Mariano Rajoy no parece tener una excesiva prisa por poner en marcha los contactos para buscar apoyos para su investidura. Aunque anunció su intención de empezar las conversaciones con los diferentes líderes políticos “sin prisa pero sin pausa”, por el momento el único responsable de un partido que ha recibido su llamada ha sido Fernando Clavijo, secretario general de Coalición Canaria en Tenerife y presidente de la comunidad autónoma. La cita ha quedado acordada para el próximo martes, cuando recibirá en La Moncloa a quien la formación designe como interlocutor. A última hora de la tarde del jueves, ni Pedro Sánchez ni Albert Rivera habían recibido la llamada de Rajoy.
El presidente en funciones anunció el pasado lunes, cuando analizó los resultados electorales en una reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP, que el orden de los contactos empezaría por el PSOE. Defendió que lo lógico era empezar por Pedro Sánchez, como líder del primer partido de la oposición. Sin embargo, ha decidido invertir el turno de los contactos y empezar por un partido que sólo dispone de un escaño en el Congreso, el de Ana Oramas.
A este ritmo, las conversaciones exploratorias en búsqueda de respaldos se alargarán más de una semana. La voluntad de Rajoy, como ha insistido desde el pasado 20 de diciembre, es lograr una gran coalición para disponer de la estabilidad suficiente que le permita gobernar durante los próximos cuatro años y acordar también un programa político. A pesar de las continuas negativas del secretario general del PSOE, en el partido conservador están convencidos de que la presión acabará haciendo mella en el socialista para abstenerse en la investidura.
Por el momento, Sánchez no aparece en público desde el pasado domingo, cuando compareció en Ferraz, sin aceptar preguntas de los periodistas, para anunciar que había felicitado a Rajoy como ganador y congratularse de que había logrado mantener la hegemonía de la izquierda. Ante los malos pronósticos de todas las encuestas, Sánchez celebró haberse quedado en 85 escaños y haber conjurado el temido sorpasso por parte de Unidos Podemos.
El apoyo del diputado de Coalición Canaria es vital para que Rajoy logre ser investido cuando se lo proponga el rey, siempre que cuente además con el PNV, Ciudadanos y la abstención del diputado de Nueva Canaria. Gobernar con el apoyo de los nacionalistas vascos parece aún difícil, a tenor de la reacción de Aitor Esteban. El portavoz del PNV en el Congreso sí ha mantenido un primer contacto con María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP. No se fue más allá, aunque el interés de los nacionalistas es que primero se retrate el PSOE. Aun así, en el PNV ven “muy difícil” un acuerdo con Rajoy, al que reprochan haber ignorado la agenda vasca durante toda la legislatura y oponerse al autogobierno.
El otro posible socio de Rajoy, Albert Rivera, trata de modular su exigencia de que renuncie como presidente y dé un paso al lado. El líder de Ciudadanos recibe estos días la presión de los fundadores del partido, que le afean el veto y presionan para que se avenga a negociar.