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“El apoyo del PSM a Manuela Carmena no peligra en absoluto”

Sara Hernández. Foto: Marta Jara

Carmen Moraga

Sara Hernández es desde el 31 de julio la secretaria general del Partido Socialista de Madrid (PSM). Es la primera mujer que ostenta ese cargo. La candidata de Pedro Sánchez se impuso en el congreso extraordinario a su rival, el diputado regional Juan Segovia, que contaba con el apoyo de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Su designación no ha conseguido apaciguar al partido, que vuelve a estar inmerso en otra guerra interna, agravada tras la destitución de Antonio Miguel Carmona como portavoz del Grupo Socialista del Ayuntamiento de Madrid.

¿Qué le pasa al Partido Socialista de Madrid que cíclicamente se ve envuelto en peleas y divisiones internas?

Yo diría mejor qué le pasaba porque eso es cuestión del pasado. Para eso me presenté yo a las primarias a secretaria general, para tejer y coser desde dentro. Es cierto que hemos tenido en épocas de nuestro pasado una historia muy confusa. Pero soy secretaria general con la firme convicción de unir al partido.

Sin embargo, su liderazgo recién estrenado tampoco parece que esté sirviendo para asegurar la paz interna, más bien al contrario. Sobre todo, tras la destitución de Carmona.

En veinte días es difícil tener unido al partido. Es un proceso que requiere tiempo. Yo no me he presentado para cuatro días, sino para trasladar todo un proyecto ambicioso, de unión y de partido ganador. Unir al partido para que todos nos sintamos representados no es incompatible con asumir la responsabilidad que supone ser secretaria general y tomar decisiones. Y he tomado las decisiones que he creído más convenientes. Pero no han sido personales. Han sido decisiones con la Comisión Permanente y, en el caso de Madrid, con la mayoría de los concejales y concejalas del Ayuntamiento del Grupo Municipal Socialista.

¿La destitución de Carmona se pudo hacer mejor?

No fue una destitución. Ha sido un cambio de portavocía. Antonio Miguel Carmona continúa y hasta la fecha creo que sigue siendo concejal del Ayuntamiento de Madrid. Pero en el partido hemos entendido que es necesario abrir una nueva etapa en los trabajos del grupo municipal, que está trabajando mucho y muy bien.

¿Qué errores cometió Carmona en los escasos meses que ejerció su cargo?

No voy a hablar del pasado.

Hay mucha gente que sigue sin entender las razones.

Eso sucede. Hay algunos que no las han entendido pero otros muchos que sí las han entendido, que es absolutamente necesario trasladar a los madrileños que desde hoy ganamos de cara a las próximas elecciones. Que vamos a volver a hacer ese partido en el que se puede confiar.

¿Le pidió a Carmona que abandonara también su acta de concejal?

En absoluto.

¿Y le ofrecieron algo más, aparte de la posibilidad de ser senador?

No.

Usted criticó en su día las formas de la fulminante destitución de Tomás Gómez.

Sí, por supuesto.

¿Qué diferencia hay?

Yo tengo mi visión personal y le trasladé las razones al compañero Antonio Miguel Carmona de esa necesidad de abrir una nueva etapa en los trabajos del Grupo Municipal Socialista para darle ese nuevo impulso y ganar nuevamente Madrid. Pero han sido los compañeros y compañeras del grupo socialista los que tomaron una decisión democrática, son los que han decidido que exista ese cambio en la portavocía a propuesta de esta secretaria general.

¿Peligra el apoyo que los socialistas han dado en Madrid a Manuela Carmena tras el cambio de Carmona por Purificación Causapié?

En absoluto. Los madrileños dieron un mensaje claro el 24 de mayo. En primer lugar, de cambio. Y ese cambio tenía que venir por la izquierda. El Partido Socialista de Madrid ha sido coherente con ese mensaje dando el apoyo a un gobierno del cambio de la izquierda.

