Las elecciones generales van a dejar un escenario muy distinto al que hemos visto durante las últimas legislaturas. Hasta ahora, dos grandes partidos han dominado el Congreso, pero ahora hay nuevos jugadores y habrá que cambiar algunas reglas. A eso se añade que durante los últimos cuatro años el PP ha sostenido un Gobierno con una mayoría absoluta que ha reducido el papel del Congreso, algo que cambiará a partir del domingo.
Ahora, quien presida el Ejecutivo tendrá una cosa clara: si el resto de partidos vota en contra, el parlamento puede echar atrás cualquier iniciativa que presente. Esto obliga a jugar de una manera distinta desde el inicio.
Aquí se recogen cinco claves básicas para la próxima legislatura. Cinco puntos a los que hay que atender desde el día que se constituyan las Cortes, porque serán fundamentales durante los próximos cuatro años.
1. La composición de la mesa
Es lo primero que se decidirá cuando se constituyan las cámaras. La Mesa se encarga del funcionamiento interno del Congreso. Ordena los debates parlamentarios, controla el presupuesto de la cámara o se ocupa de las cuestiones relacionadas con la transparencia, como las declaraciones de bienes o la publicidad de los viajes de los diputados.
Este órgano está formado por el presidente del Congreso, cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios. Son elegidos por votación secreta en la sesión en la que se constituyen las Cortes, aunque los puestos están pactados previamente entre los partidos.
Es importante conseguir un puesto en la mesa, y por eso suelen ser moneda de cambio en las negociaciones para la investidura. Ha ocurrido ya en asambleas autonómicas, en las que algunos partidos han supeditado su apoyo para la investidura a, entre otras cosas, tener más asientos en la mesa o incluso presidirla.
La composición de este órgano del Congreso puede ser determinante en cuestiones como la transparencia. Se trata de un órgano ya de por sí opaco -muchos de sus acuerdos no se publican- que no ha sido especialmente exigente a la hora de reclamar transparencia a los diputados.
Por ejemplo, al final de esta legislatura ha permitido a los parlamentarios eludir el control sobre su declaración de bienes, un documento que nunca ha estado sometido a ningún tipo de control.
2. La formación de los grupos
La formación de los grupos parlamentarios es uno de los asuntos que más polémica suscita al inicio de la legislatura. Las normas que establece el reglamento del Congreso han sido a menudo interpretadas de diferente forma por la Mesa. Los grupos pelean por conseguir formar grupo parlamentario porque de ello depende las subvenciones que reciben o el tiempo del que disponen para intervenir en los debates.
Según el reglamento, se puede formar grupo parlamentario por dos vías. Las más sencilla es obteniendo en las elecciones quince escaños o más. La segunda está más sujeta a la interpretación de la Mesa. Se puede formar grupo si se han obtenido 5 o más escaños y el 15% de los votos en las circunscripciones en las que se ha presentado candidatura, o el 5% a nivel nacional.
Al comienzo de la pasada legislatura dos partidos se quedaron al borde de cumplir estos requisitos. Amaiur consiguió siete diputados, pero en la circunscripción de Navarra no alcanzó el 15% por unas décimas. UPyD ganó cinco escaños pero no llegó al 5% nacional. La Mesa decidió que Amaiur no podría formar grupo parlamentario y se integraría en el mixto. UPyD se asoció con el diputado de Foro Asturias para llegar al 5% nacional y formar grupo.
En esta ocasión hay una circunstancia añadida. Podemos e IU participan en candidaturas de confluencia que se presentan de manera separada en Galicia, Cataluña y la Comunidad Valenciana. El objetivo es que alcancen los votos suficientes para formar grupos parlamentarios distintos. Si no es así, los diputados tendrán libertad para unirse al grupo que ellos elijan.
3. La presidencia de comisiones
El PP ha copado casi todas las presidencias de las comisiones legislativas del Congreso, en las que se discuten las enmiendas presentadas al articulado de las leyes. De las 17 comisiones de este tipo que tiene el Congreso, 15 han estado presididas durante esta legislatura por diputados del PP, mientras que el PSOE solo ha ostentado la presidencia de la Comisión de Presupuestos -que tradicionalmente preside un diputado del primer partido de la oposición- y CiU, la de Asuntos Exteriores.
Durante la segunda legislatura de Zapatero, por ejemplo, el PSOE cedió más presidencias de comisión a grupos como CiU o IU. Los partidos han reservado siempre estos puestos a diputados veteranos, en una especie de agradecimiento por sus servicios, ya que la presidencia de comisión lleva aparejado un plus que supera los 1.400 euros mensuales.
Los nuevos partidos serán clave para la investidura, y puede que reclamen un cambio en la forma de distribuir las presidencias de las comisiones, y que estas dejen de estar monopolizadas por el partido que gobierna.
Además, es posible que en el Congreso ocurra como en algunos parlamentos autonómicos, donde las nuevas mayorías han forzado a que se constituyan comisiones de investigación sobre la corrupción. Izquierda Unida y Esquerra lo pidieron durante la pasada legislatura en el Congreso, pero el PP se opuso.
4. Las enmiendas transaccionales
La enmienda transaccional son un procedimiento que, en principio, el Reglamento reserva para “subsanar errores o incorrecciones técnicas, terminológicas o gramaticales”, y pueden ser presentadas durante la celebración de un debate sobre una iniciativa. En la práctica se utiliza para recoger la modificación sobre algún punto fruto del acuerdo entre dos o más grupos.
Estas enmiendas se basan siempre en un texto anterior, ya sea un apartado concreto de la ley que se está debatiendo, u otras enmiendas cuyo contenido se refunde en una sola. Para que se acepte el debate de una transaccional deben estar de acuerdo todos los partidos.
Durante el último debate de los Presupuestos Generales del Estado se utilizó una enmienda transaccional pactada por todos los grupos para destinar más dinero para el asilo de refugiados. Se redactó durante el debate y se incluyó poco antes de la votación.
La previsible composición del próximo hemiciclo hace pensar que este recurso será utilizado más a menudo que en la pasada legislatura. Con ningún partido con mayoría absoluta, sacar adelante las leyes requerirá llegar a acuerdos, algunos durante la misma celebración de los debates a través de enmiendas transaccionales.
5. Comisión de secretos oficiales
Quién puede participar en la comisión de secretos oficiales (cuyo nombre oficial es de Gastos Reservados) fue objeto de polémica durante la pasada legislatura. Según el reglamento, está formada por un portavoz de cada grupo parlamentario. Sin embargo, el PP impidió que diputados de Amaiur o ERC, ambos en el Grupo Mixto, accedieran a esa comisión.
En ese momento, el que era portavoz del PP en la cámara, Alfonso Alonso, argumentó que que no se podría dar acceso a ERC a “información sensible para el Estado” por su cercanía con Amaiur. Según la última encuesta de Celeste-Tel para eldiario.es, estos partidos obtendrían unos siete escaños en el Congreso, y volvería a repetirse la misma situación.
Además, desde que Podemos entró en la escena política varios miembros del PP han criticado la “cercanía” de la formación con los partidos de la izquierda abertzale. Las acusaciones se han incrementado tras el acuerdo firmado entre Podemos y EH Bildu para concurrir de forma conjunta al Senado.