El PSOE cree que el proyecto de ley de amnistía está cerca de ver definitivamente la luz en el Congreso. Tras meses de negociaciones, y después de que el texto fuese tumbado en pleno a principios de febrero por la falta de acuerdo con Junts, en Ferraz confían en estar en disposición de conseguir ya el respaldo necesario sin necesidad, aseguran, de introducir profundas modificaciones en el redactado de la norma.
“La última votación abrió un período de reflexión que nos atañía a todos, y fruto de esa reflexión espero que el próximo jueves podamos sacar adelante esa ley”, dijo la portavoz socialista, Esther Peña, en rueda de prensa este lunes. La portavoz ha insistido en que su partido “no tiene prevista ninguna modificación” de la ley y ha evitado confrontar con Carles Puigdemont tras sus declaraciones de este fin de semana en las que no cerró la puerta a la vía unilateral. “Faltaría más que en una democracia nos dedicáramos a exigir que los demás renuncien a sus programas y a sus propuestas políticas de máximos”, se limitó a decir.
En Ferraz aseguran que la ley de amnistía pactada con los partidos independentistas catalanes se aprobará en la comisión de Justicia del Congreso convocada para este jueves sin que sufra cambios con respecto al terrorismo, después de que hace un mes los de Puigdemont la tumbaran exigiendo mayores garantías para los líderes del 'procés' investigados por este delito.
“Lo decimos siempre, nos sentimos cómodos y a gusto con el documento consensuado con esos seis grupos parlamentarios y que entendemos que este jueves puede conseguir el apoyo mayoritario para aprobarse en esa comisión de Justicia”, explicó Esther Peña.
Fuentes de la dirección del partido al corriente de las negociaciones matizan, no obstante, que no descartan “algún pequeño cambio” pero que no cambie “la filosofía de la ley”.
La proposición de Ley de Amnistía regresó a la Comisión de Justicia el pasado 6 de febrero, después de que una semana antes Junts votara en contra de la misma. Entonces se abrió un primer plazo para la emisión del nuevo dictamen que después se amplió a petición del Grupo Socialista. Fue entonces cuando la Mesa del Congreso fijó el 7 de marzo como fecha límite.
La previsión es que el nuevo dictamen se pueda elevar ya al siguiente Pleno de la Cámara. Sus promotores podrían intentar incluirlo en la sesión de la próxima semana pero, si no es posible, iría la semana del 18 de marzo. Allí la ley será sometida de nuevo a dos votaciones. Primero se votará el dictamen de la comisión y después tendrá lugar la votación de conjunto por tener carácter orgánico y que sólo será fructuosa si el texto recaba el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara.
Si esto sucede, la iniciativa se enviará al Senado para que continúe su recorrido. El PP tiene mayoría absoluta en la Cámara Alta y quiere retrasar al máximo los trámites. En cualquier caso, no podrá hacerlo más de dos meses puesto que ese es el límite que establece la Constitución.