La dirección del Grupo Popular en el Congreso anda estos días visiblemente nerviosa ante las voces críticas que se están escuchando dentro del propio PP sobre el anteproyecto de ley del aborto que ha anunciado Gallardón. De puertas afuera, sin embargo, quieren aparentar tranquilidad y hacer creer que lo tienen todo “controlado” y que no hay “fisuras” entre los diputados y diputadas pese a reconocer que es un tema “sensible”. Pero para que no haya dudas han adelantado que no darán libertad de voto a sus parlamentarios cuando el texto tenga que ser sometido a votación en el Congreso.
El encargado de dejarlo claro ha sido el secretario general del Grupo Popular, José Antonio Bermúdez de Castro, que en su primera comparecencia en el Congreso tras las vacaciones navideñas ha afirmado que “los diputados del PP siempre actúan con libertad de voto pero en coherencia con lo que se han comprometido en el programa electoral y los compromisos adquiridos en el debate de investidura”. “Ellos saben lo que tienen qué hacer”, ha advertido tajante.
Por ahora, al margen de las voces críticas que se han escuchado desde fuera del ámbito parlamentario, la única postura díscola dentro del Grupo Popular es la ya conocida de Celia Villalobos, que está manifiestamente en contra de la reforma. Pero la dirección que dirige Alfonso Alonso no las tiene todas consigo y teme que pueda haber alguna más. Saben que el PSOE y la Izquierda Plural están agitando las aguas para que las diputadas del PP tomen conciencia de lo “retrograda” que es lo que la oposición ya ha bautizado como la “contrarreforma” de la ley del aborto. En este sentido, la diputada de IU, Ascensión de las Heras, ha adelantado a eldiario.es que van a solicitar una reunión con todos los portavoces de la Comisión de Igualdad del Congreso para pedirles que que no apoyen el proyecto.
En su comparecencia ante la prensa Bermúdez de Castro también ha intentado despejar “dudas” sobre la posibilidad de que pueda haber alguna sorpresa cuando se vote en el pleno la proposición no de ley anunciada por el PSOE, como ocurrió ante una iniciativa similar sobre la guerra de Irak promovida por los socialistas durante el mandato de Aznar. “En el grupo no va a haber fisuras aunque este asunto suscita muchas sensibilidades”, ha replicado el número dos de Alonso. Según cree, todos los parlamentarios del PP asumen y comparten “la filosofía y los principios” del texto de la ley. “El aborto no es un derecho, es un drama”, ha insistido el dirigente popular.
El PSOE quiere forzar al gobierno a permitir una votación secreta para que se aclare cuántos diputados del PP no están de acuerdo con la ley del aborto presentada por Gallardón. Los socialistas acaban de presentar una proposición no de ley en la que instan a la realización de una votación secreta para tumbar los planes del Gobierno con respecto al aborto. Esa figura parlamentaria es la única que permite plantear un voto que garantice la privacidad de quienes lo emitan; el tablero de votaciones reflejaría el resultado final pero no identificaría de qué escaño procede cada voto. Los socialistas suponen que la lista de diputados populares descontentos con los planes de Gallardón es elevada y retan al grupo popular a que permita que sus diputados se expresen en absoluta libertad. Un petición similar es la que ha realizado este jueves el diputado de IU Gaspar Llamazares.
Tras la propuesta socialista se encuentran las múltiples voces críticas que han ido surgiendo en las filas del PP. El presidente extremeño, José Antonio Monago ha sido el más contundente al afirmar en su discurso de navidad que “nadie puede obligar a una mujer a ser madre”. Fuentes del entorno de Monago, consultadas por eldiario.es no descartan que el siguiente paso del presidente extremeño sea precisamente el de solicitar a su partido que de libertad de voto a sus diputados ante la polémica cuestión del aborto.
Monago no ha sido el único de los de Rajoy en decir no a la ley de Gallardón. A sus críticas se ha sumado el presidente gallego,Alberto Nuñez Feijçóo; la delegada del gobierno en Madrid, Cristina cifuentes y el secretario general de nuevas generaciones, Javier Dorado (a quien su partido ha calificado este jueves como “simple militante” para desacreditar su postura).
Si Monago marcase de coherencia sus críticas a la ley Gallardón es lógico pensar que los diez diputados del PP extremeño en el Congreso podrían no apoyar esa reforma pero el PP ya ha advertido que sus diputados tienen que votar en consecuencia con el programa electoral. Dicho de otro modo, no habrá libertad de voto para los diputados populares diga lo que diga la oposición.