La primera rueda de prensa de Mª Dolores de Cospedal después de su declaración ante el juez Pablo Ruz se ha convertido en una nueva ceremonia de la confusión. Mariano Rajoy y su secretaria general han tratado por todos los medios de colocar un titular que tape el caso Bárcenas a base de anticipar que el próximo dato de paro será el mejor de los últimos 13 años. La estrategia se ha revelado inútil. La utilización de los datos del paro al servicio de los intereses del partido no ha servido de nada porque prácticamente todas las preguntas que se le han dirigido a Cospedal tras el Comité Ejecutivo Nacional que ha presidido Rajoy trataban sobre el extesorero.
La secretaria general del PP ha negado “rotundamente” que interviniera en una negociación sobre el finiquito de Luis Bárcenas en febrero de 2013 como publica El Mundo. Puestos a negar, hasta ha desmentido que la Fiscalía haya pedido la imputación de Rita Barberá y Francisco Camps. Lo curioso del caso ha sido que la alcaldesa ya lo había admitido al declarar que lo contempla “con serenidad”. En el capítulo de las afirmaciones rotundas, la de que el PP colabora con la Justicia. Si se han hecho desaparecer datos ha sido para “respetar la ley y la intimidad de las personas”.
A Páez se le indemnizó “porque se decidió así”
Visiblemente nerviosa, Cospedal ha hecho de tripas corazón y ha concedido muchos turnos de pregunta a los periodistas después de una exposición inicial en la que trataba de introducir los temas que le interesaban. Entre uno y otro, se quedaba varios segundos en silencio como si no supiera por dónde seguir. Cuando ha llegado el momento de las preguntas, no se ha movido de que “todo es falso” y de que ella dijo “toda la verdad” ante el juez. Ni una palabra sobre si fue ella quien ordenó el borrado de datos del ordenador de Bárcenas. Tampoco ha querido responder si culpó a Mariano Rajoy del acuerdo económico con el extesorero.
¿Por qué se indemnizó a Cristóbal Páez con más de 300.000 € si su antigüedad en el PP como responsable de la caja era solo de seis años? “Porque se decidió así”.Que fuera el colaborador de Bárcenas, que llegaran a las manos y que su despido fuera una exigencia del extesorero tras saber que despachaba con Cospedal son detalles menores para la secretaria general.
El papel del cuñado de Bárcenas y exresponsable de seguridad de Génova, Antonio de la Fuente, tampoco ha quedado aclarado pese a que los libros de visita y los datos informáticos eran una cuestión de su competencia. Cospedal solo ha reconocido que De la Fuente “hace tiempo” que ya no trabaja en Génova, sin más concreción.
Preguntada por si teme que el hasta hace poco responsable de seguridad declare ante al juez como pide la acusación popular y dé datos sobre las entradas y salidas en el edificio del PP o sobre las cintas de las cámaras de seguridad, Cospedal ha protagonizado uno de los pocos momentos cómicos de su comparecencia. “Mire usted, ¿cómo voy a tener miedo si ya ha desfilado ante el juez medio partido?”, ha contestado.
Conspiración para “desestabilizar” al PP
Ha sido llamativo cuando Cospedal se ha permitido dudar de que Javier Gómez de Liaño defienda solamente los intereses de Bárcenas y ha deslizado que el abogado obedece también a otros intereses ocultos y que se quiere “desestabilizar” al partido. La secretaria general ha insistido en que el PP podrá sobreponerse a este escándalo aunque “alguno o algunos pretenden paralizar al partido con injurias y calumnias”. “¿Quienes son algunos? Pues ellos sabrán”, ha dicho Cospedal como toda aclaración.
Así las cosas, el PP sigue actuando como si Bárcenas no tuviera ninguna importancia, en la línea de lo declarado este domingo por el presidente del Gobierno de que “nadie nos va a distraer”. De hecho, dentro de la reunión ha sentenciado que “todo lo que tiene que decir lo dijo en su comparecencia del 1 de agosto en el Senado” y que no piensa volver sobre el tema. La indicación ha quedado clara a los suyos ya que ninguno de los dirigentes o barones conservadores se ha atrevido a abrir la boca durante la reunión para abordar el tema. Su actitud contrasta con la que tienen cuando hablan en off the record y se lamentan de la imagen que el partido da ante los ciudadanos y de cómo Bárcenas les tiene en un puño.