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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Sánchez advierte de que el auge de las “fuerzas antieuropeístas” es una “mala noticia” para la UE

Pedro Sánchez ha escogido la sala Barceló, reservada para las ocasiones solemnes, para presentar sus prioridades para la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, que España asumirá el 1 de julio. Estaba la plana mayor del Gobierno, incluida la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y los embajadores de los 27. Había, eso sí, una premisa clara dado el contexto en el que se produce por el adelanto electoral: el presidente no se saldría del guion europeo para no transgredir las reglas de la Junta Electoral. Por eso ha conseguido sortear las preguntas de los periodistas sobre un eventual gobierno de Alberto Núñez Feijóo con Vox. El presidente sólo ha dejado un recado: “La mayor representación de fuerzas antieuropeístas es una mala noticia para la UE”.

“Tener movimientos políticos que cuestionan o niegan esos desafíos, como la emergencia climática o la respuesta conjunta a una amenaza como la del frente oriental es una mala noticia para el conjunto de Europa”, ha dicho en referencia a los partidos de extrema derecha que son negacionistas del cambio climático o, como la Hungría de Viktor Orbán, que es próximo a Vladimir Putin. Pero Sánchez no ha querido entrar en qué consecuencias tendría en la UE que el Gobierno de España, uno de los más progresistas de los 27 en los últimos años, que hubiera un cambio el 23 de julio. “La derivada que pueda tener en España tendría ocasión en otras ruedas de prensa o en otros formatos”, ha reiterado el presidente, que ya en su intervención inicial había hecho una referencia a las “voces” que en crisis como la de la pandemia o el Brexit auguraron “el final del proyecto europeo”: “Europa ha sido más fuerte que todos ellos, ha superado las crisis y ha salido reforzada. Hoy la UE está más unida que nunca”.

Lo que sí ha asegurado es que las elecciones no tendrán un efecto en la presidencia española de la UE, a pesar de que el PP ha manifestado una posición contraria al Gobierno en asuntos como la reforma del mercado eléctrico, que es otro de los expedientes prioritarios para el próximo semestre y en el que la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, pretendía bregarse a fondo. “La democracia nunca ha sido un problema. No es la primera vez que se celebran elecciones durante la presidencia”, ha señalado en referencia a antecedentes como las presidenciales francesas o croatas. No obstante, en ambos casos se celebraron al final del mandato. En este caso, existe la posibilidad de que haya un cambio de gobierno en plena presidencia y sean otros ministros los que tengan que asumir las negociaciones, aunque en Moncloa no quieren ponerse en ese escenario.

Por el momento en Moncloa siguen con el plan previsto -más allá de la cancelación de la comparecencia de Sánchez en el Parlamento Europeo, que estaba prevista para julio y se ha retrasado, en principio, al Pleno de septiembre- y lo que ha enfatizado Sánchez es que se ha elaborado durante trabajos que se han prolongado durante más de un año junto a la sociedad civil y en el Parlamento. Es decir, que se trata de un plan de país. Además, ha explicado que los gobiernos no imponen los debates o la agenda sino que se continúa un trabajo que se ha desarrollado a lo largo de la legislatura europea.

“La presidencia rotatoria sitúa a España como un actor de construcción de puentes para tratar de sacar adelante expedientes que ya están en tramitación en Europa, desde el pacto de migración o asilo hasta los derechos de trabajadores de plataformas”, ha dicho a modo de ejemplo: “Nuestro papel como presidencia no es imponer expedientes ni debates sino orientar esos debates”.

“Todos somos víctimas de la inmigración irregular”

Uno de los dosieres que estará sobre la mesa los próximos meses y que suscita un debate más enconado es precisamente el pacto de migración y asilo. Los gobiernos de los 17 fijaron su posición negociadora la semana pasada asumiendo la denominada “solidaridad obligatoria flexible” que pasa por reubicar a 30.000 refugiados al año y que los países que se nieguen paguen 20.000 euros por persona rechazada. La Eurocámara rechaza de plano esa posición así como el denominado 'patrocinio de retorno'.

Sánchez ha celebrado que los países llegaran a ese punto de encuentro, que chirría a las fuerzas de izquierdas y las ONG, aunque ha reconocido que queda un camino largo por delante para alcanzar un acuerdo que se resiste desde hace casi una década y que está ya amenazado por países como Polonia y Hungría, que amagan con no ponerlo en marcha porque descartan incluso pagar por no acoger. “

“Al ser un país de primera entrada hemos defendido que en este debate no puede dividirse Europa. Todos somos víctimas de esta inmigración irregular”, ha expresado, antes de apostar por que el debate se aborde “de manera conjunta” reforzando “y mucho la dimensión exterior” y combatiendo a las mafias.

Sánchez también espera que se den “avances importantes” durante la cumbre UE-Celac que se celebrará en Bruselas en plena campaña electoral los días 17 y 18 de julio. Dentro de ellos, Sánchez ha mencionado los acuerdos comerciales pendientes con Chile, México y Mercosur, aunque ha reconocido que pueden no cerrarse para entonces pero sí que se den “pasos sustantivos” en esa dirección.

La relación con los países latinoamericanos y caribeños es una de las prioridades de la UE en la consecución de una autonomía estratégica que se ve comprometida en la competencia comercial con países como China. De hecho, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, está de gira en esos países estos días para rubricar, entre otras cosas, acuerdos sobre materias primas críticas.

La búsqueda de una autonomía estratégica es, por tanto, uno de los pilares de la UE para los próximos meses y la primera prioridad española, según ha dicho Sánchez. “Promoveremos los expedientes que permitirán fomentar el desarrollo de industrias y tecnologías estratégicas en Europa, impulsando la innovación, la política industrial y una mayor integración del mercado único, pero también aquellos expedientes que nos permitirán ampliar y diversificar nuestras relaciones comerciales con terceros y reforzar nuestras cadenas de suministro”, ha señalado.

Avanzar en la transición ecológica reduciendo la dependencia energética y abaratando la factura; consolidar el pilar social y reforzar la unidad europea son las otras tres líneas estratégicas en las que Sánchez ha sustentado su discurso. Sánchez ha anunciado que la lucha contra la evasión fiscal y las grandes fortunas será uno de los elementos fundamentales y que buscará impulsar la fijación de estándares mínimos a la tributación en la UE, especialmente en el ámbito digital, que es una de las batallas de Bruselas.

“Gratitud, humildad y ambición” son las palabras con las que Sánchez ha resumido el carácter de la presidencia española de la UE, que comenzará el 1 de julio con una gran incógnita: ¿quién estará al frente el resto del semestre?