Mal trago para el PP de Rajoy en la manifestación de la AVT
El Partido Popular de Mariano Rajoy ha pasado muy incómodo durante el transcurso de la concentración convocada por la AVT contra la sentencia de Estrasburgo que tumba la doctrina Parot. El acto se ha convertido en una crítica al Gobierno, a jueces y fiscales y a todo el que negociara o participara en la búsqueda del fin de ETA sin exigir que las víctimas habrían de quedar para la historia como “vencedoras”. A la habitual culpabilización de los Ejecutivos socialistas, este domingo ha habido una novedad: el PP ha pasado un mal trago.
El acto de protesta ha visibilizado más que nunca la existencia de dos 'partidos populares'. Uno es el PP de Rajoy, el del Gobierno que en la plaza de Colón no ha sido bien recibido. El otro, es el PP de Aznar, Botella y Aguirre que ha recibido aplausos y jaleos (con la salvedad de alguna voz discordante que los sitúa a todos en el territorio de la “traición”). La alcaldesa madrileña se ha permitido la licencia de aplaudir las críticas al Ejecutivo al que se acusa de haber acatado con incomprensible rapidez la decisión del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.
La secuencia es la siguiente. El periodista que lee los mensajes de los telespectadores en El Gato al Agua (Intereconomía TV) había sido convocado para calentar el ambiente. En un momento dado reconoció: “Soy un poco mediocre en matemáticas y no puedo calcular cuántos somos... perdón... me están comunicando por línea interna que... somos 200.000”.
Entre los aplausos motivados por la cifra llegó el turno para la periodista Isabel San Sebastián, plato fuerte y encargada de presentar a las víctimas del terrorismo que hablarían antes del discurso final de la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza. Durante su intervención San Sebastián cargó con dureza contra el Ejecutivo de Rajoy al afirmar que “es una ignominia que el Gobierno ejecute la sentencia en solo una semana”.
Los dirigentes del PP, ubicados en primera fila a la izquierda del escenario por la organización empezaron a tragar saliva. En esa zona estaban Esperanza Aguirre, Ignacio González, Carlos Floriano, Javier Arenas, Esteban González Pons y Ana Botella. A la alcaldesa le faltó tiempo para aplaudir la crítica al Ejecutivo mientras el resto de sus compañeros disimulaban.
“Me llamo Alfonso Sánchez y soy guardia civil”, dijo desde el atril principal una de las víctimas convocadas al turno de intervenciones. Este exagente explicó que tenía apenas 20 años cuando Inés del Rio atentó contra él y sus compañeros y arrancó un cerrado aplauso al afirmar que “algunos políticos que hoy no están aquí me han traicionado”. “Veo cómo los jueces son condecorados. ¿Qué han puesto ellos?”, preguntaba el guardia civil, mientras el jardín del descubrimiento gritaba: “¡Nada!”.
El PP decidió a última hora que apoyaba esta manifestación contra sí mismo y su decisión de acatar la decisión de Estrasburgo. La dirección del partido era conocedora de que el trámite no sería fácil para Floriano, Arenas y Pons (enviados por decisión de la dirección del partido). Los tres dirigentes populares salieron de Génova, 13 con 40 minutos de antelación al arranque de la concentración y callejearon por las inmediaciones para llegar por donde nadie les esperaba. Todo estaba previsto para evitar el enfrentamiento. Pero fue imposible. “Traidores”, fue el apelativo más repetido en el paseíllo para entrar y salir de las inmediaciones del escenario.
“Seguiremos mañana mismo”, advirtió Angeles Pedraza desde el escenario. La presidenta de la AVT evitó el enfrentamiento directo con Rajoy pero reclamó su condición de “último dique de contención de la dignidad democrática de España”. “No nos debemos a nadie”, aclaró Pedraza para reclamar el derecho de las víctimas a “proclamarnos vencedoras”.
La presidenta de la AVT tuvo duras críticas para los jueces. “¿Qué ha hecho la Audiencia Nacional?”, preguntó a la concurrencia que enfervorecida respondió un previsible “¡Nada!”.