Feijóo se pone a la defensiva. El presidente del PP intenta enterrar la imagen de una oposición ruidosa que dice “no” a cualquier medida que impulse el Gobierno y acusa ahora a Pedro Sánchez de ser él quien lleva a cabo una política del insulto. “El Gobierno indulta a quien no lo merece e insulta a los que se esfuerzan en colaborar con las tareas del Estado”, ha dicho este lunes, antes de presentarse a sí mismo como un ejemplo de lealtad con el Ejecutivo y con su país. “El Partido Popular que presido es un partido que es y será una leal oposición. Eso es algo que se constata cada uno de los últimos meses en que he tenido el honor de presidirlo”.
Tras dibujar un escenario económico apocalíptico en España, que ha atribuido a las políticas del Gobierno, el expresidente de la Xunta ha reivindicado como propias algunas de las medidas de choque implantadas para atajar la inflación, como la bajada del IVA en la factura del gas y de la electricidad, que en este último caso el Ejecutivo mantiene rebajada desde muchos meses antes de su aterrizaje a la política nacional. Feijóo ha anunciado que esta misma semana remitirá a la Moncloa un documento con medidas energéticas que, entre otras cosas, contempla que esa rebaja del IVA se extienda todo el invierno. También ha pedido ayudas directas para la inversión en energías renovables y para las empresas afectadas por el aumento del precio de la energía.
Preguntado expresamente por su postura respecto a la subida del Salario Mínimo Interprofesional o sobre un pacto de rentas, el líder de la oposición ha esquivado concretar sus recetas, limitándose a criticar que el Ejecutivo “incite a manifestarse contra no se sabe muy bien quién”. “Lo razonable es que los salarios aumenten a medida que aumenta nuestra competitividad”, despachó.
En un desayuno informativo organizado por Europa Press, Feijóo describió el momento que atraviesa el Gobierno como “una fase irremisible de deterioro” y pronosticó que si hubiera elecciones el próximo domingo “las ganaría el PP” porque Sánchez se enfrenta “al otoño del patriarca”. Diez días después de votar en el Congreso en contra del decreto de medidas energéticas recomendadas por Bruselas para afrontar las consecuencias derivadas de la guerra de Ucrania, Feijóo dijo que “es imposible hacer buena política cuando se dedica tanto tiempo a sacar votaciones en el último minuto”. “Es un arcano ofrecer estabilidad al país cuando el gobierno no ha sabido dotarse de estabilidad a sí mismo”, añadió.
Durante su intervención también quiso desmarcarse de VOX y del estigma de un PP maniatado a la extrema derecha. “Lo primero que me dijo el Gobierno era que yo iba a pactar con VOX. Llegó el recuento de Andalucía y hubo una mayoría amplia. Nuestro objetivo es tener una mayoría para gobernar España”, planteó obviando el pacto de coalición de su partido en Castilla y León con los de Abascal, con quien reconoció hablar habitualmente y haber quedado en reunirse durante el mes de septiembre. “Nosotros es que hablamos con todo el mundo menos con Bildu, ese monopolio se lo dejamos al Gobierno”, apuntó.
Bloqueo del CGPJ
También fue cuestionado el presidente del PP por el bloqueo de los órganos constitucionales, que achacó al “chantaje inadmisible” del Ejecutivo de Sánchez, al que pidió desmentir que existan presiones al presidente del Consejo General del Poder Judicial para nombrar a dos magistrados del Constitucional.
Esta actitud, apostilló, “es incompatible con el respeto a la independencia judicial”. Ante la plana mayor del PP, los empresarios y representantes sindicales, Feijóo pidió acabar “con las puertas giratorias” de la política hacia el poder judicial para evitar, entre otras cosas, “que un ministro pueda acabar siendo Fiscal General del Poder Judicial”.