Sánchez aprovecha los cambios en el Gobierno para encajar piezas ante las próximas batallas del PSOE
Pedro Sánchez ha aprovechado las consecuencias del terremoto político causado por las elecciones madrileñas para mover algunas fichas con la vista puesta en las próximas batallas del PSOE. Moncloa ha optado por renovar en gran medida la lista a la Asamblea de Madrid con perfiles que puedan jugar un papel en el futuro del partido a nivel regional con el objetivo de zanjar el eterno problema de liderazgo de la federación. La elaboración de la candidatura de Ángel Gabilondo ha causado varias bajas en segundos niveles del Ejecutivo que han servido al presidente para encajar algunas piezas del puzle. En medio de esa remodelación obligada, Sánchez cambia a los delegados del Gobierno en, Madrid Andalucía y Galicia marcando el futuro orgánico del PSOE en las tres federaciones.
La salida de Irene Lozano de la Secretaría de Estado de Deportes y la presidencia del Consejo Superior de Deportes ha provocado el cambio más sorprendente de todos. Sánchez ha designado en ese puesto a José Manuel Franco, que es el actual delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid y secretario general de los socialistas en la región. Muy pocas personas conocían esa decisión, que se produce en plena precampaña electoral. En las filas socialistas miraban a Pepu Hernández como posible heredero de ese puesto, para el que muchos pensaron que estaba llamado tras el varapalo a su candidatura al Ayuntamiento en 2019. Pero Sánchez sorprendió entonces al colocar a Lozano, que no tenía ninguna vinculación con el deporte, en sustitución de la laureada esquiadora María José Rienda. Moncloa explicó entonces que quería al frente de esa institución a alguien con perfil político que entrara sin complejos en guerras como la del fútbol. El presidente ha vuelto a sorprender de nuevo al situar allí a Franco, que tampoco tiene relación con ese mundo, y que será el tercer responsable de la cartera en tres años.
La salida de Franco de la Delegación del Gobierno de Madrid supone un alejamiento de la región en consonancia con la intención de la dirección del partido de renovar el PSOE-M en el próximo congreso, que se celebrará antes de que acabe el año. Con esa determinación elaboró Moncloa la lista del PSOE a la Asamblea, en la que incorporó perfiles que pueden servir de relevo en el futuro, como Hana Jalloul -que abandona la secretaría de Estado de Migraciones-, Pilar Llop -presidenta del Senado, que ya estaba en la retina de dirigentes socialistas como posible candidata en 2023-, o Juan Lobato y Mónica Carazo, dos perfiles jóvenes con años de militancia activa en la federación. Y también el relevo de Franco en la Delegación del Gobierno tiene ese cariz. La nueva representante del Ejecutivo en la región será Mercedes González, que hasta ahora era portavoz adjunta del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid. Fuentes gubernamentales apuntan a que ese relevo busca una renovación en la institución y dar un mayor espacio a la concejala madrileña.
Pero los cambios no se han limitado a esa federación. Sánchez ha querido lanzar un aviso a Susana Díaz al ejecutar el cambio en la Delegación del Gobierno de Andalucía que en el entorno de la expresidenta andaluza ya temían que acabaría produciéndose. El nombramiento de Sandra García se produjo en un momento de tregua entre Moncloa y San Vicente. Desde entonces, a Díaz le han llegado varias propuestas para que dé un paso atrás y deje el camino expedito para la renovación de la federación a la que llevó a perder la Junta por primera vez tras 36 años ininterrumpidos de poder.
Sin embargo, Díaz se resiste y está determinada a dar la batalla en unas primarias para las que ha ido perdiendo adeptos en los últimos años. Sánchez tiene claro, además, que el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, será quien encarne a los críticos en esa pelea. El último aviso que Moncloa envía, por tanto, a la todavía secretaria general del PSOE andaluz es el cese de la delegada del Gobierno, que es una persona afín a Díaz y que había contratado a través de la institución a asesores muy activos en redes apoyando la campaña de promoción que Díaz lleva meses haciendo por los pueblos de toda Andalucía y, sobre todo, muy críticos con los rivales internos que cuestionan su legitimidad para revalidar su liderazgo en las primarias, informa Dani Cela. En su lugar, el presidente designará a Pedro Fernández, actual alcalde de la localidad granadina de Baza. En las filas del PSOE andaluz también aguardan a que Ferraz dé señales de cambio en la Diputación de Sevilla, cuyo reparto también formó parte de ese acuerdo alcanzado en pleno armisticio, que ha sido el principal argumento de Díaz en los últimos meses para asegurar que gozaba de la confianza de Sánchez.
El otro eslabón está en Galicia. Sánchez también ha mandado un recado a la actual dirección del PSdeG al sustituir al exalcalde de A Coruña, Javier Losada, como representante del Gobierno en la tierra de Alberto Núñez Feijóo por el actual regidor de Ames, José Manuel Miñones, que ha sido uno de los dirigentes críticos con el actual secretario general, Gonzalo Caballero. Tras las elecciones del pasado mes de junio en las que los socialistas obtuvieron un mal resultado en Galicia, Ferraz optó por la cautela, pero la dirección socialista dio por hecho desde el principio que el PSdeG sería una de las plazas en las que renovar el liderazgo en el proceso congresual que se abrirá en el mes de octubre.
Y la línea la ha marcado Moncloa con la designación de Miñones tras haber lanzado un primer aviso al designarle como uno de los ponentes del documento político que establecerá el camino de los socialistas para los próximos cuatro años. En el Gobierno admiten que no tiene por qué ser necesariamente el relevo, pero que los nombres que están sonando están por ahora pensados para “ponerlos en el candelero y que tengan responsabilidades muy importantes en el partido”.
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