Sánchez pide unidad tras una catarata de quejas de las autonomías por falta de información y previsión ante la crisis
Y la ¿unidad? saltó por los aires. La quinta Conferencia de Presidentes autonómicos con Pedro Sánchez dejó constancia de que varias comunidades no comparten ni la estrategia, ni la gestión, ni la toma de decisiones del Gobierno de coalición. Unas más que otras, pero la lluvia de críticas fue constante por parte de las autonomías gobernadas por el PP, pero también las que presiden los nacionalistas. La madrileña Isabel Díaz Ayuso ni siquiera asistió puntual a la cita. Prefirió recibir en Barajas a un avión con 113 toneladas de material sanitario que se repartirá por los hospitales de la región. Desde su departamento, justificaron su ausencia -pasadas dos horas de la reunión aún no se había incorporado- en que su intervención en citas anteriores se había producido siempre en torno a las 13.30 del mediodía. Aún así su ausencia dejó perplejos a propios y extraños, aseguran fuentes que asisten a la reunión telemática.
Con todo, Sánchez no se libró de la crítica general. Acaba la Semana Santa y con ella la “hibernación” de la actividad económica. España seguirá confinada al menos hasta el 10 de mayo, pero una parte de la industria volverá al trabajo entre el lunes y el martes. Una decisión controvertida que no es del agrado de una parte del Gobierno ni de varias Comunidades Autónomas, entre ellas Catalunya, cuyo president, Quim Torrra, se había dirigido por carta a Pedro Sánchez para hacerle saber que, según los informes de los que dispone la Generalitat, el levantamiento de estas medidas de confinamiento provocará “un aumento de contagios y la situación de colapso en el sistema sanitario”. De ahí que le haya solicitado los informes sanitarios y epidemiológicos de los que dispone el Gobierno de España para levantar las medidas contempladas en el Real Decreto Ley 10/2020.
Y en la quinta conferencia de presidentes telemática, Sánchez pidió a las comunidades unidad de acción frente a las medidas porque los datos, con un aumento de positivos por el coronavirus, demuestran que “se está controlando la pandemia” y que a lo largo de las próximas semanas las cifras pueden ser mejores, tras los efectos de la llamada “hibernación” de la economía. De ahí que llamara a preservar la visión conjunta de todo el país.
El presidente advirtió que hay que dejar claro a la ciudadanía que no se debe producir una relajación en las medidas y que es necesario mantener el esfuerzo, ya que “no hemos iniciado ninguna desescalada”, si bien recomendó que los trabajadores que puedan desplazarse a sus lugares de trabajo en vehículo privado lo hagas así mientras que para quienes tengan que desplazarse en transporte público, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, junto a las policías autonómicas y locales repartirán mascarillas en con la colaboración con Protección Civil.
Sánchez, que comenzó destacando el apoyo del Gobierno a las Comunidades, cifró en 68,5 millones de productos de material sanitario repartido desde Sanidad a todos los territorios. También subrayó la profunda ralentización de la movilidad en España con las medidas adoptadas. En trenes de cercanías, se está por debajo del 7% (Madrid y Barcelona 6,2%) y por debajo del 5% en ciudades como Murcia, Alicante, Bilbao, San Sebastián, Zaragoza. En Renfe, entre el 3,4 y el 7%. Y en autobuses se está en una reducción (el viernes 10 abril) del 99,4% de lo que sería un día normal. Sobre el pacto de reconstrucción económica y social, enfatizó que quiere que estén todos los sectores involucrados y representativos de la sociedad: Gobierno, partidos con representación, parlamentaria, gobiernos autonómicos, entidades locales y agentes sociales. “No vemos en ningún gobierno autonómico un adversario, sino un aliado porque todos tenemos el mismo objetivo, que es vencer la pandemia”, afirmó Sánchez, que reiteró la necesidad del pacto de reconstrucción en su despedida de los presidentes autonómicos tras escuchar la retahíla de críticas que le trasladaron.
Una planificación clara sobre las mascarillas
Iñigo Urkullu, el primero en intervenir tras escuchar al presidente del Gobierno, se quejó de la mecánica de “decisiones no compartidas” y exigió participación y colaboración, en lugar de comunicación externa, que provoca “desorientación” en lugar de “certezas” por ejemplo sobre el material distribuido, los test, las medidas adoptadas en materia económica y social y las mascarillas que se comienzan a repartir mañana y “no contamos con una planificación clara”. El lehendakari lamentó también que se realicen las citas telemáticas con posterioridad a la toma de decisiones del Gobierno, que no comunica previamente a las Autonomías.
