Pedro Sánchez pisa el acelerador para intentar llegar a La Moncloa
En el sector más fiel a Pedro Sánchez reina una cierta euforia sobre las posibilidades que tiene de llegar a Moncloa. En el PSOE dan por hecho que el candidato socialista tiene más opciones de gobernar que Mariano Rajoy, aunque nadie quiere darlo por seguro ni descartar que se vayan a repetir las elecciones. Mientras el candidato del PP apenas ha movido ficha desde el 20D, los socialistas ya trabajan, pese a insistir en que aún no es su momento, en las posibles alianzas y Sánchez ha recuperado su agenda tras el parón que le mantuvo en el despacho tras el 20D y las vacaciones de Navidad.
Sánchez ha acelerado una agenda que bien podría ser de precampaña: el domingo estuvo en Cantabria junto al presidente autonómico, Miguel Ángel Revilla, que le dio ánimos y denunció la “campaña” que, a su juicio, sufre en su contra el socialista; al día siguiente mantuvo un encuentro con trabajadores en una localidad de Murcia y este martes ha protagonizado un acto del PSOE en Euskadi. “No es no, señor Rajoy”, es el principal mensaje del secretario general del PSOE en esos eventos.
Fuentes socialistas sostienen que Sánchez se ha animado en los últimos días tras superar el mal trago que vivió en el Comité Federal del 28 de diciembre, cuando el sector más crítico cargó contra él por los resultados electorales y le afeó sus intentos de ser investido a “cualquier precio”. Esas mismas fuentes coinciden en que ha sufrido presiones desde distintos sectores para que permitiera que el PP siguiera en el poder a través de la abstención de sus diputados.
El líder del PSOE se ha mantenido firme en el 'no' y, según esas mismas fuentes, su vuelta “a la calle” le ha convencido aún más de ello. Según esos dirigentes, las bases están por un pacto de izquierdas con Podemos y la dirección se mantiene optimista. Ferraz sostiene que, si no permiten que gobiernen los socialistas, Pablo Iglesias tendrá complicado explicar el porqué a su electorado. “No sé si los votantes de Podemos estarán de acuerdo con que sus prioridades sean tener cuatro grupos y hacer un referéndum”, expresó el presidente del Congreso, Patxi López, en una entrevista en eldiario.es.
Mientras Sánchez retoma una agenda ajena a las negociaciones que se han producido en el Congreso, algunas fuentes aseguran que los contactos discretos para la investidura ya han comenzado. Además, el pacto con Albert Rivera para la Mesa del Congreso abrieron un nuevo escenario que no descartan algunos dirigentes: que Sánchez sea investido con el voto a favor de los 40 diputados de Ciudadanos y la abstención del resto de grupos, excepto el PP. Ese resultado valdría a Sánchez que necesita más síes que noes para ser presidente.
No obstante, la opción de que Sánchez logre el apoyo de Podemos, las confluencias e IU más el voto favorable de PNV y la abstención de ERC es al que muchos socialistas ven más factible o “natural” siempre y cuando los de Pablo Iglesias renuncien al referéndum en Cataluña como línea roja marcada para negociar. Esa es la condición impuesta en el PSOE para que el candidato socialista pueda explorar posibilidades para su investidura.
Temor ante el apoyo de los independentistas
En el sector más crítico con Ferraz sostienen que las negociaciones están en marcha. “Muchas cosas están habladas ya”, expresa un dirigente territorial. Además, ha aflorado una nueva polémica interna después de la cesión de senadores socialistas a las fuerzas independentistas para que formen grupos en la Cámara Alta. Así, ese mismo dirigente da por hecho que la abstención de ERC y Democracia y Libertad está cerrada: “¿A cambio de qué hemos hecho si no lo de la semana pasada?”, se pregunta.
A los barones más críticos no les basta la explicación de la dirección, que argumenta que es una maniobra que se ha realizado en otras legislaturas. “Que nadie piense que los españoles son tontos ni ingenuos, nada se hace a cambio de nada”, ha afeado este martes el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que la ha asegurado que la “peor manera de arreglar o afrontar el órdago” de los independentistas es “tenerlo como una hipoteca, estar vendidos a sus intereses”.
“Para poder hablar de tú a tú con quien quiere irse de España, de entrada no hay que depender de su voto o de su silencio”, ha considerado García-Page, quien ha advertido de que “si algún día, el Gobierno de España depende de las dos o tres abstenciones o del silencio, no digamos del apoyo, de los independentistas puede terminar pasando que los tres diputados independentistas decidan la gobernación del país”.
Ese nuevo malestar saldrá a relucir casi con toda probabilidad en la reunión del Comité Federal prevista para el próximo 30 de enero. En ese cónclave se fijará previsiblemente la fecha del congreso en el que los socialistas revalidarán el liderazgo de Sánchez o elegirán un nuevo secretario general. Según publicó la periodista Esther Palomera en el Huffington Post, algunos barones quieren retrasar la reunión del Comité Federal para que se produzca una vez que esté claro el escenario político.
“No podemos estar hablando de nuestro futuro mientras España habla del suyo”, expresa un barón a este redacción. En Ferraz confían acordar con los territorios la fecha para el congreso. Una fuente del sector más crítico con Sánchez asegura que el debate ahora no debe girar en torno a la fecha: “No hay prisa, si gobierna el PP, tendremos tiempo de organizarlo; si hay elecciones, está el mecanismo de primarias; y Pedro solo puede salvarse si es presidente”.