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Una coalición 'España Suma' de PP y Ciudadanos no habría logrado gobernar tras el 28A ni con el apoyo de Vox

La unión de las tres derechas –PP, Ciudadanos y Vox– es una obsesión del líder de los populares, Pablo Casado. “Si vamos dispersos a las urnas la economía se va a volver a dispersar y el Estado social se va a volver a fragmentar. Si vamos unidos tendremos los escaños suficientes para gobernar”, insistió el presidente del partido conservador en las sucesivas campañas electorales tanto de las generales del 28 de abril como de las municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo.

Tras acumular sendas derrotas en ambas citas con las urnas, Casado ha solido poner como ejemplo la coalición Navarra Suma –la unión de PP, Ciudadanos y UPN– como un caso de “éxito” de esa alianza de las derechas, ya que en Navarra logró ser la fuerza más votada aunque la suma de la izquierda y de los nacionalistas le supera en escaños.

Ahora, distintos dirigentes populares han llegado a plantearse llevar esa fórmula de alianza con los de Rivera a nivel estatal, una especie de 'España Suma', para tratar de arañar espacio político a la izquierda en el caso de que un fracaso de la investidura de Pedro Sánchez aboque a un adelanto electoral, que supondría la celebración de unos nuevos comicios en noviembre.

Desde Ciudadanos, no obstante, han descartado esa futura coalición con el PP al tacharla de “política ficción”. “Los españoles se merecen una oferta de Ciudadanos y no puede ser de ninguna otra marca electoral”, afirmaba este mismo martes el secretario general del partido, José Manuel Villegas.

En todo caso, la alianza de PP y Ciudadanos no hubiera cambiado de forma significativa el escenario postelectoral tras el 28A, según la estimación realizada por eldiario.es utilizando los resultados obtenidos por cada partido en el Congreso de los Diputados en las elecciones de hace dos meses y medio, y dando por hecho que la suma de los dos partidos habría logrado el mismo número de votos que recibieron por separado.

La nueva coalición 'España Suma' habría logrado ser la primera fuerza política del país con 140 escaños, por encima del PSOE, que habría obtenido 116 –siete menos que los que le fueron asignados–; Unidas Podemos-En Comú Podem, que se habría quedado en 38 –cuatro menos–, y Vox, que hubiera tenido 22 –dos menos–.

Pero incluso con la citada alianza de PP y Ciudadanos, las cuentas no le habrían salido al centro derecha español, que hubiera seguido sin sumar una mayoría clara incluso uniendo a sus escaños esos 22 de Vox. Este, el de la suma de las tres derechas, hubiera sido el comportamiento lógico al menos si Casado y Rivera hubieran mantenido la línea estratégica que han puesto en marcha tras el 26M –la suma de los tres partidos– en ayuntamientos y comunidades autónomas.

Las derechas necesitan a los nacionalistas

Con la irrupción de 'España Suma' las tres derechas apenas habrían llegado a los 162 escaños, que si bien son más que los que hubiera alcanzado la suma de la izquierda de PSOE y Unidas Podemos (154), habría tenido prácticamente imposible gobernar a no ser que obtuviera el respaldo de las fuerzas nacionalistas e independentistas a las que tanto PP como Ciudadanos rechazan de plano como posibles apoyos “por acción u omisión”.

Para alcanzar la mayoría absoluta de 176 diputados que habría garantizado una investidura en primera votación, 'España Suma' hubiese necesitado además de a Vox a PNV (6), Junts per Catalunya (7) y Coalición Canaria (2), una alianza impensable por los vetos cruzados entre las derechas y las fuerzas soberanistas. En cuanto a la izquierda, PSOE y Unidas Podemos hubieran requerido, en su caso, a PNV (6), ERC (14), Compromís (2) y PRC (1) para alcanzar la absoluta.

Las fuerzas progresistas y las nacionalistas podrían haber impedido, además, que la derecha se hiciera con el Gobierno en segunda votación, es decir, cuando basta con lograr más síes que noes.

'España Suma' y Vox habrían alcanzado 162 votos a favor de una hipotética investidura de uno de sus candidatos, una cifra que llegaría a 164 en el caso de lograr sumar a Coalición Canaria. Los previsibles 'noes' de PSOE, Unidas Podemos, PNV, ERC, Compromís y PRC alcanzarían, por su parte, 176 representantes, por lo que tumbarían de inmediato, también, ese segundo intento.

A la izquierda, en cambio, le bastaría el apoyo de PNV y Junts per Catalunya (en total, alcanzarían 167) o ERC (llegando a los 174) para sumar más síes que los noes que le darían las derechas (162).

Lo que sí permitiría probablemente la suma de PP y Ciudadanos sería que la coalición lograra mayoría absoluta en el Senado, si bien es imposible realizar una simulación del resultado que habrían logrado el 28A dado que el sistema de elección es distinto al del Congreso, al tener listas abiertas. El control de la Cámara Alta hubiera dado, no obstante, a las derechas un poder relativo, ya que se trata de una cámara de segunda lectura –la capacidad legislativa es del Congreso– que tiene un efecto limitado que se circunscribe a la capacidad del bloqueo del techo de gasto o a la activación del artículo 155 de la Constitución.