Antonio Gramsci Vs Carl Schmitt ilustrado en dos fragmentos de Juego de Tronos. El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha publicado en su muro de Facebook un post en el que hace una lectura de la crisis catalana desde el punto de vista de los filósofos italiano y alemán.
Así, el Govern encabezado por Carles Puigdemont estaría desarrollando una estrategia gramsciana, la de la lucha por la hegemonía. O, como explica el acertijo de poder de Juego de Tronos: “El poder reside donde los hombres creen que reside, es un truco, una sombra en la pared, y un hombre muy pequeño puede proyectar una sombra muy grande”.
“Prefiero repetir una verdad ya conocida que devanarme la inteligencia para fabricar paradojas brillantes, ingeniosos juegos de palabrad y acrobacias verbales, que hagan sonreír pero no llorar”, escribía Gramsci. Y, también: “La guerra de posiciones es comprimida, difícil, se requieren cualidades excepcionales de paciencia y espíritu de invención”.
“Si el terreno de combate permite que aparezca el soberano schmittiano, es obvio quién va a ganar la partida”, explica Iglesias en relación al papel que desempeña del Gobierno de Mariano Rajoy, aunque avisa: “Algunos deberían recordar hoy que la principal batalla política es aquella que define el propio campo de batalla”.
En este sentido, la estrategia schmittiana del Gobierno, se definiría así, según el fragmento de Juego de Tronos: “El poder es poder”.
El pasaje muestra dos concepciones del poder enfrentadas: el cortesano Baelish amenaza veladamente a la reina madre Cersei –“el conocimiento es poder”–; a lo que ella responde con un ejercicio incontestable de poder real.
Schmitt, que fue también teórico del nazismo, veía la historia como el escenario de dos fuerzas: el “amigo” y el “enemigo”. “Los puntos álgidos de la gran política son al mismo tiempo los momentos en los que el enemigo es contemplado como tal en la mayor y más completa claridad”, decía.
Otro pensamiento de Carl Schmitt, en Diálogo sobre el poder y el acceso al poderoso: “A quien no tiene poder le diría: no creas que eres bueno tan sólo porque no tienes poder. Y si la carencia de poder le causa sufrimiento, le recordaría que la voluntad de poder es tan autodestructiva como la voluntad de placer o la de poseer otras cosas que saben a más”.