Moix se opuso a controlar las llamadas de Ignacio González los cuatro días previos a su detención
A las 9 de la mañana del 18 de abril tres hombres de mediana edad mantienen una reunión en hotel Palace de Madrid. Dos de ellos serían detenidos al día siguiente y hoy están en prisión. Son Ignacio González y su presunto testaferro en Latinoamérica, Edmundo Rodríguez Sobrino. El tercero es el presidente de La Razón, Mauricio Casals, quien estuvo imputado por coacciones a Cristina Cifuentes y cuya causa ha sido archivada provisionalmente. El encuentro fue grabado por la Guardia Civil, pero después de otro enfrentamiento entre los fiscales del caso y el jefe de Anticorrupción, Manuel Moix.
La última prórroga de las escuchas finalizaba el día 15 de ese mes. Los fiscales Carlos Yáñez y Carmen García pretendían una prórroga más amplia porque las detenciones estaban previstas para el 19, cuatro días más tarde. El fiscal jefe, según fuentes del caso, se negó porque consideraba que una medida tan excepcional como la interceptación de las comunicaciones, que afectan a un derecho fundamental, ya se estaba alargando demasiado. Sus subordinados le advirtieron de que era importante tener los teléfonos intervenidos el mismo día de la operación para facilitar la localización de los que iban a ser detenidos.
Moix accedió finalmente a pedir una última prórroga, pero de un mes y no del mes y medio al que aspiraban los fiscales del caso. El juez Eloy Velasco, a quien correspondía la decisión final, optó por que esa última prórroga de la intervención de comunicaciones llegara hasta el mismo día de las detenciones.
Eso posibilitó que los investigadores conocieran una última cita de Ignacio González con otros presuntos implicados. Los teléfonos, según las fuentes consultadas, habían sido utilizados en las últimas semanas para cuestiones familiares y rutinarias. Ya no se hablaba de nada relevante para el caso, lo que extrañó a los investigadores. Sin embargo, a partir de ese día 15, cuando hubiera terminado la prórroga que pretendía Moix, volvieron a tener actividad. En las horas posteriores, González quedó con Casals y Rodríguez Sobrino para la mañana del 18 de abril, para lo que tuvo que anular una cita médica que coincidía. La cita se produjo finalmente a menos de 24 horas de los arrestos.
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil tuvo verdaderas dificultades para registrar el encuentro. Casals, cliente habitual del Palace, no había reservado ningún espacio concreto. Sin embargo, los agentes pudieron colocar micrófonos en el lugar donde se produjo, no sin dificultades. Los expertos intentan 'limpiar' la grabación, de mala calidad, para entregar al juez su contenido. Anticorrupción da una alta relevancia a ese encuentro de urgencia.
Según el diario Abc, Casals fue preguntado en la declaración ante la Audiencia Nacional sobre el contenido de la conversación que mantuvieron. El presidente de La Razón aseguró al juez Velasco que hablaron de “cosas de hombres”.