“Esta es la clave de nuestra coordinación porque cada vez que gestionamos o comunicamos en base a conjeturas inciertas o no contrastadas, se agravan los problemas, nuestra cooperación se resiente y confundimos a la sociedad. Primero coordinación, y luego, comunicación. No al revés. Necesitamos compartir certezas”, espetó el lehendakari.
“Certezas -añadió- sobre las mascarillas, los test, la llegada y distribución de suministros; sobre los datos de evolución de la pandemia y la información que, insisto, debe basarse en metodologías y criterios homogéneos; sobre los escenarios de aislamiento social, sobre los protocolos de salud en el trabajo, la desescalada o plan de vuelta a la normalidad. Es importante confirmar el escenario hasta el 26 de abril y las condiciones hasta el 10 de mayo, el nuevo plazo que parece haberse establecido”.
Urkullu recordó también que este es el quinto domingo consecutivo en el que se dan cita los presidentes tras un fin de semana turbulento “en el que se comunican decisiones no compartidas: ni en este Foro ni en los Consejos interterritoriales”, por lo que dijo que “colaboración y coordinación no es imposición” y pidió “una reconsideración urgente sobre el formato y método de trabajo porque no es admisible la desorientación que provocan” y porque “ada vez me resulta más difícil esta permanente escenificación”.
Por su parte, Quim Torra calificó de “temeridad” e “imprudencia” la vuelta al trabajo y amenazó con romper la unidad de acción. No está de acuerdo con el regreso al trabajo en actividades no esenciales, ya que desveló que sus directores de hospitales le han trasladado que “el confinamiento total debería seguir unas semanas más”. De ahí que pidiera a Sánchez que reconsidere esa decisión. “Catalunya no va a permanecer de brazos cruzados y vamos a tomar nuestras propias medidas. Vamos a tomar las decisiones que sean necesarias para que nuestros ciudadanos estén seguros”, advirtió.
En la misma línea el gallego Alberto Núñez Feijóo lamentó que el Ejecutivo no comparta información y decida a golpe de “improvisación”. Utilizó su turno para exigir al presidente que concrete los protocolos para el uso de las mascarillas y en este sentido, se quejó de que el Gobierno trasladase el sábado por la tarde la información. Luego, exigió saber si su uso solo será necesario para el transporte público o “si vamos a ir a una implantación progresiva de las mascarillas”. También rechazó, como en semanas anteriores, que se utilicen los presupuestos de las Comunidades para tomar decisiones del Gobierno, como el caso de los fondos de empleo y la “confiscación” del dinero de los planes de vivienda.
Feijóo: confianza y transparencia antes que pactos
El presidente de Galicia explicó además que la desconfianza “se está agrandando” y, aunque deseó que pueda alcanzar un acuerdo de reconstrucción nacional como queire Sánchez, apostilló que para ello hace falta “confianza y transparencia, cuestiones que hoy no se dan”. Tampoco se conoce, reprochó, cuál es la propuesta que el Gobierno quiere plantear.
El presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, se quejó de que se utilicen los debates parlamentarios para criticar a los presidentes autonómicos. E igual que Torra, Urkullu y Fejióo demandó mayor claridad y previsión en las decisiones, además de que se tenga en cuenta a las Autonomías. De ahí que haya pedido adelantar a jueves, viernes o incluso sábado las conferencias de presidentes, y que después el Gobierno tome las decisiones, y no al revés como se viene haciendo hasta ahora, una vez que los ministros anuncian en rueda de prensa las decisiones ya tomadas. Pese a los reproches de los presidentes del PP y los nacionalistas, todos coincidieron en que la situación ha mejorado. Tanto fue así que Feijóo ha llegado a decir que en Galicia el pico se ha alcanzado y está bajando.
El cántabro Miguel Ángel Revilla expresó, no obstante, su total apoyo a al presidente y al intento de un acuerdo nacional, así como a la decisión de volver al trabajo de forma parcial porque “no podemos parar totalmente la economía”.
Barbón: “¿Para qué servimos los políticos?”
Fue el asturiano Adrián Barbón el que cargó contra los presidentes del PP reacios a una nueva versión de los pactos de La Moncloa, tras manifestar su respaldo a la iniciativa de Pedro Sánchez y a la decisión de sumar a los agentes sociales, entidades locales y Comunidades autónomas: “Para los que critican esos Pactos de la Moncloa, ¿si no somos capaces de unir esfuerzos en estas circunstancias, para qué servimos los políticos?”, se preguntó. También la socialista Concha Andreu salió en defensa de la gestión de Sánchez y reclamó “unión y trabajo conjunto” a sus homólogos. Lo que sí pidió la presidenta de La Rioja es que se agilice la llegada del dinero prometido a las comunidades autónomas a través del fondo extraordinario de 300 millones para ayudas a familias y autónomos. En su respuesta, Sánchez anunció una ronda con los consejeros de Hacienda para que trasladen la situación de cada autonomía para las medidas de liquidez que se puedan llevar a cabo.
