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Martínez Echevarría vs. Rivera: la primera experiencia de Albert Rivera en el sector privado deriva en fiasco

Carmen Moraga

12 de febrero de 2022 22:22 h

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En la semana de la reforma laboral y la subida del salario mínimo, Albert Rivera ha ocupado portadas de periódico y horas de televisión por su propio despido. La hecatombe sufrida por Ciudadanos a raíz de sus últimas decisiones -fundamentalmente el viraje a la derecha que entregó todo el poder al PP y concedió una segunda vida a Pablo Casado tras el hundimiento de su partido en las municipales y autonómicas de 2019- precipitó la salida de la política del dirigente más mimado por el establishment y los poderes económicos en la última década. Su salto de nuevo al sector privado ha sido exótico desde el principio. Convocó a la prensa para realizar un anuncio importante y apareció ante las cámaras con un gigantesco logotipo de un bufete de abogados detrás para comunicar cuál sería su nueva ocupación, lejos de las instituciones.

A tenor de lo que cuenta ahora su despacho, ocupación allí no tuvo demasiada en los dos años que figuró contratado como socio, como informó El Confidencial. Los registros del bufete han computado meses en que ha dedicado tan solo dos horas al trabajo en la oficina. Y se avecina una batalla legal por su finiquito y el de José Manuel Villegas, que le ha acompañado en su aventura empresarial. El despacho Martínez-Echevarría, que llegó a cambiar de nombre para incluir el de Rivera, ya no quiere saber nada de su flamante fichaje. El político que lideró las encuestas en España y soñó con ser el Macron español se ha tenido que ir por segunda vez por la puerta de atrás -la primera fue en Ciudadanos-, y de la peor manera posible: con un despacho que le acusa de vago con eufemismos que hablan de su “bajo rendimiento” y de no cumplir con las mínimas obligaciones pese a su sueldo de alto directivo. El Confidencial llegó a apuntar que algunas fuentes calculan en 450.000 euros el salario anual del exlíder de Ciudadanos.

Tanto Rivera como Villegas, que aterrizó en el bufete con la categoría de vicepresidente, sostienen que son ellos los que se van por “incumplimiento reiterado las condiciones pactadas” en el contrato que firmaron, mientras argumentan que “los números del despacho iban muy bien: en dos años habíamos pasado de 16 millones de facturación a casi 20 y en la oficina de Madrid de 1,5 millones a casi cuatro”.

Tal y como desvela El Confidencial, que ha destapado el divorcio, los dos exdirigentes de Ciudadanos piden ahora que se les abonen sus sueldos hasta marzo de 2025, fecha de la finalización teórica de sus contratos, y se les dé una indemnización que ronda los 500 días por año trabajado. Además, estudian “daños morales y reputacionales”. Desde el bufete le han bajado los humos y avisan a Rivera de que no tenga tan altas pretensiones. Es más, le advierte de que irán a juicio, ya que no están dispuestos a indemnizarles ni “con 1.000 euros”. Consideran además “ofensivo” que Rivera y Villegas pretendan cobrar esas astronómicas cantidades de dinero. “No vamos a llegar a un acuerdo con Albert Rivera, aunque consista en pagarle 1.000 euros”, han declarado a El Pais los responsables del bufete.

Las ambiciones de Rivera chocan mucho con las recetas sobre el modelo de mercado laboral que quería para España y que él mismo predicaba cuando dirigía el partido. No hay que hurgar demasiado para encontrarlas. Una de ellas fue debatida - y rechazada- en el Congreso a finales de junio de 2018, y abogaba por un único contrato para todos los trabajadores y una misma indemnización de 20 días por año, o 33 si el despido estaba justificado, algo que evitaría, a juicio de Rivera, “que haya trabajadores de primera y de segunda”. Su propuesta incluía un nuevo concepto: la “flexiseguridad”, que consistía en combinar la flexibilidad y seguridad jurídica a las empresas a la hora de deshacerse del trabajador, y la implantación de la llamada “mochila austriaca” en la que cada asalariado iría acumulando en una cuenta personal las aportaciones de la empresa (retrotraídas de su sueldo). Así, una vez despedido, el trabajador podría optar por cobrar lo ahorrado o bien continuar engordando esa mochila.

Su teoría fue lanzada a lo largo de estos años en diversos foros. Y ahora se la recuerdan en las redes sociales.

