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Los nombramientos en el Congreso abren nuevas grietas entre Sumar y Podemos

La líder de Sumar, Yolanda Díaz, y la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, durante un paseo en la campaña electoral.

Alberto Ortiz

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La coalición de partidos que lidera Yolanda Díaz empieza a andar con las mismas dificultades con las que se articuló hace apenas dos meses. Las decisiones de Sumar para organizar el nuevo grupo parlamentario han generado las primeras tensiones con Podemos, que junto con Izquierda Unida se ha quedado por primera vez sin voz propia en el Congreso. El equipo de la vicepresidenta segunda ha optado por entregar las portavocías adjuntas del grupo a fuerzas de ámbito autonómico como los comuns, Compromís o la Chunta Aragonesista, que cuenta con un único diputado. 

Sumar anunció este lunes que había registrado ya las tres portavocías adjuntas del grupo. Marta Lois, diputada de máxima confianza de Yolanda Díaz, es desde hace varias semanas la portavoz principal. Junto a ella, la representante de los comuns Aina Vidal será la portavoz adjunta primera; la segunda será Águeda Micó, de Compromís; y el tercero, Jorge Pueyo, el diputado de Chunta Aragonesista. Este último rotará en el puesto con Viçenc Vidal, de Més.

El secretario general del grupo, Txema Guijarro, también será portavoz sustituto. Guijarro, persona de máxima confianza de Díaz, ya ejerció el cargo de secretario general en la pasada legislatura, con Unidas Podemos, cuando formaba parte de la dirección del partido de Belarra. Guijarro se fue aproximando a Yolanda Díaz desde que la ministra asumió el liderazgo del espacio, lo que le generó choques con su partido. El 23J fue en las listas por Alicante pero ya como cuota de Sumar y no de Podemos. Este verano denunció que la dirección lo había expulsado del Consejo Ciudadano Estatal, el máximo órgano de dirección entre asambleas.

Las conversaciones para el reparto de estas portavocías llevaban algunas semanas ya en marcha, dentro de una negociación más amplia sobre un reglamento que ordene el funcionamiento del grupo parlamentario. El grueso de lo que se debate en estas reuniones, que coordina Guijarro, pasa por la autonomía política que cada formación tendrá dentro de la coalición. Para ello las portavocías adjuntas son un elemento importante puesto que otorgan a quienes las ostentan la posibilidad de disponer de minutos en la tribuna y también de registrar proposiciones no de ley sin la necesidad de la firma del portavoz principal del grupo. 

La mayoría de fuerzas que se integran en Sumar habían mostrado en las semanas anteriores su voluntad de ejercer esa autonomía política. Lo hizo Podemos, pero también Compromís, poco después de las elecciones del 23J. El lunes, la formación de Ione Belarra, en boca de sus portavoces Isa Serra y Javier Sánchez Serna, pidió a Díaz que “rectificase” y les concediese una de las tres portavocías adjuntas. “Planteamos que Podemos tenga el espacio que le corresponde y que se respete a esta fuerza política”, dijo. 

Belarra habla de “un error de recién llegada” de Marta Lois

En ese momento, el lunes a primera hora de la mañana, todavía no se había efectuado el registro en el Congreso de las portavocías, que la dirección de Sumar anunció un poco más tarde de que los dirigentes de Podemos hicieran su petición. Este martes, la secretaria general del partido y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, fue más allá en una entrevista en RNE en la que volvió a pedir a Díaz que rectifique y atribuyó la decisión sobre las portavocías a un “error de recién llegada”, en referencia a Lois. 

“Espero que se corrija. Creo que Yolanda Díaz ha elegido como portavoz a una persona que no tiene experiencia parlamentaria [Marta Lois] y quiero atribuir a un error o falta de conocimiento de cómo funciona el sistema parlamentario el hecho de haber silenciado a las fuerzas políticas estatales. Por esa regla de tres Yolanda Díaz nunca habría sido portavoz de Galicia en Común cuando estaba en Unidas Podemos”, dijo Belarra.

Preguntada precisamente por esas palabras, la propia Lois en TVE dijo que las lamentaba porque su “compromiso” desde el inicio de la legislatura es el del “trabajo en equipo” y de forma “cohesionada”. Lois atribuyó la decisión de la designación de portavocías a la “importancia del carácter plurinacional” del grupo y aseguró que la portavocía principal “se hace cargo de la pluralidad”. 