Page, Puig y Lambán: desescalada por territorios
La demanda más reiterada fue más coordinación y más participación en la toma de decisiones, pero el castellano-manchego Emiliano García Page insistió también en que la propuesta de un gran pacto nacional no es que sea el mejor camino, “es que es la única salida”, y que para lograrlo “todos tenemos que poner de nuestra parte”, ahora que el problema más urgente ya no parece que sea conseguir material sanitario. Lo que también echó en falta fue mayor coordinación desde el punto de vista financiero, ya que recordó que a las Comunidades se les han desplomado los ingresos y son, en su opinión, las que en gran medida están soportando todo el impacto de esta crisis en lo que a gasto sanitario se refiere.
Page se refirió también al debate sobre cifras oficiales y reales, y manifestó que se podía haber evitado si todo el mundo hubiera conocido el protocolo del Ministerio de Sanidad, que es al que “nos estamos ciñendo todas las Comunidades”. Luego, reclamó que la fase de desescalada se realice por territorios, ya que las situaciones no son iguales en Baleares y Canarias que en las dos Castillas, y su relación diaria económica, social y laboral con Madrid. Solo entre Castilla-La Mancha y Madrid, y viceversa, se mueven a diario en condiciones normales 200.000 personas, recordó.
El president de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, que también esperaba un avión cargado de material pero fue puntual a la cita, manifestó por su parte que no se puede confrontar seguridad y economía, y advirtió de que todos los involucrados han de ser corresponsables con la situación y asumir su responsabilidad. Ha enfatizado que nadie puede poner en duda que la prioridad fundamental es la seguridad de los trabajadores, “eso es indiscutible”, subrayó. Por ello, dijo que las empresas que se pongan en funcionamiento tienen que garantizar que la actividad se desarrolle cumpliendo las medidas de protección. También afirmó que para que esta situación no derive en una fractura social debe “existir un funcionamiento de la economía. Hay que hay que combinar muy bien la seguridad con la actividad económica. Establecer una dicotomía entre ambas es un error”.
De ahí que apostara por que en la transición a la normalización y el proceso de desescalamiento se tengan en cuenta tres parámetros: “geográficos, segmentos de población y actividades económicas”. En ese sentido, apostó por una singularización y por que las empresas turísticas tengan una consideración propia, ya que al día siguiente de acabarse el estado de alarma, seguirán sin tener clientes. Y lo mismo con los ERTE que afecten a estos trabajadores. Puig también percibe una mejoría clara de la situación a resultas de los datos, si bien “ahora la mejora tiene que ser combatida contra la relajación”. Todo ello además de pedir medidas de liquidez para las Comunidades y las empresas, y una “actitud más abierta” a los bancos.
También el aragonés Javier Lambán ha manifestado que las medidas de desconfinamiento deben tener un ritmo diferente. Así, sostiene que la “España rural” tiene una “salida más fácil” al no tener “aglomeraciones”. Ha pedido, por ejemplo, que se permita salir a los huertos o permitir la caza para combatir plagas en el mundo rural. También ha reclamado medidas de apoyo a los bares y la hostelería.
La navarra María Chivite, que la semana pasada ofreció la comunidad como “piloto” para la desescalada, se ha mostrado favorable a la reactivación de los sectores no esenciales, pero ha subrayado que las empresas que no estén en condiciones de garantizar la protección de los trabajadores no deberán hacerlo. El Gobierno navarro mantendrá una reunión con sindicatos y empresarios este martes para trasladar esta exigencia. Respecto a educación, Chivite ha propuesto que la evaluación de los cursos académicos se realice en dos escalones por grupos.
La última en intervenir y la más crítica fue de nuevo la madrileña Isabel Díaz Ayuso, que tras incorporarse con dos horas de retraso a la videollamada, exigió de Sánchez una disculpa para con su gobierno por las críticas que vertió esta semana en el Congreso, al tiempo que le recordó que su Comunidad fue la primera en comprar material, en cerrar colegios, universidades y centros de mayores . Asímismo, afirmó que fue el gobierno madrileños quien le pidió el cierre de estadios y las grandes concentraciones “pero ustedes no lo consideraron pertinente”. “¿En qué país del mundo, ante esta pandemia, su presidente ha eludido su responsabilidad atacando a sus administraciones inferiores?”, le preguntó. Como el resto de sus homólogos alertó de la desinformación del Gobierno central sobre las actividades que se retomarían desde mañana “ni quien va a poder o no trabajar” .
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