Pedro Sánchez empezará a contactar con los líderes del resto de formaciones políticas para intentar buscar una “solución” que evite terceras elecciones a partir de este martes, según han informado fuentes socialistas.
El orden que pretende llevar a cabo el secretario general del PSOE es de mayor a menor representación parlamentaria por lo que su primer interlocutor será Mariano Rajoy. Sánchez ha reiterado que no pretende apoyar al presidente en funciones y ha explicado que pretende contacta con él para conocer “cuáles son sus planes”.
El siguiente contacto será con Pablo Iglesias, que ha mostrado sorpresa con la inclusión del PP en los contactos para buscar una “solución”. “No entiendo nada”, ha dicho el líder de Podemos, que lleva semanas apelando a su homólogo socialista para explorar un gobierno alternativo de izquierdas que reciba el apoyo de los nacionalistas.
Sánchez llamará a Iglesias como líder de Unidos Podemos y dejará que sea la coalición quien decida si tiene que contactar con interlocutores de En Comú, En Marea, Compromís e IU para no “interferir en las dinámicas internas de los demás grupos”, según fuentes socialistas. Joan Baldoví, portavoz de la coalición valenciana, es uno de los firmantes del manifiesto que reclama un gobierno apoyado por PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos. Por su parte, Alberto Garzón se ha mostrado abierto a la negociación con Rivera.
En cuanto la llamada a Albert Rivera, será la tercera que realice Sánchez. Ambos mantuvieron una buena relación durante las negociaciones para formar gobierno tras el 20D, aunque se enfrió tras las elecciones de junio. El presidente de Ciudadanos presiona al socialista para que permita con su abstención un Gobierno de Rajoy una vez que dio por perdida la posibilidad de una gran coalición a tres bandas con PP, PSOE y su formación.
Sánchez ha incluido en sus “contactos exploratorios” también a las fuerzas nacionalistas -además de al PP, pese a que su objetivo es arrebatare el poder-. Según ha defendido en una rueda de prensa este lunes, su pretensión es escuchar al resto de formaciones para conocer sus propuestas para desbloquear la situación política.
Su defensa ante esos partidos será “el cambio”, según se ha limitado a afirmar esta mañana. Además, ha asegurado que la resolución del Comité Federal que le impide incluso el diálogo con vistas a una investidura con las fuerzas que defienden el derecho a la autodeterminación sigue vigente. No obstante, ha recalcado que estos contactos no serán negociaciones sino un mero diálogo para intercambiar opiniones sobre la posible salida al bloqueo. Además, ha recalcado que si los contactos arrojan “novedades” en el proceso de investidura, convocará una nueva reunión del órgano interno para tomar una decisión colegiada.
Si esos contactos permitieran al líder socialista concluir que tiene margen para la negociación y para sacar adelante la investidura, estaría dispuesto; pero ha asegurado que la oferta que anuncio desde la tribuna del Congreso el pasado viernes no significa que ahora se esté “postulando”. Sánchez ha reiterado que no defenderá un proyecto ni una candidatura que no cuente con los apoyos suficientes para salir adelante.
Dado los límites que le impusieron los barones a Sánchez, el posible entendimiento sería posible con Ciudadanos, Unidos Podemos, PNV y Coalición Canaria. Los dos primeros han reiterado este lunes que ven “inviable” un acercamiento de sus posiciones, aunque el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, ha destacado que los 32 diputados de Rivera pueden abstenerse para permitir un gobierno “progresista” y ha emplazado a Sánchez a trabajar en esa dirección dado que no ve factible que una mesa a tres fructifique.
Los nacionalistas vascos han mostrado cierto malestar con Sánchez por sus continuas alusiones a ellos como los “aliados potenciales” del PP por estar ubicados en la derecha paramentaria. “Lo que nos vamos a reír si nos llama Sánchez para gobernar”, ironizó el portavoz parlamentario, Aitor Esteban, durante el discurso de investidura. En cuanto a Coalición Canaria, será la última formación con la que contacte Sánchez. Su diputada, Ana Oramas, secundó los pactos de investidura alcanzados tanto por el líder del PSOE con Ciudadanos hace seis meses como el que firmó recientemente el presidente en funciones con Rivera.