La cronología de la negociación entre PSOE y Unidas Podemos que siempre estuvo a punto de romperse
Una semana después de las elecciones generales del 28A, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se reunieron por primera vez en Moncloa para explorar la posibilidad de colaborar y facilitar la investidura del primero. Fue el pasado 7 de mayo. De aquella reunión, Iglesias salió esperanzado con la posibilidad de llegar a un entendimiento. La premisa era “trabajar para el acuerdo” y hacerlo con “prudencia”, “discreción” y “tranquilidad”.
En los casi 80 días que han pasado desde entonces los dos partidos que buscaban el acuerdo han incumplido casi todas las guías que se habían marcado en el minuto uno. Ha habido reproches desde los medios de comunicación, enfrentamientos en el debate parlamentario, el veto a Pablo Iglesias por parte de Sánchez y filtraciones sobre las propuestas que se estaban estudiando durante el diálogo.
Sánchez e Iglesias hablan de cinco ocasiones en las que han cruzado sus propuestas, pero sus equipos no empezaron a trabajar hasta la tercera semana de julio.
En ambas formaciones daban por descontado que nada se podría avanzar hasta despejar la incógnita de las elecciones autonómicas y municipales del 26M. La espera ante esa nueva cita con las urnas demoró un mes la posibilidad de sentarse a negociar, pero tras los comicios el tiempo siguió corriendo sin que los equipos de ambas formaciones se sentaran a una mesa para tratar la posibilidad de un Gobierno de coalición participado por ambos.
Tras las elecciones, junio fue un mes de declaraciones públicas en las que el PSOE enfrió las expectativas de Unidas Podemos y empezó a hablar de 'Gobierno de cooperación'. El PSOE se alejaba de la fórmula de coalición y ofrecía a sus virtuales socios la posibilidad de incorporar personas a los segundos niveles de la administración. La semántica se llevó muchos días en los que los socialistas dieron pasos en casi todas las direcciones.
En la tercera semana de julio todo el proceso se aceleró y los estudios de radio y televisión cobraron un papel fundamental. El lunes 15 de julio Pedro Sánchez se presentó en la Cadena Ser desde donde dio por rotas las negociaciones con Podemos. El presidente en funciones argumentó que la consulta que la formación de Pablo Iglesias había lanzado a sus bases era una “mascarada para justificar su voto en contra de la investidura”.
Sánchez se quejó en esa entrevista de que Unidas Podemos no había preguntado a sus bases sobre la propuesta que el PSOE les había puesto sobre la mesa al plantear una pregunta que incluía la opción de apoyar un Gobierno de coalición “sin vetos”. En aquella entrevista se le preguntó al presidente en funciones si Iglesias le había exigido estar en el ejecutivo al frente de una vicepresidencia. Sánchez respondió que no, pero solo tres días después acabaría diciendo lo contrario.
Mientras tanto en Podemos seguían hablando de mano tendida y no aceptaban la declaración de ruptura desplegada por el presidente. Esa tercera semana de julio Pedro Sánchez aún tenía otra entrevista pendiente. Fue el jueves 18 de julio en el programa Al Rojo Vivo, de La Sexta.
Ante el periodista Antonio García Ferreras el presidente del Gobierno dijo que “el principal escollo” para un acuerdo era Pablo Iglesias y aseguró que el líder de Podemos no podía estar en el Gobierno. Esas declaraciones hicieron saltar por los aires las esperanzas sobre un posible acuerdo pero aún faltaban sorpresas.
Viernes 19 de julio
A primera hora de la tarde del pasado día 19 Pablo Iglesias publicó un vídeo de 50 segundos en el que anunciada su decisión de dar un paso atrás, descartándose como ministro. “Mi presencia en el Consejo de Ministros no va a ser el problema”, aseguró entonces el líder de Podemos. El anunció resucitó las esperanzas en el acuerdo y puso la pelota en el tejado del Partido Socialista. El gesto de generosidad del líder de Podemos había sido empujado internamente por sectores de los Comunes e Izquierda Unida, disconformes con la posibilidad de tener que ir a elecciones solo porque a Iglesias se le negaba una cartera de ministro.
Tras el vídeo de Iglesias renunciando empezó la negociación en detalle; con equipos de ambas formaciones y sin sus líderes en la discusión. A partir de entonces la vicepresidenta Carmen Calvo y Pablo Echenique tomaron las riendas del acuerdo. Tenían por delante un fin de semana y les empujaba la sensación general de que el acuerdo se hacía obligado. Para entonces el nombre en boca de todos era el de Irene Montero, a quien todos situaron inmediatamente en la vicepresidencia social que Unidas Podemos le exigía al PSOE.
