Cali (Colombia), 28 oct (EFE).- Cinco jefes de Estado y un centenar de ministros de medioambiente participan esta semana en Cali en el segmento de alto nivel de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), en la que los países adoptarán las conclusiones finales de esta reunión que acaba el 1 de noviembre.
A pesar de que esta no es una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, ya que se trata de un encuentro más técnico en el que participan los ministros de medioambiente, el Gobierno colombiano anunció que serían 10 los presidentes que asistirían a la COP16.
Entre estos estaba incluido el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, un aliado del presidente Gustavo Petro y anfitrión de la Cumbre de Cambio Climático COP30 el año próximo.
Sin embargo, la lista se ha reducido, con la gran ausencia de Lula, que no asistirá debido a un accidente doméstico que tuvo la semana pasada.
Según confirmó el domingo el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, estarán presentes los jefes de Estado de Ecuador, Daniel Noboa; Guinea Bisáu, Umaro Sissoco Embaló; Armenia, Vahagn Khachaturyan, y el presidente del Consejo Presidencial de Transición de Haití, Leslie Voltaire.
Igualmente asistirán el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y el asesor de Asuntos Internacionales de Palestina, Riyad Malki.
Los mandatarios intervendrán en la sesión plenaria este martes 29.
Vuelta a la discusión
Tras una semana de intensas discusiones que, según los expertos, avanzaron “lento” pero de forma “fluida”, con una parte “positiva” y es que “no se estancaron”, según Patricia Zurita, jefa de Estrategia de Conservación Internacional (CI), y de descansar el sábado y domingo, las delegaciones vuelven a las reuniones esta semana para retomar la negociación.
Los altos responsables de medioambiente de cada país llegan a Cali para firmar los compromisos que se alcancen y ultimar los detalles en los temas más peliagudos, entre los que figura la movilización de recursos y el uso de secuencias genéticas digitales.
Este lunes arrancó en la Zona Azul, donde se llevan a cabo las discusiones de alto nivel, con una protesta en la que activistas reclamaron que “la naturaleza no está a la venta” y pidieron más acción a los países.
Además, esta nueva semana arranca con la celebración del Día de Financiamiento y Mecanismos de Implementación, el asunto más difícil de negociar de la agenda y en el que, según los expertos, será más improbable lograr un consenso.
La calma y novedad que marcó los primeros cinco días de la COP16 ha dado paso a un sentimiento de urgencia y de agitación por la proximidad de la fecha límite para adoptar decisiones, con organizaciones multiplicando sus acciones e intervenciones para presionar por mayores compromisos.