La imagen de gran líder que le ha gustado cultivar

Muy a su pesar esta vez, Rivera ha vuelto a acaparar los focos mediáticos, que siempre le han acompañado. Incluso después de su dimisión como líder de Ciudadanos, partido que fundó en 2006, hizo crecer por toda España hasta acariciar ser la primera fuerza, pero tuvo que abandonar tras las elecciones de noviembre de 2019, cuando dejó a la formación en 10 diputados. En su despedida evitó reconocer errores y se aferró al momento más álgido de su mandato recordando los 57 escaños que había logrado apenas unos meses antes cuando soñaba con el sorpaso al PP para convertirse en el líder del centro derecha. La realidad fue otra. Sin embargo, poco después anunció que abría una nueva etapa en el sector privado, como abogado, profesión que había ejercido en La Caixa durante un corto periodo de tiempo antes de dedicarse de lleno a Ciudadanos.

La otrora estrella emergente de la política española se apresuró a abrir en mayo de 2020, en pleno auge de la pandemia, un canal de Telegram que bautizó como “Líderes en el cambio”, desde el que fue promocionando sus proyectos y su libro, Un ciudadano libre (Espasa, 2020), que no pudo presentar ante el público hasta el siguiente mes de septiembre. A través de aquel canal, que a día de hoy sigue abierto pero sin actividad y al que diariamente siguen uniéndose admiradores (ahora tiene cerca de 3.000), impulsó diversos encuentros digitales en los que participaron profesionales de la comunicación y algunos exdirigentes políticos.

A principios de agosto del año pasado anunció en ese foro, muy contento, que en noviembre iba a dirigir unos cursos de liderazgo, un postgrado en el Instituto Cardenal Cisneros para el que fichó a un largo elenco de exdirigentes políticos como Marcos de Quinto, el propio Villegas, Eduardo Madina, Nicolás Redondo, Alberto Ruiz Gallardón o Borja Sémper, entre otros. A ellos unió luego el nombre de Toni Cantó. En su curso de liderazgo figuran también conocidos periodistas, como Gloria Lomana, Verónica Fumanal y María Casado; o el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el expresidente de Colombia Álvaro Uribe, entre otros muchos.

El día de la presentación, Rivera, como director del proyecto, dialogó con los presidentes de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla (PP), y de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page (PSOE), sobre “los diferentes liderazgos autonómicos”. Los cursos estaban programados para ocho meses, así que continúan.

Por entonces Rivera ya compaginaba la dirección de ese máster con su puesto en el bufete y, además, se había involucrado en una 'start-up', Meeting Lawyers, como presidente del consejo de administración, “desde donde ofrecerá su experiencia como líder en un despacho de abogados”, según explicó también El Confidencial. Este diario desveló que ese proyecto “atrajo el interés del bufete Martínez-Echevarría & Rivera, que quiso involucrarse como inversor capitalista, colaborando únicamente en la financiación y no en la prestación de servicios. No obstante, a Rivera le interesó el proyecto a nivel personal”.

Según se explicó entonces, el secreto de esta start up fundada por Claudia Pierre y Carlos Ripollés es “poner a disposición de sus clientes un chat en el que podrán preguntar sus dudas a profesionales del derecho especializados en diferentes áreas. El servicio está disponible las 24 horas del día durante todo el año, y garantiza profesionales de varias ramas del Derecho (consumo, vivienda, deudas, trabajo, conductor, fiscal y familia) que tendrán que responder en un tiempo máximo de 120 segundos”. Según cuentan fuentes cercanas al exlíder de Ciudadanos, la plataforma, en la que también colabora Villegas, “sigue adelante y va como un tiro”.

Un nuevo proyecto también “en el ámbito jurídico”

Los dos antiguos dirigentes de Ciudadanos no se han desanimado pese al fiasco que han protagonizado en Martínez-Echevarría y planean emprender ahora un nuevo proyecto, también “en el ámbito jurídico”, según ha podido confirmar esta redacción. Aunque aún no hay fecha para el nuevo lanzamiento “en pocos días se irán conociendo detalles”, adelantan. Pese al runrún que siempre acompaña a Rivera, las fuentes consultadas sostienen que “no tiene nada ver con la política”. “Será un proyecto del ámbito jurídico con gente con mucha experiencia en ese campo”, explican.

Pero a más corto plazo, Rivera se verá inmerso en su propio pleito, puesto que su azarosa relación con el bufete va camino de los tribunales. “Habrán de ser los tribunales de Justicia los que diluciden las pretensiones [en este caso fantasías] de sus representados”, avisan a través de un burofax sus antiguos socios de Martínez-Echevarría. El exlíder de Ciudadanos ha fichado para este proceso judicial a De Carlos Remón Abogados, un bufete de abogados especializado en pleitos de grandes directivos.