La nueva ministra de Política Territorial mantendrá la “dirección” de diálogo con Catalunya emprendida por Sánchez
Una manchega para pilotar la relación con Catalunya. Esa fue una lectura de la amplia remodelación del Gobierno que Pedro Sánchez acometió el sábado. Isabel Rodríguez aterriza en Madrid como portavoz del Gobierno y también como ministra de Política Territorial. Su competencia será la relación con las comunidades autónomas y, por tanto, activar las relaciones con la Generalitat que ya puso en marcha el presidente tras su llegada a Moncloa y que se ha reforzado en las últimas semanas con la concesión de los indultos a los líderes independentistas. Su proximidad al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que es el barón del PSOE más crítico con la actitud del Gobierno hacia el independentismo, hacía su nombramiento aún más llamativo. Pero Rodríguez ha dejado claro que mantendrá la misma hoja de ruta.
“En esa encomienda para trabajar la política territorial no ha habido un cambio de dirección. Se trata de recuperar una senda de diálogo con un objetivo claro: mejorar la convivencia de la sociedad catalana”, ha expresado en la rueda de prensa posterior a su primera reunión del Consejo de Ministros en la que se ha estrenado como portavoz. “Se han abierto canales, herramientas y hay que saber aprovecharlas”, ha dicho en referencia a la mesa de diálogo que Sánchez y el presidente del Govern, Pere Aragonès, se han comprometido a reactivar la tercera semana de septiembre.
Por ahora Rodríguez solo tiene en su agenda el homenaje a las víctimas de la COVID-19 a la que asistirá todo el Gobierno este jueves en el Palacio Real y la conferencia de presidentes del próximo 30 de julio en Salamanca. Así, ha reconocido que no sabe si hay ya fecha para la reunión de la comisión bilateral entre el Estado y Catalunya que también Sánchez y Aragonès acordaron reunir este mismo mes. Todavía tiene que aterrizar en el Ministerio de Política Territorial porque ha reconocido que su prioridad en estos días ha sido preparar la comparecencia ante los periodistas.
Tampoco ha querido pronunciarse sobre si comparte la hoja de ruta de Iceta de que se vote en Catalunya un acuerdo sobre el autogobierno y la financiación. “No actuaré en ningún caso, como portavoz de este Gobierno, interpretando las palabras de otros ministros. Permítanme que no entre a valorar las opiniones de los ministros”, ha dicho Rodríguez en una declaración de intenciones teniendo en cuenta los precedentes de malentendidos en el seno de la coalición. Ella, ha dicho, se limitará a “dar cuenta de los asuntos acordados y a marcar posición política”.
Lo que sí ha querido dejar claro es que es necesario “hablar de Catalunya en otros términos”, como, por ejemplo, por su liderazgo industrial en asuntos como el sector automovilístico, según ha dicho coincidiendo con la aprobación del PERTE de la automoción.
“Esto quizás tampoco se habla mucho en la M-30 para dentro [ha expresado en una referencia a la aversión que puede haber en la capital hacia Catalunya], pero los lazos afectivos de los manchegos con los catalanes son muchos”. “Lamentablemente, en otros periodos muchos manchegos tuvieron que marchar a un entorno como Catalunya más industrializado”, ha dicho antes de asegurar que hay “muchos lazos afectivos” e insistir en su admiración al “desarrollo industrial” de la región.
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