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La Fiscalía francesa pide 12 y 8 años para los etarras Lesaka e Iturbide

EFE

París —

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La Fiscalía francesa pidió hoy 12 años de cárcel para la etarra del aparato logístico-militar Izaskun Lesaka y ocho años para el que es ahora su marido, Joseba Iturbide, arrestados el 28 de octubre de 2012 en Mâcon (noreste de Francia).

La fiscal del Tribunal de lo Criminal de París, Maryvonne Caillibotte, señaló que Lesaka Argüelles tuvo un periodo de clandestinidad “excepcional” por su duración, entre 2002 y 2012, durante el que mostró “un verdadero compromiso” con la actividad de la banda terrorista.

Recordó que cuando ambos fueron arrestados en un hotel de la ciudad de Mâcon tenían en su poder dos pistolas con munición, abundantes documentos falsificados, un coche robado y documentación de ETA, pero sobre todo componentes para la fabricación de artefactos explosivos y 13.825 euros procedentes de la extorsión.

Caillibotte instó a los jueces a que declaren a Lesaka culpable de los hechos más controvertidos de su lista de veintidós inculpaciones, como el robo a mano armada cometido por un comando etarra en la empresa Labema de la localidad de Lorette (sureste de Francia) el 10 de octubre de 2007, de la que se llevaron, sobre todo, 2.116 litros de nitrometano, usados para fabricar explosivos.

Ella es el único de los integrantes de ese comando -formado por al menos cuatro personas- que ha sido identificada por una traza de ADN que se encontró en el tapón de un bidón de combustible utilizado para intentar quemar uno de los dos vehículos sustraídos en Lorette, localizado unos días después.

El director de Labema, Jean-Pierre Laronze, quien fue amenazado y reducido por los etarras a punta de pistola para que les entregara el nitrometano, se ha constituido en acusación particular en este juicio y, a través de su abogado, Eymeric Molin, pidió al tribunal “justicia y verdad”.

Según explicó Molin, para Laronze desde que se atribuyó la traza genética a Lesaka no hay ninguna duda sobre su responsabilidad en ese atraco, en el que los autores “le aterrorizaron” y que ha supuesto “un antes y un después” en su vida

La abogada de la defensa, Clara Rouget Araníbar, resaltó que “el único elemento” que implica a su clienta en el robo de Lorette es su ADN en el tapón de un bidón de gasolina e insistió en que eso no demuestra su culpabilidad.

Rouget Araníbar indicó que no se ha podido determinar no sólo cuándo había dejado Lesaka su traza genética, que estaba mezclada con la de otra persona no identificada, sino que ni siquiera está claro que la etarra tocara alguna vez esa tapadera.

“En materia de ADN todo es posible, no puede haber ninguna certidumbre”, argumentó la abogada, quien consideró que no se puede condenar a su cliente por los hechos de Lorette “sobre la base de una probabilidad”.

La letrada hizo hincapié en que Lesaka ha reiterado durante el proceso que ETA ha abandonado definitivamente la lucha armada y que en su caso “no hay ningún riesgo de reincidencia”.

Los acusados tendrán la última palabra mañana, antes de que los jueces se retiren a deliberar y comuniquen su sentencia.