El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha anunciado hoy que los diputados de su partido renunciarán a un plan de pensiones privado que se nutre de aportaciones del Congreso. Sin embargo, ese plan se suspendió en enero de 2012 y los nuevos diputados no tienen la opción de beneficiarse de él.
“Es una vergüenza que los españoles, con un sueldo medio de 15.500 euros, tengan que sufragar con su dinero este plan”, ha señalado Iglesias en rueda de prensa en Moncloa tras reunirse con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.
Ante los periodistas, Iglesias ha afirmado que sus servicios jurídicos le han asegurado que el plan sigue activo y que los diputados pueden apuntarse, aunque no se hagan aportaciones.
El plan de pensiones al que se refiere el líder de Podemos se creó en 2006 y constaba de una aportación anual de 2,5 millones de euros para diputados y Senadores -unos 4.000 euros anuales por cada parlamentario-, y estaba gestionado por el BBVA. La información sobre él no ha sido muy transparente.
Los diputados de IU Cayo Lara y Alberto Garzón fueron los primeros en renunciar a él cuando consiguieron su escaño en 2011, sacando a la luz la existencia de este fondo. Su decisión generó polémica en la formación porque otro diputado, Gaspar Llamazares, se negó a renunciar a ese beneficio.
Ese mismo año el Congreso congeló las aportaciones a ese fondo y en 2012 lo suspendió definitivamente en un acuerdo conjunto de las mesas de la cámara alta y baja. Esa decisión estaba en línea, argumentó el Congreso, con el Decreto Ley de medidas urgentes en materia presupuestaria, tributaria y financiera.
Desde entonces, los diputados que quieran mantener su fondo privado de pensiones debían nutrirlo con sus propias aportaciones. Fuentes del Congreso explican que en este momento “no hay ninguna aportación a ningún plan de pensiones privado” y que los nuevos diputados no tiene la opción de beneficiarse de él.