El argentino Emilio Ambasz, precursor de la arquitectura verde, utilizará un arquitecto español para el museo que dedicará al arte de la edificación ecológica en el “Paseo del arte” de Madrid, según ha adelantado en una entrevista con Efe.
“Habrá un arquitecto local que aún no he encontrado y que estoy buscando, y va a ser él quien tenga esa función de supervisar las obras”, explica Ambasz.
El nuevo centro, que recibirá el nombre de Museo del Arte, Arquitectura, Diseño y Urbanismo (MAADU), estará ubicado en el eje Prado-Recoletos y, según establece el acuerdo sellado ayer en la sede del consistorio junto a la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, tendrá un plazo de ejecución de dos años y una inversión de 10 millones de euros.
Según ha confesado el argentino, desconoce todavía si el arquitecto que se encargará de las obras será joven, pero sí alguien que conozca bien el terreno.
Además, Ambasz ha declarado que los países deben aplicar un sistema por el cuál la inversión en arquitectura ecológica tenga una cierta recompensa como “pagar menos impuestos”.
Así, el arquitecto, ha resaltado que la sociedad actual considera a aquellos que se animan con este tipo de arquitectura como un auténtico filántropo.
“Si la sociedad cree que ahorrar energía vale la pena, entonces su sistema de impuestos tiene que reflejarlo”, añade.
Sea como fuere, Ambasz ha destacado que tanto en España como en Latinoamérica hay muy buenos arquitectos, pero que sin embargo, “no todos los edificios tienen flores en sus balcones”.
“En la arquitectura ecológica se mueven todavía muchas sombras”, ha agregado.
Y es que para Ambasz, una de las características básicas para calificar a un edificio “verde” es la de poseer un cierto grado de ahorro energético, además de contar con una estructura que evite que se desperdicie el agua de la lluvia.
“Existen grandes libros y tomos sobre como resolver esos problemas”, recuerda Ambasz, que habla de cómo la arquitectura ecológica no es algo novedoso, sino que ahora cunde el deseo de llevarla a cabo como consecuencia de una crisis económica mundial.
Respecto a las expectativas del futuro MAADU, el argentino destaca que la idea es que presente aquellas obras que “tienen ideas de un tipo de vida mejor que el actual”.
“Quiero que no sean plantas extranjeras para mantener la sintonía con las que se encuentran cerca del museo”, detalla. Y es que la fachada original será sustituida por un “jardín vertical”, compuesto de plantas procedentes del Jardín Botánico de Madrid.
De esta manera, la vegetación permitirá la impermeabilidad, aislando al edificio del calor y de la luz natural, tan perjudicial para las obras expuestas.
Por Eduardo Bielsa.