PNV y PDeCAT, dos de los socios que lo acompañaron en la moción de censura contra Mariano Rajoy, discuten la intención de Pedro Sánchez de “gobernar hasta el último minuto” y critican la voluntad del Gobierno de sacar adelante los decretos sobre alquiler e igualdad laboral con las cámaras ya disueltas. El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban se ha mostrado especialmente crítico con los planes del Gobierno y se pregunta si el Ejecutivo del PSOE “pretende hacer propaganda” con las medidas anunciadas en periodo preelectoral. El voto de ambas formaciones está en el aire.
Esteban considera que Sánchez quiere “forzar la máquina” con el impulso legislativo emprendido con las Cortes ya disueltas. El líder de la formación vasca ha asegurado en una entrevista en Radio Nacional que las medidas planteadas “podían haberse hecho antes y deberían haberse hecho antes”.
“Ni nos han llamado”, señalan fuentes del grupo parlamentario del PNV en relación a los planes del Ejecutivo de llevar al Congreso reformas sobre el mercado del alquiler e igualdad laboral. Las mismas fuentes aseguran que el PSOE no puede dar por seguro el apoyo de la formación vasca. Sin esos apoyos, los decretos anunciados por el Gobierno no podrían ser convalidados y dejarían de estar en vigor a finales de mes.
Otro de los apoyos imprescindibles para sacar adelante esas medidas -en la Diputación Permanente, el órgano de guardia del Congreso cuando Las Cortes están disueltos, la mayoría del bloque de la moción tiene un solo diputado, es el PDeCAT.
Carles Campuzano, portavoz de este partido en el Congreso, cree que el Gobierno ha apostado por “una operación de un riesgo político evidente”. Para el PDeCAT las propuestas del gabinete de Sánchez no se entienden sin una tramitación como Proyecto de Ley, en el que todos puedan realizar enmiendas y negociar los detalles de los cambios normativos que se proponen. Según fuentes de la formación catalana, nadie del Gobierno se ha puesto en contacto con ellos para buscar su apoyo, ni la aportación de ideas que varíen el texto original con el que se pretende llegar al debate.
A la espera de ambos partidos tomen una decisión, los planes del PP y Ciudadanos pasan por bloquear los decretos, forzando una tramitación prolongada en la que se establezca un debate y se evite el automatismo en la aprobación de las propuestas planteadas. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha empezado a trabajar en esta vía, solicitando un informe de los letrados del Congreso sobre la posibilidad de alargar la tramitación de los decretos de Sánchez en un momento parlamentario en el que todas las comisiones están disueltas y el Congreso trabaja a medio gas.
La deriva de las dos formaciones nacionalistas evidencia que los apoyos con los que Pedro Sánchez contó para la moción de censura ya no operan. El PSOE cuenta con sus 85 diputados y, por el momento, con el respaldo de Unidos Podemos, única formación que ha participado en la negociación de las medidas que se han planteado en forma de decretos.
En una entrevista con eldiario.es publicada el pasado domingo, el presidente del Euzkadi Buru Batzar (ejecutiva del PNV), Andoni Ortuzar, manifestaba sus discrepancias con la decisión de Sánchez de convocar elecciones y afirmaba que la disolución de las Cortes se acordó por “un cálculo político favorable” a los intereses del PSOE. En esa conversación, Ortuzar se mostraba convencido de que el líder del PSOE repetirá en el Gobierno con el apoyo de los nacionalistas pero se mostraba crítico con el camino emprendido para fabricar “un nuevo liderazgo”.
Caso distinto es el de Esquerra Republicana de Catalunya. El diputado Gabriel Rufián asegura en conversación con eldiario.es: “Si se plantea una buena iniciativa votaremos a favor. Entendemos que son reales decretos electoralistas, pero los colectivos afectados nos pidieron nuestro apoyo y lo daremos”.
Sea como fuere, 'el bloque de la moción de censura' ya no actúa como tal desde que se tumbaron los Presupuestos el pasado 13 de febrero y el Gobierno se expone ahora a enfrentar dos nuevas derrotas en el epílogo del periodo de sesiones y a las puertas de la campaña electoral.
En Ferraz se muestran convencidos de las ventajas de llevar sus planes hacia delante con la convicción de que si no consiguen aprobarlos en el Congreso podrán defender esas políticas como argumento en los mítines de campaña. “Quien no apruebe el decreto de alquiler o las nuevas medidas de igualdad tendrá que explicárselo a sus electores”, asegura una fuente de la dirección socialista.