Las pocas noticias que llegaron ese domingo eran optimistas. Nadie filtraba nada al margen de generalidades favorables al entendimiento. Con ese espíritu llegaron ambas formaciones a la primera jornada de la sesión de investidura.
Lunes 22 de julio
El pasado lunes, durante la primera sesión del pleno de investidura, el candidato Pedro Sánchez habló durante dos horas para desgranar su propuesta política ante el Congreso de los Diputados. El resumen que de aquella intervención hizo un diputado de Podemos en los pasillos volvía a alimentar las dudas sobre la marcha de unas negociaciones que se solapaban ya con el debate de investidura: “Solo dijo Podemos dos veces y una era del verbo poder”.
A Pablo Iglesias le llegó el turno para hablar esa misma tarde y el diálogo con Sánchez acabaría fabricando titulares que volvían a marcar las dificultades para entenderse entre ambas partes. Fue un intercambio duro que parecía trasladar la negociación al hemiciclo en sus términos más broncos: Iglesias desveló todo lo que el PSOE les había negado y exigió que el candidato socialista explicase al Parlamento qué ofrecía a Unidas Podemos a cambio de su voto. Sánchez rehuyó la petición y prefirió no usar su último turno de palabra.
Durante ese debate el candidato socialista se centró en pedir la abstención del PP y le dijo a Iglesias que si no llegaban a un acuerdo aún tenía para él otra oferta a la baja: un pacto de legislatura. En Podemos empezaban a pensar que el paso atrás de su líder no había servido para nada. A pesar del malestar, las dos partes mantuvieron en marcha los contactos, con Calvo y Echenique al frente.
Martes 23 de julio
Un día después, el martes, Sánchez fracasó en la primera votación de su investidura. Unidas Podemos llegó ese día al Parlamento decidida a votar en contra, pero acabó decantándose por la abstención. Los de Iglesias aún soplaban en las brasas del acuerdo y esperaban la llamada de la vicepresidenta para seguir hablando. Esa tarde Carmen Calvo llamó a Echenique y le citó para el día siguiente.
Miércoles 24 de julio
El miércoles Echenique y Calvo se volvían a reunir. El encuentro no fue bien y en Unidas Podemos se encargaron de transmitir que no estaban contentos con la oferta que el PSOE les puso sobre la mesa, asegurando que no ofrece novedades. Ese día Pedro Sánchez volvió a entrar en escena y llamó a Pablo Iglesias con el mensaje de que no van a ofrecer nada más. Era la última oferta.
Esa misma tarde la presentadora Paz Padilla anunciaba en directo que Pedro Sánchez sería entrevistado esas misma noche en el informativo que dirige Pedro Piqueras. Telecinco anunció su entrevista, pero solo unos minutos después de hacerlo tienen que rectificar y anunciar que el encuentro se pospondrá un día.
A solo unas horas de la votación definitiva, prevista para este jueves, el entendimiento saltaba por los aires. El PSOE decidía filtrar los textos con las peticiones de Podemos y las ofertas realizadas como respuesta. Casi 80 días después de aquel primer encuentro para buscar un Gobierno participado por los dos partidos nada quedaba de la “prudencia”, “discreción” y “tranquilidad” con la que las dos partes se conjuraron a trabajar para evitar la repetición electoral.
A PSOE y Unidas Podemos solo les queda la posibilidad de negociar en las horas previas a la votación, prevista para las 14.30 horas. Sin embargo, la desconfianza se ha convertido en la moneda de cambio entre ambas formaciones que asisten a la investidura a punto de activar el reloj de la convocatoria electoral.
Jueves 25 de julio
En las horas previas a la investidura, Unidas Podemos envió al PSOE dos folios con una nueva oferta: una vicepresidencia social, Sanidad, Trabajo y Ciencia. La propuesta le llegó a Pedro Sánchez reunido con su ejecutiva y el PSOE no tardó en responder con una negativa.
Mientras se esbozaban esos intentos de última hora el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, compareció ante los medios de comunicación para anunciar la abstención de su formación, a la que se une EH Bildu. El anuncio realizado por Rufián visualiza la posibilidad de éxito para la investidura de Sánchez siempre y cuando Unidas Podemos ofrezca sus votos para impulsarla.