Por cierto, ¿usted cree, como Carmona, que el reciente informe del Tribunal de Cuentas exonera a Tomás Gómez de las irregularidades cometidas en las obras del tranvía de Parla?

Yo lo que quiero es resolver los problemas de los vecinos y vecinas de Parla, que son muchos. Ahora el Gobierno de Cristina Cifuentes tiene la oportunidad de hacerlo. Pero hasta ahora ha estado poniendo palos en las ruedas solo porque había un gobierno socialista en la ciudad de Parla.

Pero lo que le pregunto es si cree que Tomás Gómez es responsable de las irregularidades del tranvía.

Yo no tengo duda de ningún compañero socialista sobre la gestión que haya podido realizar.

Volviendo a su reciente elección, ¿la baja participación que hubo en las primarias donde solo votaron 6.561 militantes de los 15.000 afiliados que tiene el partido en Madrid, le ha llamado a hacer alguna reflexión?

No. A continuar trabajando. El mes de julio sabíamos que tenía unos condicionantes, como era esa posible baja participación, pero también es una llamada de atención de los cambios que hay que hacer en el partido. Por ejemplo, no es posible que en pleno siglo XXI los militantes no puedan votar a través de Internet. Pueden avalar, pero no pueden votar.

Si sabían que era un mal mes, ¿por qué esas prisas para convocar primarias y un congreso extraordinario?

Prisas, ninguna. Era una necesidad imperiosa, una urgencia que en el partido hubiera ya una dirección establecida elegida democráticamente por los compañeros y compañeras. Veníamos de una gestora que es una situación de provisionalidad que había que acabar con ella lo antes posible y, además, vamos a tener unas elecciones generales a la vuelta de la esquina y el partido tiene que estar en las mejores condiciones para que Pedro Sánchez pueda ser presidente del Gobierno.

¿No fue Ferraz quien forzó la convocatoria de ese congreso extraordinario?

En absoluto. Cuando empezaban a sonar voces de que la gestora quizás podría prorrogar por otros seis meses más su trabajo, yo me pronuncié en contra porque no me parecía adecuado. Consideré que había que devolver a la militancia su voz para que a través de su voto eligiera democráticamente una dirección regional.

¿Tener a Sara Hernández como secretaria general en Madrid es una garantía para que Pedro Sánchez pueda afianzar en el futuro su liderazgo?

Pedro Sánchez ya de por sí es el líder del PSOE, sea Sara Hernández la secretaria general del partido en Madrid o no lo sea. Lo que vamos a hacer ahora desde el Partido Socialista de Madrid es apuntalar aún más ese liderazgo para que Pedro Sánchez sea con todas las garantías el próximo presidente del Gobierno porque lo necesita España.

Me refería a que si es un alivio para Pedro Sánchez tenerla a usted en Madrid.

Yo no voy a hablar en términos de alivio. Pedro Sánchez tiene en los socialistas de Madrid a unos leales compañeros de viaje.

¿El hecho de que su rival, Juan Segovia, contara con el apoyo de Rodríguez Zapatero y de Felipe González no es un síntoma de que Pedro Sánchez puede tener problemas en el futuro?

No. Es un síntoma de libertad interna, de que compañeros y compañeras –uno de los que me ha nombrado ni siquiera es militante de Madrid– se hayan pronunciado libremente por aquel compañero que lo ha deseado. A Juan Segovia le han apoyado 3.000 compañeros y a mí me han apoyado con su aval 5.000. Militantes anónimos pero, sin duda, militantes fundamentales para la organización.

¿Qué recorrido le da a la impugnación del Congreso regional extraordinario que han hecho un grupo de delegados con el apoyo de Carmona?

Lo decidirán los órganos federales. Yo quiero trasladar mi absoluta tranquilidad. Creo que ha llegado el momento de pasar página. Es normal, que en un congreso extraordinario no todo el mundo vea reflejadas todas sus expectativas respecto a la nueva dirección, pero eso ya ha pasado.

