Putin supervisa maniobras conjuntas ruso-bielorrusas que inquietan a la OTAN

El presidente ruso, Vladímir Putin, viajó hoy a la región de Leningrado para supervisar las maniobras conjuntas ruso-bielorrusas “Zapad-2017”, que han inquietado a los países de la zona y a la OTAN.

“Es una práctica habitual. Se trata de unas grandes maniobras. Putin siempre acude como comandante en jefe”, comentó Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, a la prensa.

Peskov negó que la presencia del líder ruso en los ejercicios “Zapad-2017” tenga que ver con la reacción negativa de los países occidentales.

Según el Kremlin, Putin no hará declaraciones y se limitará a escuchar los informes de los altos mandos del Ejército y observar personalmente los ejercicios.

“Si lo permite el tiempo, el presidente también supervisará el armamento de nueva generación”, agregó el portavoz.

El jefe del Estado Mayor del Ejército ruso, Valeri Guerásimov, aseguró al comandante supremo de la OTAN para Europa, el general Curtis Scaparrotti, que las maniobras son puramente defensivas y no están dirigidas contra los aliados, que han acusado a Moscú de falta de transparencia.

Pero los países vecinos no se dan por satisfechos, y es que similares maniobras dieron paso en 2008 a la invasión de la región separatista georgiana de Osetia del Sur y en 2014 a la anexión rusa de la península entonces ucraniana de Crimea.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, criticó el 6 de septiembre en Estonia la falta de transparencia de Rusia y aseguró que la Alianza seguirá muy de cerca las maniobras conjuntas.

El ministro de Defensa polaco, Antoni Macierewicz, acusó a Putin de querer “intimidar a Occidente y a Polonia”; mientras Letonia expresó su temor de que la presencia militar rusa en Bielorrusia se vuelva permanente.

Aviones espía de EEUU, el Reino Unido, Francia y Suecia sobrevuelan desde hace días la frontera con Kaliningrado, enclave ruso en el Báltico, según informan medios rusos.

Las “Zapad (”Occidente“, en ruso)-2017” se celebran en polígonos militares en el oeste de Bielorrusia y las regiones rusas de Leningrado, Pskov y Kaliningrado, enclave encajado entre Polonia y Lituania.

Según fuentes rusas y bielorrusas, en los maniobras toman parte unos 12.700 efectivos, de ellos 7.200 bielorrusos y el resto rusos, aunque los aliados estiman en más de 100.000 a los participantes.