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Núñez Feijóo afronta la fuga a Ciudadanos de uno de los fichajes estrella de su primer Gobierno

El presidente gallego, Alberto Nuñez Feijóo, junto con Javier Guerra

Gonzalo Cortizo / David Reinero

La primera gran fuga de un cargo del PP a Ciudadanos está a punto de consumarse en Galicia, el territorio del que muchos consideran como el delfín natural para Rajoy. Alberto Núñez Feijóo está a punto de perder a Javier Guerra, su fichaje estrella para la cartera de Economía en su primer gobierno como presidente de la Xunta. Con la marcha de Guerra a Ciudadanos, adelantada por La Voz de Galicia, se van también decenas de cargos del PP en Vigo, los adscritos al sector crítico del PP, en la ciudad más poblada de Galicia.

El movimiento del exconselleiro de Economía deja a Feijóo sin una de sus principales credenciales en la carrera sucesoria. El presidente gallego alardea de haber conseguido frenar a Ciudadanos para que no penetre en el espacio político que él controla. Ahora, sin embargo, una de las personas que tuvieron su máxima confianza es la primera en dar el salto a la formación que dirige Albert Rivera. 

Es el primer caso de un exconsejero del PP que se pasa a Ciudadanos. Como antecedente, Rivera consiguió en Andalucía pescar a unos cuantos alcaldes del PP para incorporarlos a sus filas, pero nunca había llegado a quedarse con un fichaje estrella de un presidente autonómico. 

Javier Guerra (Vigo, 1964) no es un advenedizo que llegase ayer al PP para ahora irse al sol que más calienta. Fue consejero de Economía en el primer gobierno de Feijóo, entre 2009 y 2012. En aquel momento el suyo no fue sólo el fichaje de un empresario de éxito, aunque entonces lo fuese al frente de la marca de ropa El Niño, de la que luego se separaría poco antes de entrase en quiebra.

Guerra empezó su carrera política en Nuevas Generaciones y tras las elecciones municipales de 2003, al tiempo que prosperaba en su faceta como empresario, se hizo cargo de las áreas económicas del entonces gobierno local del PP en Vigo. En 2008 fue elegido diputado en el Congreso y un año más tarde Feijóo lo hizo consejero autonómico. 

Cuando en 2012 Feijóo lo apartó de su gobierno, según varias fuentes populares descontento con su capacidad de trabajo, siguió manteniéndolo como diputado autonómico. La relación entre ambos se había deteriorado aceleradamente. Guerra, tras ser la primera opción de Feijóo, no logró que el presidente gallego confiase en él para recuperar la alcaldía de Vigo. En 2015 eligió a otra de sus consejeras, Elena Muñoz, que tambió fracasó; el PSOE dobló sobradamente, con 17 concejales, los 7 ediles que obtuvo el PP en aquellas elecciones.

Tras esos resultados, Guerra volvió a la batalla e intentó disputar a la protegida de Feijóo el control del partido a nivel local. En el Congreso local, obtuvo 320 votos frente a los 420 de su contrincante, que contaba con el apoyo de la dirección autonómica. Esos varios centenares de apoyos que no le bastaron para hacerse con el partido son los que ahora amenaza con llevarse a Ciudadanos, lo que podría convertir al PP de Vigo en una formación irrelevante. 

El objetivo de Guerra y su salto naranja no es la alcaldía de Vigo, inalcanzable con el centro-derecha local dividido y con la fortaleza que demuestra al frente de la alcaldía el socialista Abel Caballero. El exconselleiro de Feijóo pretende condicionar la política gallega desde la principal ciudad en población, la que Feijóo considera su casa, y con ello socavar la imagen del aspirante a suceder a Rajoy como objetivo principal para su éxito en Ciudadanos. 

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