“No solo hemos conseguido lo que queríamos, sino que lo hemos multiplicado por mil”. Este es el balance que realiza Daniel Esteve, líder de la empresa Desokupa, sobre el impacto que ha tenido para su compañía la lona que ha colgado en el centro de Madrid dirigida al presidente del Gobierno. Su empresa ha conseguido irrumpir en la campaña con esta pancarta en la que se lee “Tú a Marruecos, Desokupa ¡A la Moncloa!”. Este mensaje aparece junto a los rostros de Pedro Sánchez y el del propio Esteve.
El PSOE ha denunciado la actuación emprendida por Desokupa ante la Junta Electoral Central, aunque según ha apuntado Esteve esta institución ha avalado que la pancarta continúe desplegada. Por su parte, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (PP), aseguró que no quitará la lona porque el Ayuntamiento no actuará como “organismo censor”. De esta forma, la empresa de Esteve ha conseguido marcar de nuevo la agenda en periodo electoral, tras convocar una concentración en Barcelona días antes de los comicios municipales.
En ese momento, el objetivo era cargar contra Ada Colau, alcaldesa de la ciudad durante aquellos días. El líder de Desokupa organizó una movilización con la publicitada intención de desalojar dos inmuebles okupados en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi, el más adinerado de Barcelona, una zona habitualmente tranquila y sin incidentes. A pesar de las amenazas de Esteve, finalmente no se realizó ningún desalojo. “Se celebraron las elecciones y las manifestaciones desaparecieron”, recuerda Marc Guinjoan, politólogo y docente de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Primera condena contra Desokupa
La presión política ejercida por Desokupa ha viajado de Barcelona a Madrid. En las decisiones y las campañas de marketing de esta empresa de desalojos “nada es casual”, tal y como apunta el politólogo Jaime Bordel. Sostiene que esta organización “tiene una intencionalidad política muy clara”, a diferencia de otras compañías que realizan la misma función y que no tienen y tampoco buscan ni relevancia social ni el posicionamiento mediático con el que cuenta la empresa de Esteve.
El ataque directo a los partidos del Gobierno de coalición, su presencia en redes sociales y programas de televisión; así como la atracción que genera su marca, –impresa en camisetas, gorras y sudaderas– ha hecho que esta organización se haya convertido en una compañía “híbrida”. “Es una empresa, pero no se comporta como tal, tampoco funciona como un partido político ni como un movimiento social. Están a caballo entre todo”, añade Bordel, especialista en asuntos de extrema derecha y autor del libro Salvini & Meloni: hijos de la misma rabia (Ed. Apostroph).
Desokupa se ha convertido en la compañía que se dedica al desalojo y a la desocupación con mayor repercusión, aunque en los últimos años este tipo de empresas han ido aumentando. Esteve ha conseguido situarse como el más mediático de los miembros de estas brigadas de desocupación. Durante años el propietario de la empresa de desalojos se ha dedicado a difundir bulos y mensajes racistas en redes sociales con el objetivo de expulsar a presuntos ocupas de los domicilios en los que estaban residiendo. La Justicia acaba de señalar los métodos de Desokupa. Un magistrado ha condenado a la empresa matriz de la organización por publicar imágenes de un activista en sus redes sociales
Su visibilidad fue aumentando poco antes de la pandemia. Esa irrupción coincidió con un pico en las estadísticas de condenas por usurpación. En ese momento, en algunos programas de televisión se situó a Desokupa como “el sujeto que aparece como poder ciudadano” en sustitución de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, según explicó a esta redacción Víctor Palomo, abogado y portavoz del Sindicato de inquilinos e inquilinas de Madrid. Esta empresa ha sido uno de los actores, junto a PP y Vox, que ha influido para que el relato sobre el derecho a la vivienda dejase de girar sobre los desahucios y se centrase en las ocupaciones.
Cambio de relato alrededor de la vivienda
A pesar del impacto mediático que ha tenido la lona, para el politólogo Fidel Oliván Desokupa es únicamente “un fenómeno en redes sociales y en medios”. “No creo que tenga relevancia ni social ni electoral”, apunta el autor de Vox, la extrema derecha europea y el voto obrero (Ed. Tecnos, 2021). Por su parte, Anna López, doctora en ciencia política experta en extrema derecha, sostiene que los métodos y los valores que se desprenden de esta organización han conseguido penetrar en un “público joven y masculino” que considera que los miembros de Desokupa “son los verdaderos hombres varoniles frente a la izquierda progresista que defiende a las mujeres”.
En este contexto, Unidas Podemos anunció una medida que confrontaba contra los métodos de Desokupa. El grupo confederal registró en el Congreso, antes de que terminase la legislatura, una proposición de ley para perseguir a estas empresas mediante una reforma del Código Penal. La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, aseguró que querían impedir que las organizaciones desokupas “movidas por el ánimo de lucro, hostiguen, acosen, discriminen o intimiden a personas en situación de vulnerabilidad”.
“Al final me obligan a presentarme a las elecciones”, replicó Esteve a Belarra en su cuenta de Twitter. Publicó ese mensaje el pasado 17 de mayo. Menos de dos meses después, este miércoles, aseguraba que aquellos que habían dicho que Desokupa estaba intentando “entrar en el Gobierno” no tenían “ni pajolera idea de lo que es el marketing”. Su lona, según añadió, “es un anuncio de marketing”. Esteve ha rechazado atender a esta redacción y explicar si detrás de la polémica pancarta hay algún objetivo partidista.
¿Impacto en el voto?
En esa apuesta por utilizar un lenguaje agresivo contra Sánchez, y vincular al Palacio de La Moncloa con una empresa de desocupación, hay un alineamientos con el discurso de Vox, según sostiene Guinjoan, que asevera que el contenido de “la lona inspira valores” de la formación de extrema derecha. Sin embargo, el docente de la UOC “no cree que desde el PP estén contentos” con esta pancarta, al abogar por una imagen más moderada.
¿La lona desplegada por Desokupa puede influir en el voto? No hay consenso entre los entrevistados. “Creo que puede tener algún efecto en la izquierda porque a la derecha es complicada movilizarla más. Cualquier persona de derechas que quiera votar contra Sánchez no necesita ninguna lona”, sostiene Bordel. En una apuesta por una campaña dirigida al público masculino, Oliván sostiene que esta pancarta se “parece más a un pulso entre machos que a una estrategia electoral”.
En cambio, López sí cree que “especialmente entre los jóvenes” estos mensajes pueden calar políticamente. Todo ello, añade, como ya ha explotado la extrema derecha en otros países, así sucedió en Estados Unidos, donde el expresidente Donald Trump se aferró a “todo lo que generaba odio, polarización afectiva” y explotaba “las emociones”.
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