La portada de mañana
Acceder
España tiene más de un millón de viviendas en manos de grandes propietarios
La Confederación lanzó un ultimátum para aprobar parte del proyecto del Poyo
OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

Noticia servida automáticamente por la Agencia Europa Press

El Gobierno baraja recurrir al Constitucional la resolución del Parlament que pide la abolición de la monarquía

El Gobierno quiere dar un “mensaje político” contundente en Catalunya después de que el Parlament aprobara una moción que pide la abolición de la monarquía y que reprueba la actuación de Felipe VI. El Ejecutivo baraja las “medidas legales” que va a adoptar y señala recurrir al Tribunal Constitucional. Así lo ha reconocido Pedro Sánchez en una conversación informal con los periodistas en la recepción del 12 de octubre en el Palacio Real. 

Sin embargo, el hecho de que solo fuera una proposición no de ley “complica” el recurso ante el alto tribunal, según ha explicado el presidente: “Tiene valor declarativo y no jurídico y eso lo complica llevarlo al Constitucional, ha admitido Sánchez, que insiste en que los independentistas por ahora ”no han cometido ninguna ilegalidad“. 

La vicepresidenta, Carmen Calvo, ha explicado que quieren dar una “respuesta política y también jurídica” y ha puesto como ejemplo un recurso que presentó el Gobierno de Sánchez nada más llegar al poder en contra de una propuesta del Parlament que instaba a volver a las leyes de desconexión.

“Puedes debatir lo que quieras en el Parlament pero no puedes cuestionar la figura del rey, que es inviolable”, ha señalado Calvo. “No tiene un pase desde el punto de vista jurídico”, ha aseverado la vicepresidenta.

A pesar de la respuesta “clara y firme” que quieren dar, en el Ejecutivo están seguros de que la situación ha mejorado en Catalunya. “Hace un año hubo una declaración unilateral de independencia. En Catalunya estamos en un debate circular”, ha afirmado Sánchez. 

La recepción del 12 de octubre del año pasado se produjo unos días después del duro mensaje televisado del rey Felipe VI por la declaración de independencia y apenas dos semanas antes de que se activara el 155. Mucho ha cambiado la política española desde entonces, pero Catalunya ha vuelto a protagonizar la jornada

Sánchez ha conseguido retomar la relación institucional con el Govern y está satisfecho con la marcha de las reuniones bilaterales, según ha reconocido. No obstante, el Gobierno ha congelado la propuesta de encuentro en Barcelona con Quim Torra que pretendían que se produjera este mes después del ultimátum que el president le dio a Sánchez sobre negocia un referéndum antes de noviembre. 

El presidente socialista sostiene que el conflicto en Catalunya se resolverá en tres fases: una de “normalización y distensión” -que es en la actual, la segunda sería el “planteamiento de soluciones políticas” y “una tercera en la que indudablemente tienen que votar los catalanes”. El presidente se refiere a un nuevo Estatut en el que Catalunya logre mayor autogobierno. 

Calvo, que está liderando una parte del contacto con el Govern a través de encuentros con Elsa Artadi y Pere Aragonès, con quienes dice tener una “relación razonable”, asegura que el Gobierno no se “despista ni un minuto” del funcionamiento de las instituciones y advierte de que aceptarán “todo dentro del marco constitucional y fuera nada”.

Calvo niega gestiones con la Iglesia para que Franco no acabe en la Almudena

Además, ha asegurado que el objetivo del Gobierno es dar “estabilidad” a Catalunya también en lo económico y ha negado que pretenda revertir el decreto que facilitó la salida de empresas de Catalunya. 

La vicepresidenta, que también pilota todo lo que concierne a la exhumación de Franco del Valle de los Caídos, ha negado que esté en el orden del día de su reunión con el número dos del papa en el Vaticano pedirle que la iglesia evite que el dictador acabe en la cripta de  la catedral de la Almudena en pleno centro de Madrid. La familia ha señalado ese lugar para que se trasladen los restos embalsamados de Franco ya que disponen de un panteón privado. 

“¿Tú crees que la iglesia con lo que es no sabe lo que quiere o no quiere, puede o no puede, debe o no debe? ¿Yo voy a decirle a la iglesia lo que puede o no puede?”, se ha preguntado antes de sentenciar: “No puedo”. “La iglesia es suficientemente importante como para saber lo que quiere o no quiere”, ha rematado. Calvo ha asegurado que ese tema no estará sobre la mesa en la reunión que tiene en el Vaticano con el número dos del papa Pietro Parolin.

El Gobierno, convencido de que limitará los aforamientos

La vicepresidenta también ha aprovechado su conversación informal con los periodistas para negar que el Gobierno le haya trasladado al Consejo de Estado la pelota de los aforamientos (el Consejo de Ministras no aprobó un anteproyecto como había anunciado Sánchez, sino que pidió un informe al Consejo de Estado sobre la reforma constitucional para eliminar ese privilegio para los cargos públicos fuera de su actividad). 

Calvo ha explicado que hay “dos fórmulas” para que el Consejo de Estado se pronuncie sobre los anteproyectos de ley: una que lo haga tras su aprobación en el Consejo de Ministros y la otra que el Gobierno le reclame una propuesta y trabaje sobre ella posteriormente. Así, ha asegurado que la segunda vía es más rápida y que el Gobierno hará los cambios que considere sobre la propuesta del Consejo de Estado, pero ha mostrado determinación en que la limitación de los aforamientos se llevará a cabo pese a las reticencias que han mostrado el resto de grupos: “Vamos a hacer una reforma de la Constitución de manera clara”. 

El PSOE saca pecho en el 12-O

La celebración del 1-O ha sido especial para los socialistas, que han presidido el desfile militar por primera vez en siete años. Y los cargos del PSOE han sacado pecho a pesar de los abucheos que ha recibido Pedro Sánchez y que él mismo ha minimizado: “Hubo abucheos a Felipe y a Zapatero. Yo no iba a ser menos”, ha ironizado en una conversación informal con periodistas. 

Los socialistas eran esta vez también los protagonistas de la recepción en el Palacio Real, a donde han asistido todos los miembros del Gobierno y también el equipo de Sánchez en Moncloa. Josep Borrell y la presidenta del PSOE, eran de los últimos en abandonar el palacio, como la titular de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, que se ha quedado un rato hablando en las escaleras que llevan a la salida con la presidenta del Congreso, Ana Pastor. 

“Yo hoy me he estrenado en el desfile”, reconocía la portavoz parlamentaria Adriana Lastra, que relata que ha renunciado al impermeable de plástico que le han ofrecido cuando ha empezado a llover. “La verdad es que el desfile pierde por la tele”, comentaba la ministra Magdalena Valerio. 

Algunos de los socialistas que se han quedado hasta el final y se han hecho fotos en la sala donde se celebra el cóctel posterior a la recepción de los reyes no escondían su euforia: “Este año estamos contentos, antes veníamos y pintábamos menos”, reconocía un alcalde. Albert Rivera, que en ocasiones anteriores tuvo un gran protagonismo ha pasado hoy inadvertido y Pablo Casado también ha tenido un perfil bajo. Podemos rechaza asistir.