El presidente del partido gobernante polaco, Jaroslaw Kaczynski, considerado como el hombre fuerte en la sombra de este país centroeuropeo, aseguró hoy que “Polonia no va a pagar por los crímenes alemanes” cometidos durante la II Guerra Mundial, y reiteró que los polacos no son antisemitas.
Kaczynski hizo estas declaraciones en relación a la polémica generada por la ley sobre el Holocausto aprobada recientemente por Polonia, que contempla penas de hasta tres años de cárcel por el uso del término “campos de concentración polacos” o acusar al país de complicidad en ese genocidio.
Esta norma ha sido muy criticada por Israel, que considera que intenta “desafiar la verdad histórica” y que puede difuminar la complicidad, directa o indirecta, de sectores de la sociedad polaca en los crímenes contra los judíos.
En una entrevista publicada hoy por el semanal “Do Rzeczy”, Kaczynski recordó que todavía se sigue trabajando en el contenido de esta ley, y dejó la puerta abierta a una posible modificación de la norma, tal y como piden las autoridades israelíes.
No obstante, el líder del partido Ley y Justicia admitió su sorpresa por la reacción de Israel a la Ley polaca sobre Holocausto, porque, según él, no había motivos para una respuesta tan crítica.
Kaczynski también recordó que durante la visita de la entonces primera ministra polaca, Beata Szydlo, a Israel en noviembre de 2016, ya se planteó la posibilidad de una ley en este sentido que no fue mal recibida por las autoridades israelíes.
Para el político polaco, es importante recordar que “la Polonia de entreguerras garantizó en la medida de sus posibilidades” la convivencia de todas las etnias y religiones que habitaban el país centroeuropeo, y fue la caída del Estado polaco tras la invasión nazi y soviética lo que dio paso al genocidio tanto del pueblo judío como de ucranianos, bielorrusos y polacos.