Aunque ha sido Podemos quien ha criticado directamente y en público la decisión de dejar sin portavocías a las formaciones estatales del grupo, Izquierda Unida también ha mostrado su inconformidad aunque de una manera mucho más velada. La portavoz de IU, Sira Rego, restó este lunes importancia a los anuncios de Sumar, que dijo que podrían ser “perfectamente transitorios”, y apostó por continuar las negociaciones que están en marcha. La idea que maneja la federación, que cuenta igual que Podemos con cinco diputados en el Congreso, es la de un modelo de “rotación proporcional” de esas portavocías para que todos los partidos “se sientan cómodos”. 

“Estamos con la elaboración del reglamento del grupo que va a permitir que trabajemos en este sentido. Creemos que siempre hay márgenes para ceñir, para seguir trabajando en las propuestas”, dijo en rueda de prensa, para sostener que, si bien dan importancia a la cuestión plurinacional, creen que no se puede dejar de lado la “diversidad territorial” ni el “eje social”, que, se entiende, cree que representa su formación política. 

Más allá de las tensiones a raíz de una decisión como esta, en esas formaciones no entienden los motivos de relegar a los dos únicos partidos (además de Movimiento Sumar, la fuerza instrumental creada por Díaz) de ámbito estatal ya que además cuentan junto con los comuns con mayor número de diputados. El resto de portavocías recaerán en Compromís, con dos diputados, y la CHA en alternancia con Més, con un diputado cada uno.

Lo que queda por negociar

En cualquier caso, varias fuentes de la coalición señalan que las negociaciones para el reglamento siguen todavía en marcha y algunas advierten de que todavía están muy verdes. En esas conversaciones quedan bastantes cosas por negociar. Además de una dirección de grupo, todavía por definir, o de terminar de perfilar el reparto de recursos, en ese reglamento quedará regulada la capacidad de independencia parlamentaria que tenga cada partido. Una vez conformado el Gobierno, Sumar podrá repartirse también varias presidencias de comisiones, que suponen también más recursos económicos y humanos para cada fuerza. 

De hecho, formaciones como Compromís habían planteado que todas estas negociaciones se diesen en bloque y no por partes, y que en ese pack estuviese también el reparto de la cuota de Sumar en el futuro Gobierno. En la coalición valenciana entienden que hay formaciones como la suya con menos aspiraciones para conseguir ministerios (aunque verían con buenos ojos puestos de menor rango relacionados con la cuestión territorial como una dirección general del corredor mediterráneo o una secretaría de Estado de financiación autonómica) y que por eso centran sus preferencias en el Congreso. 

Esa discusión, la del futuro reparto del Gobierno (que además depende de una compleja negociación con Junts para que la investidura pueda salir adelante), terminará de definir el peso de cada formación en la nueva coalición a la izquierda del PSOE. Y sobre todo el papel que tendrá Podemos, que por primera vez en nueve años deja de ser la fuerza hegemónica de ese espectro político.

Esa es la batalla que discurre de fondo entre Podemos y Yolanda Díaz, larvada desde hace ya dos años y que vivió su punto más crítico en las negociaciones para la conformación de la coalición electoral para el 23J. Esas conversaciones se tensaron hasta tal punto que la secretaria general del partido denunció un “veto” en las listas a su ‘número dos’, Irene Montero. A pesar de eso firmaron un acuerdo en el plazo límite que fijaba la ley electoral, que les garantizó un 23% de los recursos de la futura coalición y ocho puestos de salida que han terminado representando cinco escaños. 

De momento, y a la espera de cómo se desarrollen las nuevas negociaciones, en Podemos tendrán que buscar la forma de dar voz a su cuota en el Congreso sin portavocías propias. Aunque todavía mantienen dos ministerios, la interinidad del Gobierno en funciones les impide tomar iniciativa política desde esas carteras. No en vano, los de Ione Belarra ya han puesto sobre la mesa que van a reclamar un ministerio en esas negociaciones. “Es importante decir que, sea con portavocía o sin ella, tendremos voz”, aseguró la portavoz del partido Isa Serra este lunes.

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