasto y a los Presupuestos de 2017 –y de 2018 que empezarán ya a negociar– son los ejemplos que ponen para confirmar esa “estabilidad”. Entre sus logros destacan la ley de Autónomos, o la rebaja del IRPF en 2018 por unos 2.000 millones de euros para las clases más desfavorecidas.

Pero mientras el PP da por cumplidas el 60% de ese paquete de 150 medidas que incluye el documento, los de Rivera lo rebajan al 20%. Pese a ello, en el partido naranja no ven necesario sentarse con los conservadores para estudiar el grado de cumplimiento del acuerdo. “C's hace un seguimiento continuo para desarrollar el pacto cada día, y no hace falta escenificarlo”, insisten.