Este viernes y hasta el domingo, el PP se desplegará en la Caja Mágica de Madrid para celebrar su 18 congreso nacional y actualizar su proyecto político. Mariano Rajoy será reelegido por aclamación y, consecuentemente, todos los asistentes tendrán que aplaudir a la treintena de personas que formarán su comité ejecutivo. Tras el plante de José María Aznar, será el primer cónclave conservador en el que no habrá stand de la Fundación FAES ni el temido discurso de su fundador. Su cargo de presidente de honor, al que renunció cuando se separó del partido, quedará vacante porque no se cubrirá.
Para preparar su discurso del domingo, Rajoy se ha dejado la agenda de esta semana prácticamente vacía. Todas sus actividades previstas para estos días han consistido en presidir el Consejo de Ministros de este viernes y recibir después a Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo. El mandatario acompañará también a Rajoy a la Caja Mágica, ya que ha aceptado su invitación para asistir al congreso, como también lo ha hecho Manfred
Más allá de enmiendas anecdóticas como la de incluir en los estatutos que el animal del logo es “un charrán comúnmente conocido como gaviota”, los acuerdos en forma de transacción de enmiendas no han bastado para dejarlo todo atado. Llegan vivos debates como el que dilucidará las incompatibilidades y acumulación de cargos, a pesar de que la dirección del PP ha acordado aceptar de Íñigo Henríquez de Luna que se promoverá “una gradual separación y limitación en la acumulación de cargos”.
A pesar de esas pegas, se da por descontado que María Dolores de Cospedal seguirá en sus tres puestos, aunque solamente una de las enmiendas citaba su caso concreto. La fórmula que se espera para tratar de tapar su falta de dedicación exclusiva al partido a causa de su cargo de ministra es el nombramiento de Fernando Martínez-Maillo como coordinador general.
También llegan vivas al congreso las que insisten en la necesidad de primarias y no comulgan con el sistema de doble vuelta de afiliados y compromisarios ideado por la cúpula. La exigencia de NNGG de tener una silla en el comité de dirección que reúne cada lunes a la cúpula también se debatirá durante el fin de semana, ante la falta de acuerdo.
Más allá de la ponencia política y de estatutos, que se discute el viernes por la tarde, el foco de la polémica se situará en la ponencia social que coordina Javier Maroto. Esa discusión tendrá lugar el sábado por la mañana y las enmiendas a favor y en contra de la gestación subrogada llegan vivas al congreso.
La solución final, además de autorizar el voto en conciencia para cuando se aborde en los parlamentos, se espera que sea un pronunciamiento que llame a un “futuro consenso” con el resto de partidos políticos, pero en ningún caso se traducirá en una iniciativa parlamentaria impulsada por el PP.
Los más conservadores, un puñado de exdiputados contrarios también al aborto, insistirán en que la “defensa de la vida” no se circunscribe sólo a la ponencia social sino que debe incluirse en los estatutos como “principio inspirador”.