Sánchez se abre a un Gobierno que represente “las diferentes sensibilidades” e inicia una negociación con Iglesias
Una de cal y una de arena. Es el comportamiento que está manteniendo el PSOE con Unidas Podemos desde las elecciones generales del 28 de abril. Moncloa y Ferraz han ido basculando su discurso sobre las posibilidades de entendimiento para la investidura y la posterior formación de Gobierno hasta llegar a la primera reunión de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tras el encargo oficial del rey en la que el candidato se ha abierto a un “gobierno de cooperación” que los socialistas sitúan a medio camino entre la coalición que reclama su 'socio preferente' y el gobierno en solitario al que aspiraba hasta ahora el partido.
El PSOE ha defendido este martes un “Gobierno plural, abierto, integrador, incluyente y representativo de las diferentes sensibilidades”. Lo ha propuesto la número dos, Adriana Lastra, un día después de que Sánchez lanzara un importante órdago: si PP, Ciudadanos y Unidas Podemos no facilitan la gobernabilidad, la consecuencia será un adelanto electoral. 24 horas después de esa amenaza, el PSOE ha bajado el tono.
La propia Lastra ha reconocido que ese “Gobierno de cooperación” obliga a los socialistas y sus socios potenciales a ser innovadores porque, según ha dejado claro, no se trata de una coalición, que es lo que exige Iglesias. El PSOE se congratula de que el líder del grupo confederal haya bajado el listón de un gobierno en coalición a esa fórmula por explorar. “Lo importante es que haya un principio de acuerdo”, señalan fuentes socialistas.
Cooperación no es coalición para el PSOE
La fórmula que los socialistas plantean explorar va en la línea de la búsqueda de independientes “referentes en sus ámbitos” que hasta ahora definían como “independientes progresistas de reconocido prestigio”. “No voy a entrar a valorar si son más afines a una formación o a otra”, expresó la vicesecretaria general del PSOE en su segunda rueda de prensa, tras las reuniones de Sánchez con Albert Rivera y Pablo Casado. No obstante, Lastra ha evitado pronunciarse sobre la exigencia que ha mantenido Iglesias: un espacio proporcional a los 42 diputados que aporta.
Y esa exigencia permanece. Pablo Iglesias ha insistido en que él y el presidente en funciones “iniciarán reuniones más discretas para poder definir un Gobierno conjunto”. En la rueda de prensa posterior a la reunión, el líder de Unidas Podemos señaló que “la amenaza de repetición electoral no gustó a nadie”. Y zanjó: “Hoy hemos empezado a trabajar para un Gobierno de mayoría socialista”.
Fuentes conocedoras de la reunión aseguran que, de momento, la negociación la mantendrán Sánchez e Iglesias en solitario, lo que da muestra de lo resbaladizo que es el terreno que pisan ambos. Los compromisos y los vetos, si se llegaran a producir, dependerán de los dos máximos líderes. Sin intermediarios.
Iglesias, sobre Sánchez: “No creo que me esté mintiendo”
“Tengo la impresión de que Pedro Sánchez quiere negociar un Gobierno con nosotros. No creo que me esté mintiendo”, señalaba Iglesias ante los medios.
El PSOE ha protagonizado varios vaivenes sobre sus aspiraciones para formar Gobierno. Tras las generales, Sánchez convocó a los tres principales líderes en Moncloa para una primera toma de contacto que le sirvió para marcar el relato: él era el vencedor de las elecciones mientras que PP y Ciudadanos competían de cerca e Iglesias se quedaba atrás. No obstante, el líder de Podemos salió del encuentro “convencido” de que entraría en el Gobierno.
Los socialistas mantuvieron entonces su intención de gobernar en solitario hasta poco antes de las elecciones del 26 de mayo, cuando abrieron la puerta a incorporar a Unidas Podemos al Consejo de Ministros. Esos comicios marcaban, para el PSOE, el punto de inflexión y el hundimiento de la formación morada les cargó de motivos para insistir en un Gobierno exclusivamente socialista, aunque el secretario de Organización, José Luis Ábalos, reconoció la posibilidad de “incorporar a miembros de Unidas Podemos” al Consejo de Ministros sin que ello supusiera un gobierno en coalición. “El debate está en si entran o no y si son miembros de Podemos o de la órbita”, reconoció entonces un barón socialista.
Después de eso, el PSOE volvió a insistir en gobernar en solitario hasta este martes, cuando Lastra ha hablado de incorporar las “distintas sensibilidades”, aunque también ha recordado que la suma de Unidas Podemos y PSOE no es suficiente para gobernar porque requeriría de otros grupos que, según fuentes socialistas, les han trasladado sus reticencias a apoyar una investidura en esos términos. Públicamente el PNV no se ha mostrado contrario, tampoco Compromís ni el Partido Regionalista de Cantabria. Coalición Canaria sí lo ha rechazado, pero también ha anunciado su 'no' a Sánchez incluso si basa la investidura en un acuerdo programático con Unidas Podemos.
En el plano programático, de momento, no se han producido muchos avances, según las declaraciones de los protagonistas. En la rueda de prensa, Pablo Iglesias sí apuntó que espera poder “poner de acuerdo”. “El programa del PSOE es un punto de partida. Lo importante es garantizar que las buenas propuestas no se quedan en campaña electoral”, contestaba el líder de Unidas Podemos. Los socialistas consideran que esa parte será más sencilla porque se puede articular en torno a los acuerdos que alcanzaron para los Presupuestos Generales del Estado que fracasaron.
Sánchez pide la abstención a PP y Ciudadanos
El acercamiento de Sánchez e Iglesias ha servido a Albert Rivera y Pablo Casado para apartarse la presión que el PSOE había tratado de trasladarles reclamándoles la abstención en la investidura, como PP y Ciudadanos hicieron con los socialistas en 2016. El líder de la formación naranja ha emplazado a Sánchez a pactar con su “socio natural” que es, a su juicio, “los populistas de Podemos” y también los nacionalistas.
Ante la presión de Sánchez con la amenaza de elecciones, Casado también le ha devuelto la pelota: “Son ellos los que tendrán que explicar a su electorado por qué no logran un acuerdo con fuerzas regionalistas con las que han acordado en el pasado”. Lastra volvió a insistir en la necesidad de que PP y Ciudadanos se abstengan porque, según el PSOE, no les dan los números ya que los cálculos actuales dependen de los diputados presos suspendidos que pueden renunciar a sus actas en cualquier momento. Por el momento, ella y Ábalos mantendrán reuniones en los próximos días con PNV, Compromís, PRC, Coalición Canaria, UPN y ERC y JxCat.