Pedro Sánchez no tenía previsto cambiar su plan para alcanzar la investidura antes de reunirse con Pablo Casado e Inés Arrimadas, pero los encuentros con ambos dirigentes le han servido para constatar que están en el 'no' a la coalición de PSOE y Unidas Podemos por lo que seguirá negociando con ERC. Así lo ha explicado la vicesecretaria general, Adriana Lastra, en una rueda de prensa en el Congreso.
El presidente en funciones ha reclamado sin éxito al líder del PP que se abstenga y a la portavoz de Ciudadanos que vote a favor para que la investidura salga adelante. “Si le preocupa la influencia de ERC, puede evitarlo de manera simple con su abstención”, ha dicho Lastra sobre el PP antes de recordar que los socialistas lo hicieron en 2016 para permitir que gobernara Mariano Rajoy. No obstante, Sánchez se negó hasta las últimas consecuencias y acabó fuera del liderazgo del partido por esa posición y el núcleo duro que ahora manda en Ferraz se abstuvo “por imperativo” del mandato de la gestora que se hizo con las riendas del partido.
El mismo argumento de dependencia de ERC ha utilizado en el caso de Ciudadanos para reclamarle el apoyo, pero ha agregado uno más al decir que “si el problema que tienen es el programa” que digan “cuál de los diez puntos del acuerdo” con Unidas Podemos les chirría. Así, ha recordado que el PSOE y Ciudadanos reclamaron a los de Pablo Iglesias que apoyaran un acuerdo de Sánchez y Albert Rivera hace cuatro años y considera que ahora vale “a la inversa”.
A pesar de que los socialistas eran conscientes de que PP y Ciudadanos no pretenden facilitar su investidura, Sánchez citó a Casado y Arrimadas en el marco de los contactos que emprendió el PSOE tras recibir formalmente el encargo del rey. El líder socialista consigue así, además, ganar tiempo antes de someterse a la votación dado que los plazos de ERC para llegar a un entendimiento no son tan apurados como los suyos, que pretende terminar el año con plenas competencias.
El PSOE ignora, por otro lado, la propuesta de Ciudadanos de gobernar gracias a sus votos y al PP porque considera que Casado “ha descartado de manera rotunda la abstención” dando distintos argumentos.
Aunque Lastra no ha querido aventurar una fecha para la posible investidura –se ha limitado a decir que quiere que sea “cuanto antes”–, ha asegurado que “la previsión es llegar a un acuerdo con ERC que no solo favorezca el desbloqueo de la investidura sino que también dé estabilidad a la gobernabilidad”.
Su intervención ha comenzado justificando la falta de transparencia sobre las negociaciones en marcha bajo el pretexto de que tienen que ser “cuidadosos” para que “salga bien”. Así, ha evitado dar detalles sobre las conversaciones que mantiene con Gabriel Rufián –por ahora no hay una cita prevista públicamente entre los equipos negociadores– sobre los “instrumentos” para canalizar el diálogo entre gobiernos para buscar una solución al “conflicto político” en Catalunya.
“Será público y sujeto a la seguridad jurídica, a las normas, a la ley y la Constitución”, ha sentenciado la número dos del PSOE, que ha reivindicado “la vía del diálogo y el entendimiento” para resolver el conflicto catalán.
Lastra comenzará este martes la segunda ronda de reuniones con el resto de partidos con representación en el Congreso al mismo tiempo que Sánchez telefoneará a los presidentes autonómicos con el objetivo primordial de hablar con Quim Torra, que era una exigencia de ERC. En esta ocasión, la portavoz socialista ha incluido a todos los grupos y, según ha explicado, solo Vox ha rechazado la invitación. “Estoy desolada”, ha ironizado.
Respecto a la inclusión de Bildu, que la otra vez se quedó fuera, ha asegurado que es una primera toma de contacto para conocerse, al igual que con la CUP. “A ver con qué actitud están en el Congreso y para hablar de temas de intendencia”, ha explicado. En esa nueva ronda, Lastra se verá formalmente con Rufián, con quien mantiene la interlocución y el intercambio de documentos en los “avances” de la negociación con ERC.