El miedo a cualquier división en el congreso del PP lleva a Rajoy a autorizar el voto en conciencia
A pesar de las promesas de debate enriquecedor, la intención del PP es evitar por todos los medios que en el congreso nacional que empieza este viernes aparezca la menor fractura. Para lograrlo, Mariano Rajoy ha dado la orden de que se autorice el voto en conciencia, de modo que la discusión y aprobación de las ponencias no airee la división interna. La regulación de la gestación subrogada, propiciada por Javier Maroto, ha sido el detonante.
Los más conservadores del partido no estaban dispuestos a volver a pasar por situaciones como las que se dieron en la pasada legislatura a la hora de aprobar en el Congreso o en el Senado la última modificación de la ley del aborto. La decena de militantes que han impulsado la enmienda son los mismos que pusieron pegas a retocar la ley sólo para endurecer el acceso al aborto de las mujeres menores de 18 años.
Como coordinador de la ponencia de estatutos, ha sido Fernando Martínez-Maillo quien ha pactado la redacción final. El artículo número 7 de los futuros estatutos del PP recogerá el visto bueno a que los cargos conservadores voten con arreglo a lo que les dicte su conciencia.
Eso sí, será el comité ejecutivo nacional resultante del congreso el que decidirá los casos “excepcionales”. La condición es circunscribirlos además a los asuntos que no figuren en los programas electorales.
La decisión era defendida este martes por Pablo Casado, que elogiaba la capacidad del PP de aunar lo que llama “distintas sensibilidades” y señalaba la dificultad de “despachar en dos minutos” cuestiones tan sensibles. Eso le acarreaba una nueva crítica por parte de Isabel Benjumea, de la Red Floridablanca y englobada en el sector más crítico.
Con menos lastre de conservadurismo, en Ciudadanos están dispuestos a impulsar la legislación sobre la maternidad subrogada. En el partido de Albert Rivera no resulta traumático y así lo incluyó en su programa electoral. La formación organizó el pasado martes un debate sobre el asunto, en el que participó el propio Rivera. La principal conclusión, por el momento, es acotar la posibilidad de que se mercantilice este tipo de gestación.