Ese sector denuncia que hubo irregularidades, más votos que delegados.

Se puede seguir hablado de todo eso, en lugar de la Púnica. Yo tengo que decir que irregularidades no hubo ninguna, por eso muestro mi total tranquilidad al respecto. Impugnan una votación en la que hubo más personas que ejercieron el voto que delegados acreditados. Pero fue algo que detectó antes de finalizar la votación la propia mesa del Congreso. Se repitió esa votación y luego todos, con independencia de nuestro voto, aplaudimos la labor que había hecho la mesa y el presidente del congreso para detectar el error que hubo.

Con este panorama, me reconocerá que el congreso ordinario no se vislumbra tranquilo.

A mí eso no me preocupa. A mí me preocupa trabajar para fortalecer mi partido y nuestro proyecto alternativo al del PP.

¿Cree que Carmona habría anunciado su intención de optar a la secretaría general si no hubiera sido destituido?

Los futuribles, no los sé. Cualquiera de los 15.000 compañeros y compañeras de Madrid puede optar a la secretaría general del partido.

¿Estaría dispuesta a que se suprimieran los avales para poder ser candidato?

Creo que hay que revisar lo de los avales, lo he dicho durante la campaña de primarias. Pero considero que hay que establecer un instrumento para garantizar un mínimo apoyo de un proyecto político.

¿Cuál es su propuesta?

Se puede rebajar del 10% a un número, que puede ser el 7%, el 5% o el 2%, el que decidamos con toda la militancia de Madrid. Pero eso se tendrá que plantear en la reunión del Federal porque es competencia federal.

Durante las primarias también se comprometió a someter a votación interna decisiones importante. ¿No lo era la sustitución de Carmona?

No se puede hacer una tergiversación de las cuestiones. Este no es un partido asambleario, es un partido jerárquico que tiene sus órganos de dirección. En este caso, una Comisión Ejecutiva regional y una secretaria general que tiene entre sus competencias el proponer cambios en las direcciones políticas como se ha hecho en el Ayuntamiento de Madrid. Lo que vamos a someter a la voluntad de todas las agrupaciones es el sistema de composición del Comité regional.

¿Va a seguir como alcaldesa de Getafe? Se lo pregunto porque Pedro Sánchez se mostró partidario de las incompatibilidades.

Por supuesto. Igual que Pedro Sánchez es secretario general del partido y diputado. O Emiliano García Page, que fue alcalde de Toledo y secretario general de los socialistas de Castilla la Mancha. En eso tampoco hay que tergiversar los argumentos. En nuestro partido hay tradición de compatibilizar un cargo orgánico con uno institucional.

Rajoy está convencido de que Pedro Sánchez pactará con Podemos después de las generales para poder ser el presidente del Gobierno, y el ministro Margallo alerta de que sería una catástrofe de dimensiones bíblicas.

El PP sigue como siempre, con la estrategia del miedo. Pero la sociedad española afortunadamente es madura, crítica y está informada.

Pero si tienen que pactar, ¿lo harán con Podemos?

Nosotros salimos a jugar el partido para ganar y a lo mejor Pedro Sánchez obtiene mayoría absoluta. Cabe esa posibilidad. Pero respondo a su pregunta. El PSOE va a llegar a entendimientos siempre desde la izquierda.

¿No habrá pacto PSOE-PP?

Lo descarto radical y absolutamente. Somos un partido de izquierdas. El PP es el partido de los recortes y de la corrupción y no podemos llegar con él a ningún tipo de acuerdo o entendimiento.

¿Y con Ciudadanos?

Hablo de la derecha, en general.

¿Equipara al PP con Ciudadanos?

Equiparo a Ciudadanos con el PP. Creo que es una opción de centro derecha que no es la solución a los problemas de nuestro país.

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