La evolución del voto del PP: el triunfo en las municipales no tiene por qué anticipar un vuelco en las generales
7.054.887 votos. Un 31,53% de los votos emitidos para un total de 23.412 concejales. Es el resultado cuantitativo del PP en las elecciones municipales del pasado 28 de mayo, las primeras de ámbito estatal que gana la derecha desde 2016. Y las primeras de ámbito local que el partido de Alberto Núñez Feijóo se lleva desde mayo de 2015. Unos datos que han servido al PP para darse un chute de optimismo generalizado y que les permite lanzar la campaña de las generales del 23 de julio desde el primer puesto de la parrilla.
Hace siete años, el PP lo dirigía Mariano Rajoy desde el Palacio de la Moncloa y el resultado hizo saltar las alarmas. La irrupción de Podemos, y posteriormente de Ciudadanos, se hizo más patente en aquellos comicios. Tanto, que las candidaturas armadas alrededor de Podemos lograron múltiples alcaldías, entre ellas Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia, Cádiz, A Coruña o Santiago.
El PP obtuvo 6,07 millones de votos. Un millón menos que el pasado 28 de mayo. Y, aún así, fue el partido con más apoyo popular. Rebasó en 400.000 votos, y un par de puntos porcentuales, al PSOE que ya entonces dirigía Pedro Sánchez. Ahora, el resultado ha sido el inverso en términos relativos. El PP ha ganado, con tres puntos de ventaja sobre el PSOE. En números absolutos, la diferencia es de 800.000 votos.
El triunfo del domingo ha sido percibido en el PP, al menos de puertas para afuera, como una primera vuelta de las generales. Feijóo confía en que el impulso del 28M llegue hasta julio y le permita obtener “una mayoría clara, incontestable y contundente para iniciar un nuevo rumbo”. “España dio ayer el primer paso para abrir un nuevo ciclo político”, dijo este lunes ante la plana mayor del partido, con los triunfantes barones autonómicos en primera fila.
En el PP sostienen que en julio el resultado del PSOE, de Sumar (o como se termine presentando ese espacio político) y del bloque que ha sostenido al Gobierno de coalición estos cuatro años será peor que en estos recientes comicios. En las generales, sostienen, no se producirá el efecto arrastre que tiene entre los electores el voto a sus alcaldes.
De hecho, pese a la importante transferencia de poder autonómico y municipal que se puede producir del PSOE al PP, la diferencia en voto popular no es tanta.
El resultado del PP el pasado domingo fue mejor que en 2019 y 2015. El peor escenario fue el de hace cuatro años, con Pablo Casado al frente del partido. El PP venía de perder el Gobierno por una moción de censura asentada en la sentencia que confirmaba que se benefició de la trama Gürtel. Corría el 1 de junio de 2018 y en mayo de 2019 los españoles acudieron a las urnas.
El PP recibió 5,15 millones de votos, casi dos millones menos que ahora. La diferencia de concejales electos supera los 3.000. Y en 2015, aunque ganó, el PP tuvo un millón menos de sufragios que este 2023.
Ahí terminan las buenas comparaciones para Feijóo. Si se echa la vista atrás, el PP siempre ha obtenido más votos que ahora, en un escenario en el que el bipartidismo dominaba las urnas.
El gran momento de la derecha en las últimas dos décadas llegó en 2011. En aquellas municipales y autonómicas el PP arrasó de verdad. 8,47 millones de votos. Un 37,5% del voto emitido, casi 10 puntos más que el PSOE. Y 26.507 concejales. Meses después, Mariano Rajoy conseguía una amplia mayoría absoluta.
Es el destino que anhela Feijóo. El dirigente gallego no se cansa de repetir que él obtuvo en las elecciones a la Xunta cuatro mayorías absolutas y, aunque en el PP son conscientes de que lograrlo ahora es casi imposible, confía en gobernar en solitario con un resultado amplio.
Pero la comparativa de resultados en elecciones de ámbito estatal llama más a la prudencia. Las elecciones municipales se han celebrado históricamente en España al margen de las generales, y aquellas no siempre han marcado una tendencia que luego se haya replicado luego en estas.
En 2003, por ejemplo, el PP y el PSOE empataron. Los socialistas quedaron ligeramente por encima en voto, pero la derecha se impuso en concejales. Un año después, José Luis Rodríguez Zapatero se impuso sobradamente en las elecciones generales: cinco puntos y casi 20 diputados más que Mariano Rajoy.
En 2007 ocurrió a la inversa. Ese mes de mayo el PP se impuso en las elecciones locales, también por la mínima: menos de un punto. Y fue el PSOE el que tuvo más concejales. Reverso de lo ocurrido cuatro años antes. En marzo de 2008, Zapatero revalidó su triunfo en las generales por cuatro puntos.
¿Cuál será la relación entre las recientes municipales y las inminentes generales? Está por ver. La realidad es que el PP ha recuperado una posición hegemónica que había perdido. Su ascenso en las 40 mayores ciudades del país es absoluto, llegando a casi duplicar, y más, el resultado en Madrid, Granada o Barcelona.
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