Pedro Sánchez, dispuesto a un “gobierno de cambio” con Podemos
Pedro Sánchez y Mariano Rajoy se han reunido este miércoles en Moncloa por primera vez tras el 20D. Ha sido la primera aparición pública del líder del PSOE tras la comparecencia sin preguntas del pasado domingo en la sede de Ferraz. Hoy ha contestado solo a cuatro periodistas. Frente al sentir generalizado de los poderes territoriales del partido, que sitúan al PSOE en la oposición, Sánchez se ha mostrado abierto a buscar cualquier opción de pacto con tal de evitar la repetición de las elecciones, un escenario que se da por hecho en buena parte del PSOE.
“Vamos a explorar todas las opciones de cambio para que haya un Gobierno que dé estabilidad a este país”, ha afirmado Sánchez, que ha dejado en manos de Rajoy los primeros intentos para que alcance una mayoría parlamentaria que le permita ser investido. El PSOE dirá 'no' en las dos votaciones y Sánchez ha descartado también que cambie de postura si el PP presenta a un candidato alternativo: “El PSOE no va a apoyar la continuidad de Rajoy ni del PP al frente del Gobierno -ha señalado-. Las opciones de acuerdo son nulas”.
Aunque no lo ha dicho explícitamente, Sánchez no ha cerrado la puerta a ser él quien intente liderar un Gobierno en una segunda fase. “Respetemos los plazos y los procedimientos de la democracia. Es el tiempo de la primera fuerza política”, ha explicado.
“No queremos que haya nuevas elecciones”, ha continuado Sánchez. Ese es el escenario que dan por hecho algunos dirigentes socialistas al entender que el rechazo al PP y la negativa a pactar con Podemos tras haber marcado la línea roja del derecho a decidir en Cataluña hace inviable esta sesión de investidura puesto que nadie lograría más síes que noes en la segunda votación. Sin embargo Sánchez ha insistido en que “la repetición de las elecciones es la última de las opciones”.
Sánchez ha reiterado que es necesario que haya “un cambio progresista y que haya diálogo”. Así, ha dejado claro que él explorará todas las opciones posibles de cambio para conformar un Gobierno que dé estabilidad y ha respondido a la condición impuesta por Pablo Iglesias: el derecho a la autodeterminación en Cataluña. “La nueva etapa política no puede estar presidida por las líneas rojas que hemos escuchado de algunas formaciones políticas -ha expresado-. Frente a quienes trazan líneas rojas, vamos a tender puentes de diálogo”.
Después de que Iglesias haya afeado a Sánchez que no intente alcanzar una mayoría de izquierdas y que Podemos haya planteado que presida un independiente, el candidato del PSOE ha respondido que “no hay atajos” y que ahora es el turno de Rajoy. Si no consigue una mayoría, le tocará a él.
El secretario general del PSOE ha asegurado que mantendrá conversaciones con el resto de fuerzas, entre ellas Ciudadanos. Sánchez ha respondido a la oferta de Albert Rivera de hacer un pacto a tres que incluya al PP para garantizar la unidad de España.
“Agradezco la oferta pero creo que no es tiempo de frentes, es tiempo de diálogo. Es tiempo de que entendamos que no tenemos que dialogar unos frente a otros sino entre todos”, ha dicho Sánchez, que pone por delante una serie de propuestas sobre las que se debe centrar la negociación: una recuperación económica justa, un gran pacto educativo por la ciencia y la cultura, la reconstrucción del pacto de Toledo, un pacto contra la violencia de género y la reforma constitucional. Sánchez sostiene que es a través de la modificación de la Carta Magna como se puede permitir que todos los españoles, incluido los catalanes, voten el modelo territorial. No obstante, a priori esto no es suficiente respecto a las imposiciones que ha dejado caer Podemos.
Choque entre Ferraz y los barones
La intención de Sánchez de buscar una alternativa de Gobierno en caso de que Rajoy no consiga ser investido choca con la prohibición expresa que ha llegado desde los poderes territoriales del PSOE, incluida Susana Díaz. Varios barones se han opuesto a cualquier pacto que incluya condiciones sobre el independentismo. Además, han asegurado que el mandato de los ciudadanos en las urnas ha sido dejar al partido en la oposición. Hay dirigentes que ven también complicado gobernar gracias a Podemos y Ciudadanos siendo la segunda fuerza. En Ferraz no descartan nada.
“Comparto las declaraciones de Susana Díaz, pero ella tiene cultura de partido y sabe que es esta dirección federal y mi persona, como secretario general, quien marca y propone las líneas políticas a nivel federal -ha respondido Sánchez a Díaz-. Esa cultura de partido y esa responsabilidad, como dirección federal y secretario general, las voy a cumplir”.
No obstante, corresponde al Comité Federal, el máximo órgano entre congresos del PSOE, establecer la política de alianzas. De hecho, destacados dirigentes -entre ellos presidentes autonómicos- quieren salir de la reunión de ese órgano interno el próximo lunes con una decisión firme y clara de que el PSOE no pactará ni con Podemos ni con los independentistas para gobernar.
Escudándose en que no baraja el escenario de la repetición de los comicios, Sánchez ha evitado decir si puede garantizar al 100% que él sería el candidato del PSOE. “¿Cuántas horas llevamos desde que han sido las elecciones?”, se ha preguntado Sánchez: “Lo importante es que quede claro que los socialistas vamos a trabajar por que haya cambio de Gobierno progresista y que haya diálogo. La repetición de elecciones debe ser la última de las opciones. Hay que pensar en el interés general y no en intereses partidistas”, ha sido la contestación del líder del PSOE.
En los sectores más críticos del partido consideran que Sánchez pretende blindarse como candidato ante la posibilidad de que se celebren las elecciones de nuevo. Por eso ha generado malestar su intención de aplazar el congreso en el que se revalidará su liderazgo o se elegirá uno nuevo. De hecho, fuentes consultadas por eldiario.es apuntan que habrá dirigentes que intentarán forzar en el Comité Federal que el congreso se celebre “cuando toca”: cuatro años después del anterior, que fue en febrero de 2016.
El reparto institucional
Sánchez ha desvelado pocos detalles de su reunión con el presidente en funciones en Moncloa más allá de transmitirle que no le apoyará para continuar al frente del Gobierno. El líder del PSOE considera que las urnas han abierto un nuevo tiempo de mayor “pluralidad” en las instituciones y ha expresado que negociará los asientos en la Mesa del Congreso con el resto de formaciones.
Lo que ha dejado claro es que intentará que el presidente del Congreso sea socialista, aunque no ha desvelado si tiene algún nombre en mente. “Sería razonable que quien presidiera el Congreso no fuera la primera fuerza -ha señalado. Nos vamos a ofrecer para encabezar las conversaciones”.