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Rivera se escuda en las parejas homosexuales para justificar su reforma de la ley de violencia de género

eldiario.es/Agencias

Albert Rivera ha recurrido este lunes a las parejas entre personas del mismo sexo para justificar su propuesta de reforma de la ley de violencia de género. Una medida que incluye en su programa con el objetivo de “acabar con la asimetría penal por cuestión de sexo”, como publicó eldiario.es el pasado miércoles. “Lo que nosotros proponemos es que para las parejas homosexuales también se eleve (la pena) y haya agravantes”, ha afirmado en una entrevista en la Cadena Ser.

El líder de Ciudadanos ha defendido igualar las penas específicas por violencia de género y las de violencia doméstica: “Hay que ser más duros con los maltratadores, da igual que sean de violencia de género o de violencia entre parejas del mismo sexo o violencia doméstica”. Ha afirmado que “la violencia entre personas que se quieren, entre personas que tienen una relación afectiva, es grave: es grave que sea entre un hombre y una mujer y es grave también cuando son homosexuales”. Ha calificado la violencia de género de “problemón” y “drama”, pero ha dicho que eso no le “parece incompatible con proteger también los derechos de otras personas que pueden ser maltratadas”.

El estancamiento es “una sensación”

Rivera también ha negado que su partido se esté estancando en intención de voto, como apuntan las encuestas. Ha manifestado que eso debe de ser “una sensación” porque este domingo él vivió una “realidad bien distinta” en el mitin de Vistalegre (Madrid). Según ha dicho, está muy satisfecho con el promedio del 20 por ciento en intención de voto que le otorgan las encuestas, teniendo en cuenta que Ciudadanos no está en el Congreso y que compite con dos partidos “con mucha maquinaria”. No obstante, ha añadido que ahora “hace falta un empujón” porque “cuando uno llega a la final quiere ganarla”.

El candidato a presidente del Gobierno ha dicho percibir “mucha ilusión”, mucha gente que ha perdido el miedo a votar a los partidos tradicionales y “mucho abstencionista que piensa ir a votar”. Consciente de que sólo una participación muy alta puede dar un vuelco a la situación, ha afirmado que aspira a una “participación histórica como en 1982”.

En cuanto a Podemos, ha atribuido su crecimiento a su “amalgama” de partidos y pactos en distintos territorios, algunos de ellos “contra natura, con partidos nacionalistas”, pero ha incidido en que sigue por debajo de Ciudadanos en los sondeos.

Rivera ha insistido en que no va a apoyar la investidura ni del 'popular' Mariano Rajoy ni del socialista Pedro Sánchez. “Los cambios no los va a encabezar quien dice que todo va bien”, ha dicho del presidente del Gobierno.

Preguntado entonces sobre si sus diputados garantizarán la gobernabilidad, ha avisado: “Nuestros votos servirán para que cambie España, no para regalar nuestros escaños a los que quieren que todo siga igual”. Así, ha dicho que estará dispuesto a hablar con quien quiera un verdadero cambio.

Eso sí, ha reconocido que “la regla no escrita de que la fuerza más votada intente formar gobierno es razonable”, pero ha recalcado que para gobernar “hay que seducir y conquistar a la mayoría del Parlamento”. Según ha dicho, él se plantearía gobernar en minoría con apoyos puntuales, pero no estar en un gobierno donde no pueda tomar decisiones, ni aun siendo el ganador de las elecciones.

Imposible gobernar con Podemos

Rivera también ha dejado claro que no ve posible un acuerdo de gobernabilidad con Podemos porque Iglesias ha dicho que condicionará cualquier acuerdo a un referéndum de autodeterminación en Cataluña. “No vamos a formar gobierno con un partido que tiene como principal reivindicación hacer un referéndum separatista”, ha aseverado, aunque sí ha abierto la puerta a alcanzar acuerdos con este partido para reformar la ley electoral, combatir la corrupción o garantizar servicios públicos, “ley por ley”.

Si no logra gobernar, ha dicho, ejercerá la oposición de forma “estadista y responsable”. “Tenemos que ser los depositarios de ese voto del cambio, en el Gobierno o en la oposición”, ha argumentado.

Si De la Serna fuese de Ciudadanos, habría dimitido

Por otro lado, ha calificado de “muy preocupantes” las informaciones sobre los 'populares' Gustavo de Arístegui y Pedro Gómez de la Serna, acusados de cobrar comisiones a cambio de intermediar negocios en el extranjero.

Rivera ha subrayado que su partido ha puesto “el nivel muy alto”, hasta el punto de que ha dimitido gente por incluir en su currículum cosas que no eran ciertas, así que si De la Serna fuese de Ciudadanos ya habría dimitido –De Arístegui dejó el domingo la Embajada en la India–. Es más, ha dejado claro que la responsabilidad política debe ir al margen de la judicial.

En Cataluña no basta con la ley

Por otro lado, ha insistido en que para solucionar la situación en Cataluña no basta con “la ley”, sino que hace falta una “reforma profunda de España”, con “debates tranquilos”. “Creo más en la España reformada que en la España rota”, ha asegurado. Así, aunque ha asegurado no tener varitas mágicas, se ha mostrado convencido de que “el referéndum separatista no es la solución”.

Según ha dicho, si fuese presidente del Gobierno estaría dispuesto a hablar con el presidente catalán en funciones, Artur Mas, pero “dentro de la Constitución, no fuera”, con desafíos como “la resolución separatista”. A su modo de ver, el catalanismo político ha demostrado que en momentos clave “ha sido responsable y se ha sentado a la mesa para un proyecto común”.