La izquierda busca recuperar el poder en Madrid y Castilla y León tras décadas en la oposición
Para encontrar a un presidente de izquierdas en los Gobiernos de la Comunidad de Madrid y en la Junta de Castilla y León hay que remontarse tres décadas. José María Aznar llegó a la presidencia de Castilla y León en 1987. Todos los presidentes que le siguieron hasta la fecha han sido del Partido Popular. En Madrid, el último socialista al mando fue Joaquín Legina. Abandonó el cargo en 1995. Las elecciones de este domingo pueden poner fin a ese ciclo, provocando cambios en dos gobiernos que la derecha lleva controlando tres décadas.
La batalla por Madrid se ha convertido en uno de los asuntos primordiales de unas elecciones que deciden mucho más que Madrid. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, reclamaba esta semana el apoyo para Ángel Gabilondo, como manera de “acabar con 30 años de corrupción”. En Ferraz creen que estas elecciones se pueden convertir en la estocada final para un Partido Popular que implosionó tras la moción de censura.
El equipo de Pablo Casado llega al 26M con mucha inquietud. En las filas del PP han aplazado las críticas a la estrategia puesta en marcha en las pasadas elecciones generales hasta conocer el resultado de este domingo. Casado sabe que la pérdida de territorios históricos del PP puede acabar moviéndole la silla. Destacados dirigentes de las formación reconocen en privado la existencia de un enorme malestar interno, que han decidido posponer hasta después de los comicios.
En en PP preocupa más la pérdida de los gobiernos de Madrid o Castilla y León que el cómputo general de lo que suceda en los 8.131 ayuntamientos españoles que elegirán a sus nuevos alcaldes. En el equipo de Pablo Casado están convencidos de que la implantación territorial de su formación en todo el territorio les salvará de un mal resultado en municipales y que en los ayuntamientos y comunidades autónomas podrán mostrar la distancia que tienen con respecto a Ciudadanos en cuanto a poder repartido por el territorio.
Los últimos datos del CIS sitúan al PSOE como el virtual vencedor de las elecciones en Madrid con el 26,1% de los votos. El candidato socialista, Angel Gabilondo, necesitaría el apoyo de Podemos y Más Madrid para arrebatarle la presidencia de la Comunidad al Partido Popular. De confirmarse los datos de la encuesta, Pedro Sánchez tiene esa victoria al alcance de la mano.
En Castilla y León, el PSOE también cotiza al alza en las encuestas. Según el CIS será el ganador de las elecciones, aunque con dificultades para superar a la suma de las tres derechas que tendrían que repetir un pacto a la andaluza si quieren conservar esa plaza.
En ambos territorios, el PP pierde pero Ciudadanos no consigue situarse como opción prioritaria para el votante de derechas. La presión que Albert Rivera está ejerciendo sobre Pablo Casado no parece que vaya a ofrecer un resultado en la estricta medición electoral, sino el desgaste que al líder del PP le está generando cada una de sus derrotas.
Algunas voces en Génova 13 claman ya por la refundación del PP y algunas miradas se han detenido en Ana Pastor como la persona sobre quien depositar las riendas del partido en un periodo de transición. Casado evita esa tensión y advierte que tiene un mandato de cuatro años y la intención de cumplirlo.
Si el PP pierde los gobiernos de Madrid y Castilla y León, su poder institucional se vería reducido a mínimos históricos, sin apenas poder de decisión y obligado a prescindir de equipos, asesores, cargos de confianza y personal que durante décadas ha vivido gracias a la estela de poder de esta formación política.
Para la izquierda, por el contrario, recuperar el mando en esos territorios supondría la confirmación de un cambio en el eje del poder con Pedro Sánchez y el PSOE como principales beneficiados.
Podemos y PSOE tendrán que ponerse de acuerdo para sumar sus fuerzas en el intento de conquistar los bastiones tradicionales de los populares. Esos virtuales acuerdos marcarán también la negociación que Sánchez e Iglesias iniciarán tras la jornada electoral para decidir la configuración del próximo Consejo de Ministros y la posibilidad de que Podemos entre en él. “Si somos necesarios para un Gobierno del PSOE en la Comunidad de Madrid, también lo seremos para un Gobierno a nivel del Estado”, aseguran fuentes de la formación morada.
Este domingo también se decide el reparto de escaños para el Parlamento Europeo, pero esa competición se da por adjudicada para la candidatura del PSOE, como si nada fuese a cambiar gane quien gane esas elecciones.
Madrid y Castilla y León se han convertido en la última línea de batalla para un Partido Popular que en el último año solo ha perdido. El resultado en esos dos parlamentos marcará la dimensión de las victorias y las derrotas, influirá sobre los pactos y determinará en buena medida el futuro de Pablo Casado, el último líder en llegar a la arena política y el que parece tener más cerca la puerta de salida.